sábado, 22 de febrero de 2025

"Moisés y la religión monoteísta": Lo atemporal y la función del padre en Freud y Lacan

"Moisés y la religión monoteísta" es un texto crucial en la obra de Freud, aunque marcado por características inusuales. En su introducción, James Strachey señala "irregularidades" en el texto, como repeticiones y un notable desorden, rasgos poco habituales en los escritos freudianos. Este desorden puede entenderse como efecto del material trabajado por Freud en esta obra.

El texto guarda continuidad con "Tótem y tabú", compartiendo temáticas como el estatuto del Padre, aunque desde enfoques diferentes. Una diferencia central radica en los términos Untergang (hundimiento o desaparición) y Verdrängung (represión), conceptos que Freud ya había explorado en relación con el sepultamiento del complejo de Edipo. Aquí, Freud presenta al Padre como "ido al fundamento" por su asesinato, y al complejo de Edipo como disuelto por su inconsistencia.

Las traducciones de Untergang varían: Strachey habla de "sepultamiento", mientras Ballesteros emplea "disolución". En cualquier caso, no se trata simplemente de represión; la inconsistencia aludida señala algo resistente al entendimiento, algo no fechable, que deja una marca en el hablante sin haberse producido efectivamente.

Lacan retoma esta idea y profundiza en el borramiento “de ninguna huella previa”, enfatizando la dimensión lógica de lo atemporal. En este contexto, la pregunta freudiana clave es: ¿cómo retorna aquello que no ha sido biográficamente vivido, pero que opera como acto fundante?

Freud plantea que el asesinato del Padre no retorna como un hecho histórico, sino como una estructura fundante de la serie simbólica. Lacan, al analizar esta cuestión, introduce la noción de la excepción lógica: el asesinato del Padre funciona como un acto que establece una regla al tiempo que se sitúa fuera de ella.

De este modo, el texto freudiano aborda no solo el problema de la represión, sino el de la transmisión y retorno de aquello que no puede ubicarse en el tiempo ni en el saber, pero que, sin embargo, configura al sujeto y al orden simbólico.

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