¿Fuegos artificiales o shock eléctrico en el cerebro? En una supervisión que necesitó participación de un psiquiatra, la paciente le describe a su terapeuta que últimamente estuvo sufriendo shocks eléctricos en el cerebro, como un zumbido eléctrico que periódicamente sentía dentro de su cabeza. “Pensé que me estaba volviendo loca, especialmente una noche que en la que me despertó”. El terapeuta indaga y la paciente ubica que estos síntomas comenzaron mientras estaba disminuyendo lentamente su medicación antidepresiva, del tipo IRSS, que le había sido prescrita. Otros pacientes reportaron haber experimentado “un zumbido eléctrico repentino en su cerebro”, especialmente en los momentos de descanso o mientras dormían por las noches. Algunos lo describieron como un pulso ondular, pero nunca los había escuchado referirse a estos síntomas como “shock eléctrico en el cerebro” hasta no hace mucho por lo que hemos investigado acerca de este término.
Consultando con el psiquiatra. Pareciera que existe un cambio neurobioquímico al disminuir o finalizar la medicación pero los síntomas pueden ocurrir cuando el cerebro intenta hacer reajustes. Los shock eléctricos en el cerebro, denominados también escalofríos cerebrales, shock cerebrales, shock en la cabeza o shock eléctricos (según diferentes descripciones de los pacientes) son un efecto secundario común al dejar de tomar los antidepresivos. Estos síntomas también pueden ocurrir con las benzodiazepinas y con otros medicamentos hipnóticos o sedantes. Los pacientes cuentan que este efecto secundario no fue mencionado por el psiquiatra cuando les fueron prescritos estos medicamentos.
Los síntomas son descritos como breves pero son sensaciones repetitivas, del tipo shock eléctrico en el cerebro y en la cabeza, o también pueden originarse en el cerebro y se extiende a otras partes del cuerpo. En algunos casos, el movimiento de los ojos rápidamente de lado a lado ha demostrado gatillar los shock eléctricos en el cerebro. Otras veces los shock eléctricos están acompañados de desorientación, tinnitus, vértigo y mareos.
Al suspender la medicación antidepresiva, los hipno-sedantes o ansiolíticos, estas sacudidas eléctricas pueden empeorar y producir debilidad, aunque no existe evidencia que estos shock eléctricos presenten ningún tipo de peligro para los pacientes. Por otra parte, el fenómeno pareciera estar relacionados con los antidepresivos de serotonina en el caso de los ansiolíticos y la medicación para dormir que apuntan al neurotransmisor GABA.
Aunque los antidepresivos suelen ser necesarios para tratar la depresión, es importante tomar precaución y conciencia de estos efectos secundarios. Una nueva y controversial teoría de la depresión hace énfasis en que los estados variantes de la depresión están asociados con la falta de nuevo crecimiento celular en el cerebro. Los neurotransmisores, tales como la serotonina parecen incrementar la disponibilidad de los neurotransmisores que facilitan nuevo crecimiento celular. El cerebro es un complejo órgano que nos da la habilidad para el pensamiento racional, el movimiento, y la sensibilidad. Mantiene nuestras funciones corporales conscientes e inconscientes. La electricidad y la energía son conducidas a través del cerebro y del sistema nervioso. Las células nerviosas son las más prevalentes en el cerebro, y es por eso que éste necesita estabilidad para poder funcionar adecuadamente. Además requiere una adecuada nutrición. Muchos antidepresivos sostienen los niveles de serotonina por períodos más largos que lo que ocurre naturalmente en el cerebro, lo que posiblemente causan una falla o un “shock eléctrico”. No existe evidencia actualmente que los shock eléctricos presenten algún peligro para los pacientes que los experimenten. Estos pueden ocurrir durante un ajuste de las dosis de antidepresivos de tipo IRSS o IRSN.
Además de los fármacos antidepresivos, el paciente debe recibir terapia psicológica, la cual ayuda a prevenir y tratar la depresión. Si la medicación antidepresiva es necesaria, es importante para los pacientes ser conscientes de los posibles síntomas al suspender la medicación para que no les tomen por sorpresa o se asusten si llegan a experimentar un “shock eléctrico en el cerebro”.
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