jueves, 26 de diciembre de 2024

Culpabilidad y responsabilidad: Un Conflicto Humano Fundamental

 ¿Es posible que el verdadero aporte del psicoanálisis no sea tanto revelar que el “yo” no es dueño de su propia casa, algo que la locura y los mitos ya han evidenciado, sino demostrar que el ser humano, haga lo que haga, siempre se encuentra en deuda? El análisis freudiano de la conciencia moral nos muestra que el hombre es simultáneamente más y menos moral de lo que cree: sus intentos por ser moral lo hacen sentir más culpable; a menudo, esta culpa se transforma en una necesidad de castigo o en una sensación de enfermedad. Aquí se evidencia una doble dinámica: la culpa se generaliza y, a la vez, se transforma en algo cercano pero diferente, sugiriendo que lo que llamamos culpabilidad encierra algo más complejo.

El ser humano, bajo esta óptica, parece atrapado en una especie de persecución interna, vinculada a la presencia primordial del “otro” en su constitución psíquica. La deuda hacia este otro es una condición originaria, anterior a la cronología y al lenguaje, una obligación imposible de saldar. No obstante, esta deuda puede asumirse de diferentes maneras: como culpabilidad, que inmoviliza, o como responsabilidad, que abre una vía hacia la relación ética con el otro.

Freud nos recuerda que el sentimiento de culpabilidad está acompañado de angustia, pero también señala que esta angustia puede diferenciarse en intensidad y naturaleza. En casos extremos, como en la melancolía, la culpa se convierte en goce autodestructivo, un repliegue narcisista que suprime toda responsabilidad hacia el otro. Por el contrario, una responsabilidad genuina implica una atención al otro que no paraliza, sino que permite sostener una relación ética y vital.

El lenguaje, como puente entre lo interno y lo externo, juega un papel crucial en esta dinámica. Mientras que la palabra “culpabilidad” tiende a cargar con el peso de una deuda inarticulada, la “responsabilidad” introduce la posibilidad de responder al otro, de articular lo inefable y dar cuenta de nuestra humanidad. En este contexto, la falta de palabras para expresar la deuda transforma la angustia de la responsabilidad en la culpa paralizante que domina al yo.

En última instancia, el psicoanálisis nos invita a reconocer que la verdadera humanidad no se encuentra en la autoflagelación, sino en el esfuerzo por asumir nuestra responsabilidad hacia el otro, incluso frente a nuestras propias limitaciones. La culpabilidad, lejos de ser el núcleo de la moralidad, podría ser el resultado de un fracaso en este intento: un repliegue hacia el narcisismo que, paradójicamente, desliga al sujeto de la vida misma.

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