Pascal, criticndo a Descartes, habla de un dios de la filosofía, sostenido en la razón, y otro que se sustenta en lo absurdo, como el pedido que le hace a Abraham de matar a su hijo. Si Abraham es el padre de la fe, es porque pasó al acto poniendo en suspenso la moral. La fe se sostiene en un punto indiscernible. En el seminario 20 de Lacan, donde la excepción que hace del lado mujer en las formulas de la sexuacion, donde no existe, tenemos dos versiones del Otro:
una es de la excepción, que se sostiene del lado hombre, sostenido más por el lado de la filosofía.
El Dios que se sostiene en las cosas más locas y absurdas.
En la religión siempre hubo una tendencia racionalista que sostenía a un Dios bueno y justo. Se trata de la teología positiva. No obstante, había otra teología negativa que sostenía a un Fios indiscernible. Esta teología negativa se inició con Dionisio Aeropagita. Él inició esta idea de Dios indiscernible, seguida por varios místicos como Jacob Boehme y el Maestro Eckart.
Dentro de la mística, está la concepción positiva y la mística negativa. La primera propone que puede haber un encuentro, como propone Santa Teresa de Avila y San Juan de la Cruz. La mística negativa dice que el encuentro puede ser en términos de una nada con respecto a una nada.
Lacan da una versión de la mística en el seminario 20, con respecto a lo que es el encuentro más allá de los límites, donde San Juan de la Cruz toma una posición femenina (de falta absoluta) para el encuentro con una falta absoluta, que no se logra sino a partir de pequeños rastros que lo llevan a ese encuentro.
Santa Teresa de Avila, en su camino por las Siete Moradas, va teniendo pequeños encuentros y desencuentros por Dios en términos de algo que la toma totalmente y ella llama robamientos, que para Marie Bonaparte eran orgasmos. Para Teresa de Avila, hay que desprenderse de todo lo material y devenir en una nada para encontrar a Dios. Lo mismo propone su discípulo, San Juan de la Cruz. Lacan propone que esto es una experiencia más allá del falo, encarnando algo del orden del vacío.
La mistica positiva de Santa Teresa de Avila y San Juan de la Cruz dicen que es posible el encuentro, cosa que el Maestro Eckhart toma como imposible, porque el encuentro es un desasimiento. Es interesante el Maestro Eckhart, del que Heidegger habla mucho.
El misticismo que se despliega en los místicos es muy evidente y tiene que ver con el encuentro con algo más allá de la razón y tienen que ver con lo qie los místicos llaman éxtasis. Se trata de lograr algo del encuentro. En San Juan de la Cruz implica vaciarse de todo y llenarse de dolor. La filosofía no pudo desasirse de esto.
El Otro con garantías de Descartes es el Otro del neurótico que Lacan habla en el seminario 11. Se trata de un Otro garante del saber que el neurótico necesita. El analista se propone en el lugar del Otro, pero sosteniendo un supuesto de saber, pero apostando al desasimiento de ese saber, que no se hace intelectualmente, sino en la práctica ficcional entre dos, que es la transferencia. Allī el analista va deconstruyendo las creencias que inciden en la vida del paciente y distorsionan su deseo. Las creencias a las que nos alienamos son el argumento del fantasma.
De tal manera, el lugar del analista tiene que ver con lo que la mística negativa propone.
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