El Ermitaño y los Profetas: el retiro como umbral espiritual
Tanto Moisés, Jesús como Mahoma —tres figuras fundacionales de las grandes religiones monoteístas— atravesaron, en momentos cruciales de su vida, un retiro del mundo, un alejamiento de la civilización que no puede entenderse simplemente como soledad, sino como una retirada hacia el interior, hacia el lugar del sentido y del origen.
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Moisés asciende al monte Sinaí, se separa del pueblo y permanece cuarenta días y noches en lo alto, donde recibe la Ley.
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Jesús se interna en el desierto por cuarenta días, donde enfrenta las tentaciones y se confronta con su destino.
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Mahoma se retiraba con frecuencia a la cueva de Hira, y es allí donde, en soledad, recibe la primera revelación del Corán.
Esta estructura de retiro, de separación del mundo profano, resuena directamente con el símbolo del Ermitaño en el tarot. El Arcano IX representa a un viejo sabio, que camina lentamente, sosteniendo una linterna que apenas ilumina unos pasos adelante. No busca guía externa: la búsqueda es interior, la luz es propia. No hay prisa, ni gloria, ni compañía. Hay tiempo detenido y profundidad.
El Ermitaño simboliza ese momento en que el alma se retrae para encontrar una verdad que no puede adquirirse entre multitudes. Así como los profetas se enfrentaron a sí mismos, a la voz interior, al llamado de lo sagrado o lo imposible de nombrar, el Ermitaño marca un umbral: no hay regreso igual tras ese silencio.
En segundo lugar, tanto el Ermitaño como los profetas se asocian con la idea de que la sabiduría y la verdad se encuentran dentro de uno mismo. Los profetas creían que la verdad y la guía divina estaban presentes en su interior, y que su tarea era simplemente descubrirlas y compartirlas con el mundo. De manera similar, el Ermitaño cree que la verdad y la sabiduría están presentes en su interior, y que su tarea es descubrirlas y aplicarlas a su propia vida.
En tercer lugar, tanto el Ermitaño como los profetas se asocian con la idea de la soledad y la renuncia a los placeres mundanos. Los profetas a menudo renunciaban a las comodidades y las riquezas materiales para seguir su camino de búsqueda espiritual. De manera similar, el Ermitaño renuncia a las distracciones mundanas y se enfoca en su propia búsqueda interior.
En resumen, el Ermitaño del Tarot se relaciona con los profetas que se retiran a reflexionar en términos de su búsqueda de la verdad interior y la sabiduría, su enfoque en la introspección y la reflexión, y su renuncia a los placeres mundanos en busca de un mayor propósito espiritual.
Simbolismo
La carta del Tarot "El Ermitaño" tiene varios simbolismos y significados asociados. Algunos de ellos son:
La figura del ermitaño: En la carta, vemos a un hombre mayor con una barba larga y un bastón que sostiene una linterna. El ermitaño simboliza la sabiduría, la introspección y la búsqueda de la verdad interior. También puede representar la soledad y la retirada del mundo exterior para concentrarse en la propia sabiduría interior.
La linterna: La linterna que sostiene el ermitaño simboliza la luz de la verdad que ilumina el camino. La linterna también representa la necesidad de buscar la sabiduría interior y de iluminar los rincones oscuros de la mente.
El bastón: El bastón del ermitaño simboliza la sabiduría y la autoridad. También puede representar el apoyo y la estabilidad necesarios para avanzar en el camino hacia la verdad interior.
La capucha: La capucha que cubre la cabeza del ermitaño puede simbolizar la necesidad de proteger la propia sabiduría interior y mantenerla oculta del mundo exterior.
La montaña: La montaña detrás del ermitaño puede representar el camino hacia la sabiduría interior, que puede ser empinado y difícil de escalar. La montaña también puede simbolizar la importancia de alcanzar una perspectiva elevada y amplia para obtener una visión clara de la verdad.
En conjunto, la carta del Tarot "El Ermitaño" simboliza la necesidad de buscar la sabiduría interior y la verdad a través de la introspección y la reflexión. También representa la importancia de la soledad y la retirada del mundo exterior para concentrarse en la propia sabiduría interior.
Interpretación
La carta del Ermitaño del Tarot se interpreta de manera diferente al derecho y al revés.
Al derecho, la carta del Ermitaño sugiere que es hora de retirarse y buscar la soledad y la introspección para descubrir la verdad interior y la sabiduría. Indica un momento de reflexión y búsqueda de respuestas en la vida. La carta también puede significar que es necesario alejarse de la influencia de los demás y confiar en la propia sabiduría y conocimiento interno.
Sin embargo, al revés, la carta del Ermitaño puede indicar un aislamiento excesivo y una falta de conexión con los demás. Puede sugerir una tendencia a aislarse de la sociedad y rechazar la ayuda de los demás, lo que puede llevar a sentirse solo y desconectado. La carta también puede indicar que la persona está luchando por encontrar su camino y propósito en la vida, y que puede estar luchando con la introspección y la reflexión.
En general, tanto al derecho como al revés, la carta del Ermitaño sugiere la necesidad de buscar la verdad y la sabiduría dentro de uno mismo, pero también equilibrar esa búsqueda con la conexión y la interacción significativa con los demás. Al derecho, la carta sugiere que la introspección y la soledad son necesarias y beneficiosas, mientras que al revés sugiere que un exceso de aislamiento puede ser perjudicial para el crecimiento y el bienestar personal.
Cuando la energía del Ermitaño del Tarot se encuentra bloqueada, la persona puede sentirse atrapada en la soledad y el aislamiento. Es posible que se sienta desconectada de los demás y que tenga dificultades para relacionarse y comunicarse. También puede sentirse perdida o confundida acerca de su propósito o su camino en la vida.
La persona puede estar luchando con la introspección y la reflexión, encontrando difícil escuchar su propia voz interior y descubrir su verdad y sabiduría. Esto puede deberse a un miedo inconsciente de enfrentar y confrontar ciertos aspectos de sí misma, o a una falta de confianza en sus propias habilidades y conocimientos.
Además, la persona puede estar sintiendo la necesidad de desconectarse de la sociedad y de los demás, pero puede estar experimentando dificultades para encontrar el equilibrio adecuado entre la soledad y la conexión social. Puede sentirse atrapada en un patrón de aislamiento que no le permite avanzar.
Para desbloquear la energía del Ermitaño, la persona puede necesitar buscar ayuda en forma de un mentor o un consejero para guiarla en su búsqueda interior y en la comprensión de su propósito en la vida. También puede ser útil trabajar en la construcción de relaciones significativas y en la práctica de la comunicación abierta y efectiva con los demás. La meditación y la práctica de la atención plena también pueden ayudar a la persona a conectarse con su voz interior y encontrar la sabiduría que se encuentra dentro de ella.
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