Palabra latina que significa “tropiezo, error”, y que usualmente es utilizada en retórica para designar una falta cometida inadvertidamente, al hablar (lapsus linguae) o escribir (lapsus calami).
A veces, se agrega una tercera variedad, el lapsus memoriae: olvido o equivocación al recordar.
El lapsus consiste en reemplazar la palabra que uno quería enunciar por otra.
Sigmund Freud fue el primero en demostrar que estos “errores” tienen una significación oculta y que hay que relacionarlos con las motivaciones inconscientes de quien los comete; pero anteriormente Wilhelm Wundt ya se había referido a ellos.
Ejemplos: una esposa cuenta que su marido enfermo no está sometido a un régimen y dice “puede comer y beber todo lo que quiero”; un empleado invita a su jefe a comer y, cuando saluda a su esposa, le dice: “Mucho gasto, señora”.
De hecho, el psicoanálisis considera el lapsus como una variedad de acto fallido que consiste en la interferencia del inconsciente en la expresión hablada o escrita. Sigmund Freud dedicó gran parte de su libro Psicopatología de la vida cotidiana a la explicación de los lapsus, y les dio una gran importancia en su teoría.
El “repertorio” de lapsus es bastante más amplio de lo anteriormente mencionado: los hay gestuales, del cuerpo en general, etc. (Una vez, Lacan fue a dar una conferencia a una universidad norteamericana en la que se nucleaban sus mayores “enemigos” teóricos, representantes del mentalismo; cuando subió a la tarima, se tropezó y casi se cae. Entonces, empezó su conferencia diciendo: “Me acabo de dar cuenta de que pensamos con los pies…”)
La explicación general dada por el psicoanálisis radica en el afloramiento de lo reprimido, cosa que generalmente ocurre en momentos de estrés, ansiedad, angustia, o déficits de atención, cuando se relajan las represiones conscientes. En algunos casos, lo reprimido es del orden de la mentira; en otros, es un deseo negado por imperativos morales. Si la represión es continuada y el deseo reprimido posee la suficiente intensidad, en algún momento se relaja por fatiga, y es entonces cuando ocurre el lapsus.
Un elemento facilitador de lapsus está dado por las semejanzas (visuales, fonéticas, etc.) entre las palabras intercambiadas.
Grippo, Jorge (2016) "Lapsus"
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