sábado, 15 de febrero de 2025

El Sujeto en psicoanálisis: división, deseo y la estructura del lenguaje

El concepto de sujeto es uno de los términos más complejos del psicoanálisis y surge como consecuencia de una lectura que Lacan realiza sobre el texto de Freud. Esto implica que Freud no formuló explícitamente este concepto, pero Lacan logra extraerlo a partir de ciertos ejes clave, como el papel del lenguaje y la palabra en la constitución del inconsciente.

Cuando Lacan califica al sujeto como dividido, señala una transformación conceptual profunda. El sujeto, antes de ser abordado por el psicoanálisis, había sido ampliamente trabajado por la filosofía. Sin embargo, Lacan lleva a cabo una operación que lo subvierte radicalmente, separándolo de sus bases ontológicas clásicas y de cualquier noción de inmanencia o identidad.

Esta subversión implica que el sujeto ya no es concebido como una entidad estable, sino como un efecto derivado de la estructura preexistente del lenguaje. Su constitución está determinada por la existencia de un Otro que, a través de la palabra, le otorga significado y lo inserta en la red simbólica. En este proceso, el sujeto no es el agente de lo que dice, sino que su ser queda definido por el discurso que proviene del Otro.

En consecuencia, el sujeto es dividido porque la primacía del símbolo le impide alcanzar una identidad fija. Esta división tiene una equivalencia fundamental: el sujeto es, en esencia, un ser deseante. La falta que lo atraviesa es inseparable de la falta que afecta al Otro, ya que el deseo del sujeto se configura en relación con el deseo del Otro. Es en esta intersección donde el sujeto se sostiene como deseante del deseo del Otro.

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