La praxis analítica distingue entre diferentes tipos de cortes, estableciendo una especificidad que resulta crucial para comprender su estructura y función. Entre ellos, se encuentra el corte que Lacan denomina cerrado, aquel que funda la superficie y anuda la estructura del sujeto. Este corte delimita el lugar del dicho y constituye al sujeto como efecto del lenguaje.
El corte cerrado, según Lacan, ciñe y ajusta; su carácter lógico se inscribe en el orden de lo modal, ya que está íntimamente entramado en la demanda que circula entre el sujeto y el Otro. Este tipo de corte actúa como anclaje del sujeto, funcionando como un soporte estructural que da consistencia al vínculo con el Otro.
En contraste, el corte asociado a la interpretación analítica presenta una naturaleza distinta. Lacan lo separa del orden modal y lo define desde la perspectiva de lo apofántico. Este concepto, originado en la lógica aristotélica, refiere a proposiciones a las que se les puede atribuir un valor de verdad o falsedad.
En su escrito "L'Étourdit," Lacan retoma la teoría de la proposición de Aristóteles, incorporando la lógica del no-todo como un elemento central de la interpretación. Este giro introduce una novedad significativa: mientras el analista se sirve de la demanda, no interpreta desde ella. En cambio, la interpretación apunta a la causa del deseo, destacando su función en el desplazamiento del lugar del sujeto respecto del Otro.
La apofántica, entonces, se convierte en un recurso esencial para pensar la estructura de la interpretación analítica. Al operar sobre los juicios y actos del habla, permite abordar el discurso del sujeto más allá de los valores absolutos de verdad o falsedad, enfocándose en la dimensión de lo no-todo, donde se inscribe la causa del deseo.
De este modo, Lacan articula dos tipos de corte fundamentales en el psicoanálisis: el corte cerrado, que anuda y delimita la estructura del sujeto, y el corte apofántico, que interviene en la interpretación, movilizando la posición subjetiva hacia lo que está en juego en su deseo. Ambos cortes, aunque distintos, forman parte integral de la praxis analítica y de la lógica que sostiene su efectividad.
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