sábado, 27 de junio de 2020

El Psicólogo en el campo educacional (2º Parte)

Ver entrada anterior: El Psicólogo en el campo educacional (1º Parte)

En los últimos treinta y siete años se produjo en la Argentina un cambio notable en los paradigmas teóricos como en las estrategias y recursos con que trabaja el Psicólogo para insertarse en el campo educacional. En consecuencia también giraron los objetivos hacia un enfoque que privilegia lo preventivo sobre lo remedial, y promueve la salud a través de las intervenciones en las situaciones educativas dentro y fuera del ámbito escolar.


No obstante todavía falta una mayor valoración, incluso por parte de los propios psicólogos, de la inserción en el campo educacional.


¿Desde donde surgen las demandas de intervención del Psicólogo Educacional? De los problemas que pueden tener una comunidad, una institución, un grupo o una persona, cuando detectan que los procesos de desarrollo cognitivo socio-afectivo y vocacional están obstaculizados.


Estos obstáculos denuncian interferencias que no facilitan los procesos de cambio que deben promover las actividades educacionales, que están trabados los “procesos de formación”.


Nuestras intervenciones podemos dividirlas en las de investigación, las de prevención, las de asesoramiento y las de orientación. Son diferentes pero complementarias.


Elegimos una de ellas para ejemplificar el rol del Psicólogo Educacional: la de Orientación.

El psicólogo educacional cuando actúa de orientador ayuda a una persona, o varias, en la resolución de problemas y en la toma de decisiones ante conflictos emergentes de las situaciones de aprendizaje.


Utiliza sus conocimientos psicológicos y educativos a través de una estrategia clínica y con recursos que posibiliten al otro un cambio en los pensamientos y acciones que ejecuta ante su problema, permitiéndole así construir nuevas formas de representarse y vivenciar sus obstáculos y la manera de resolverlos con autonomía.


Entonces la orientación es un proceso de ayuda que tiende a producir un aprendizaje (cambio) en el sujeto.


Por supuesto que el orientador para efectivizar este tipo de ayuda debe “escuchar” al otro libre de representaciones que lo limiten. El orientador debe darle participación protagoniza, promover el aprendizaje de habilidades cognitivas y vivenciales (afectivas) en la toma de decisiones autónomas. Capacitarlo para la resolución de futuros problemas.


Diferencias entre la orientación y la psicoterapia y los tratamientos psicopedagógicos. 

La Psicoterapia y el tratamiento Psicopedagógico exceden en su duración el marco temporal de una Orientación (en nuestra experiencia no más de 10 a 15 entrevistas).


La primera tiene como objetivo remover los obstáculos que produjeron enfermedad, sobre todo el plano de lo emocional y lo vincular, el segundo trabaja para rehabilitar trastornos funcionales de base y/o para construir nuevas matrices de aprendizaje en trastornos específicos.


La Psicoterapia y el tratamiento psicopedagógico  tienen como finalidad la cura y en un tiempo prolongado.


La Orientación se centra en producir un cambio actitudinal, que le posibilite a la persona la elección de un nuevo curso de acción o toma de decisiones que solucione el problema que lo obstaculiza.


Diríamos que actúa sobre las concepciones erróneas que sobre trastornos patológicos.

Tiene de común con un proceso educativo que se programa con un principio, un desarrollo y un fin.


Orientación a los padres:

  • búsqueda de una escolaridad adecuada (cambio de colegio)

  • resolución de trastornos específicos del niño en su motricidad fina (tratamiento de psicomotricidad)

  • toma de conciencia de los padres sobre los mecanismos familiares que fomentaban una inadecuación social del niño.


El rol del Orientador es el de un mediador (agente) facilitador de un proceso de aprendizaje.

Es evidente que un proceso de orientación puede resolver en si mismo un problema y/o dar lugar a otras instancias (derivaciones), como pueden ser la psicoterapia o el tratamiento psicopedagógico.


La orientación es, entonces una tarea de suma importancia para el Psicólogo Educacional, pero no es la única ya que existen las otras formas de intervención en el campo educacional: asesoramiento (para las curricula y los vinculos docente-alumno) y programas de prevención (para dificultades en el aprendizaje, las toxicomanias, habitos de estudio, etc) y la investigación.


También conviene aclarar que en el Psicólogo no están reñidas las tareas de orientador con las de Psicoterapeuta, es más ambas pueden realimentarse. 


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