sábado, 21 de diciembre de 2024

Fenómenos psicosomáticos ¿Qué nos aporta el psicoanálisis para su tratamiento?

El fenómeno psicosomático consiste en una lesión producida en un órgano o un tejido, a la que no se le encuentra una causa orgánica.  Algunos ejemplos son_ asma, lupus, úlceras, alergias varias, psoriasis,  y otras afecciones de la piel.

El paciente sufre dicha lesión a la manera de un cuerpo extraño que se le impone, es decir, no puede otorgarle ningún tipo de sentido. El fenómeno psicosomático se caracteriza, entonces, por no representarle al sujeto ningún tipo de significación, que no sea la afección que sufre en el órgano.

El fenómeno psicosomático es diferente al síntoma, que se distingue -entre otros elementos- por interrogar al sujeto y hacerlo hablar. A los pacientes que padecen un fenómeno psicosomático, no se le ocurren asociaciones. Por ese motivo, la interpretación clásica analítica no es la vía para abordarlo, pues no causa eficacia clínica. 

¿Y por qué motivo el paciente no puede asociar con su padecimiento localizado en el órgano? Porque para esa problemática específica hay un déficit simbólico, en tanto que el fenómeno psicosomático representa para la vida de ese sujeto, lógicamente anterior al tiempo de la represión y, por ese motivo, no se constituyó como inconsciente. El fenómeno psicosomático no está en el campo de lo inconsciente. 

Que el fenómeno psicosomático quede por fuera del inconsciente explica, en principio, el hecho de que impacte al órgano en forma directa, lesionándolo. No hay una trama inconsciente (simbólica) que detenga dicho impacto. 

Todos los sujetos, cualquiera sea la estructura psíquica que lo constituya, puede tener una zona que no se someta al inconsciente y sus leyes: represión, vuelta de lo reprimido, asociaciones, desplazamientos, condensación.

Distinciones con el síntoma histérico

Síntoma histérico

Fenómeno psicosomático

Para su producción, actúan las leyes del inconsciente: represión, vuelta de lo reprimido, conversión. En su origen se halla la angustia -producto de un conflicto inconsciente- que, al no poder expresarse en palabras, lo hace sobre el cuerpo.

No forma parte de la trama inconsciente ni se rige por tales leyes. Se trata de algo que en la historia del sujeto quedó mudo, petrificado, sin movimiento alguno, como cuerpo extraño -fuera de la territorialidad del inconsciente- que ataca directamente al órgano.

No produce lesiones en el órgano. Lo que enferma es la representación del órgano, afectando a una función motora y/o sensorial.

Supone una lesión orgánica, un órgano enfermo. Por ejemplo: nos encontramos con pacientes con pieles dañadas, manchadas, órganos con úlceras, irrumpiendo en forma violenta, a nivel de lo real, a través del cuerpo.

Se adecúa y acomoda a la situación transferencial. El sujeto se ve interrogado por su síntoma, que lo hace hablar, y por este motivo -en muchas ocasiones- acude a la consulta.

No se presta fácilmente a la situación transferencial. El sujeto , generalmente llega a la consulta con frases tales como “Vengo porque me manda el médico”, “Hágame preguntas”. Resulta difícil la implicación subjetiva en tanto el inconsciente está fuera de juego.

El despliegue de la labor del analista en la clínica del fenómeno psicosomático es compleja y tiene una modalidad específica.

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