sábado, 21 de diciembre de 2024

Los traumas reales en la infancia y las intervenciones del analista

En el ámbito clínico, es cada vez más habitual que los profesionales que trabajan con niños y niñas se enfrenten, ya sea de manera explícita o disfrazada, a manifestaciones perturbadoras derivadas de Traumas Reales vividos durante la infancia. Estas experiencias impactan con tal intensidad en el psiquismo infantil que superan su capacidad para procesarlas y elaborarlas.

Los traumas en edades tempranas suelen originarse en situaciones de negligencia, maltrato psicológico y/o físico, abuso sexual y otras experiencias dañinas que afectan las relaciones familiares o el entorno vincular.

La Realidad Actual: Datos Alarmantes

En la actualidad, se observa que:

  • El 54,4% de los niños y niñas son víctimas de castigo físico.
  • El 62,5% sufre agresión verbal.
  • El 62,9% padece otras formas de violencia.

Indicadores Clínicos de un Trauma Temprano

Los signos más frecuentes en los niños y niñas afectados por traumas incluyen:

  • Actitud de cautela y miedo en el contacto con adultos.
  • Conductas regresivas, como enuresis o encopresis.
  • Cambios drásticos en el comportamiento, como aislamiento o retraimiento.
  • Episodios de depresión.
  • Conductas autodestructivas.
  • Problemas escolares, ya sea a nivel cognitivo o en la relación con pares.

Elaborar lo Traumático: Un Derecho Fundamental

Todo niño o niña que ha vivido un trauma tiene el derecho inalienable a procesarlo y comprenderlo. Cuando estas experiencias no se elaboran adecuadamente:

  • Se convierten en cicatrices emocionales que afectan la constitución psíquica y emocional.
  • En la adolescencia y adultez, pueden dar lugar a manifestaciones clínicas como acting out, pasajes al acto, enfermedades psicosomáticas, depresiones y melancolía.

Intervenciones Clínicas

El trabajo clínico con niños y niñas requiere acciones específicas:

  1. Involucrar a los adultos responsables en el proceso terapéutico. En muchos casos, es esencial trabajar de manera interdisciplinaria.
  2. Reactivar el juego detenido, que funciona como una herramienta terapéutica para transformar la pasividad en actividad. A través del juego, emergen miedos, agresividad, ambivalencias y aspectos de la sexualidad que el analista debe interpretar.
  3. Garantizar el derecho a la palabra, permitiendo que el niño o niña exprese su experiencia.
  4. Acompañar el proceso de elaboración del trauma, proporcionando un entorno seguro y constante.

La Importancia de la Ternura

Durante el tratamiento, es esencial que el analista reintroduzca la ternura que fue negada al niño o niña. La falta de ternura en la experiencia traumática refleja un fracaso fundamental en el entorno cuidador.

Como dice Fernando Ulloa:
"La ternura crea el alma como patria primera del sujeto."

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