En esta ocación, trabajermos sobre el objeto a, que Lacan "inventa" en base a cuestiones que ya venían siendo trabajadas por Freud. Cuando Lacan fue expulsado de la Internacional de Psicoanálisis, él había viajado a Estocolmo para escribir sobre este invento donde se mezcla la gramática con la matemática. Tratando de explicar esto en la IPA, se niegan a traducirle cuando él se traba con el inglés, que no era su fuerte. Esto desencadenó su expulsión.
¿Por qué Lacan llega a este concepto? El objeto a empieza a generarse alrededor del seminario 10, donde lo trabaja, pero viene construyéndose a lo largo de la teoría. En el seminario 8 está el concepto de agalma como lo que causa del deseo y, un poco antes, lo que Freud decía acerca de que el objeto nunca podía ser captado en forma total, sino a través de un rasgo. Toda la pregunta gira alrededor de qué objeto desencadena la pulsión, qué objeto nos causa y qué relación tiene con el objeto perdido. Todas estas preguntas se funden en lo que Lacan llama objeto a.
El objeto a en la clínica
En los ámbitos psicoanalíticos, se suele hablar del objeto a como algo raro y difícil de comprender en la clínica, pero se lo percibe con mucha facilidad. En Argentina suele hablarse del flechazo, del flash, como que la mirada del Otro deja encandilado al sujeto. Algo que lo toca en el cuerpo. Cuando hablamos del objeto a, vamos a estar hablando en dos niveles:
- Un agujero que une los tres registros.
- Un objeto que tiene materialidad, presencia y que golpea al cuerpo.
Por ejemplo, uno puede estar compenetrado en una tarea y de repente sentir que alguien nos mira, darse vuelta y efectivamente confirmar que nos estaban mirando. ¿Qué es eso? Uno habla de intuición, pero en realidad se trata del objeto a tiene materialidad, aunque incorpórea.
Lacan trata de refundir la idea de un objeto perdido y la idea de lo que causa al sujeto en la mirada. Lacan dirá, como primer punto, tomando la idea de Freud que el sujeto elige un objeto. Se trataba de un objeto tangible y el psicoanálisis posfreudiano, en algun momento entra por esta vía y lo comprende por la vía de cierta materialización exacervada de que el sujeto se las venía con un objeto, por ejemplo el objeto de amor. Esto, efectivamente, puede encontrarse en algunas partes de la obra freudiana.
La lectura que hace Lacan ubica que no es el todo del objeto lo que le interesa al sujeto, sino un rasgo. Eso es lo que Freud trabaja con los detalles de las identificaciones, poniendo especial importancia al rasgo unario. En definitiva, importa el rasgo. Lacan trabajará al objeto como objeto parcial, diciendo que lo que se produce allí es que algo desencadena la pulsión en el sujeto, pero se trata de algo dentro del objeto. Por ejemplo, podría ser el brillo o la transparencia de un objeto determinado...
Cuando el analista trabaja con sus pacientes, siempre debe preguntar por los detalles, que es donde se encuentra el objeto a. Cuando uno le pregunta a un paciente qué le llamó la atención de tal persona, por ejemplo, la descripción puede ser errante pero seguro que aparece el rasgo del objeto.
Lacan inventa el objeto a para subvertir la idea de que el sujeto elige al objeto. Dirá que hay algo dentro de ese objeto, que es la madre, que construye a ese objeto. El sujeto se constituye como consecuencia del desprendimiento de ese objeto a, de ese rasgo que va a causar en él que busque en sus parejas retornar a ese objeto inicial. En este sentido, Lacan intenta diferenciarse de los postfreudianos y de la materialidad de un objeto al estilo "Un hombre busca una mujer".
Si cuando hablamos del objeto a hablamos de un rasgo, ¿qué significa esto en la clínica? Se trata de un adjetivo. El analista tiene que buscar qué cosa adjetiva a ese objeto, qué características, qué rasgos. Cuando decimos a repetición que el inconsciente está estructurado como un lenguaje de manera repetida, se olvida qué es lo que podemos sacar de la gramática y cómo ubicar al sujeto en una frase. Al objeto a lo ubicmos con los adjetivos o en los adverbios de modo: ej: la piel blanquísima de la señora K en Dora. El brillo en la nariz del caso que aparece en El fetichismo. Lacan dice que es el objeto el que atrapa al sujeto.
En el hombre de las ratas, está su dilema al sacar y poner la piedra en el camino y la posibilidad de que la dama de sus pensamientos se cayera del carruaje. Ahí, el tema del objeto de elección no es la señora de sus pensamientos, sino la señora que cae. Freud utiliza tres tipos de verbos distintos para hablar del ver. Una de las formas verbales es la que incluye el paisaje. El objeto a en el caso del hombre de las ratas es esa mujer cayéndose por la piedra en el carruaje. Allí, como objeto de elección a futuro, ese objeto puede marcar que el sujeto elija "mujeres a punto de caer", mujeres a las que hay que salvar, que metafóricamente están cayendo. Cuando el analista puede pescar el objeto a, puede pescar el lugar al que el sujeto va a dirigir su deseo.
Lo que importa es comprender el movimiento, lo cotidiano y la importancia que tiene el objeto a en las narraciones como aquello que desencadena la pulsión y que se convierte tanto en objeto a como causa (en este sentido tiene presencia) como objeto a resto. Es decir, el sujeto, por ingresar en lo simbólico y en el dominio del discurso, pierde algo que Lacan va a llamar objeto a. Tiene estos dos aspectos: el objeto a esto, como el que se identifica el suicida y el objeto a causa, en que justamente por estar vacío se un vacío a producir. Los registros real, imaginario y simbólico pueden moverse porque hay un agujero que los une y permite la circulación del deseo.
Un caso...
Tomemos un ejemplo: Un varón veraneaba con sus padres y llegando de la playa a su casa antes de tiempo, ve a su madre teniendo relaciones con otra persona. Esta escena, cuando el paciente la cuenta, hay una mirada de una situación que le impacta y él no puede quitar la mirada de ahí. Hay algo que quiere esconderse y a la vez ver. Esto, en lo real, produce distintas articulaciones en el nudo borromeo. En lo simbólico, la relación con su madre que pasa a ser leída en términos temibles, que no se le puede creer, etc. En términos imaginarios, el sujeto pasa a estar en su adultez en situaciones de tres, en donde él va y viene, con situaciones que se ven, que no se ven... Ahí, el objeto a escenifica la relación entre estos tres, ubicada en el agujero del nudo, permitiendo el movimiento de los tres registros con su escenificación y consecuencias en términos simbólicos, imaginarios y la presencia en lo real.
En la clínica, es importante pedir descripciones, pedir adjetivos, adverbios de modo, qué pasa con el agujero mirado. Esos son los fragmentos donde está atrapado el objeto a y el sujeto atrapado allí. Recuerden que es el objet a el que produce al sujeto.
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