El Seminario 8, dedicado a la transferencia, comienza con una declaración que revela un cambio significativo en la enseñanza de Lacan: “Anuncié para este año que voy a tratar sobre la transferencia en su disparidad subjetiva, y su presunta situación, sus excursiones técnicas”. En esta introducción, el término "disparidad" se subraya como una elección cuidadosamente deliberada, que apunta a algo distinto de la disimetría.
La noción de disparidad marca una ruptura con los planteamientos previos, como los que se encuentran en el esquema Lambda, donde Lacan discutió la intersubjetividad. Aquí, al ubicar la transferencia como dispar, se descarta cualquier interpretación que la conciba como una relación de intersubjetividad entre el sujeto y el Otro. Este desplazamiento redefine el vínculo transferencial, alejándolo de una simple interacción dialógica para enmarcarlo en una dimensión estructural.
El marco estructural de la transferencia
En lugar de centrarse en los aspectos fenoménicos de la transferencia —es decir, las manifestaciones visibles en el aquí y ahora del vínculo analítico—, Lacan propone un enfoque que prioriza su marco estructural. Reconoce que lo fenoménico existe, pero lo deja en un segundo plano. Este movimiento teórico responde a la necesidad de situar la transferencia más allá de lo evidente, en un terreno donde se articule su lógica interna y las coordenadas que la estructuran.
La referencia a la presunta situación apunta a una crítica dirigida a la idea de que la transferencia se reduzca a un "aquí y ahora" con el analista. Según Lacan, lo esencial en la transferencia no se agota en la interacción presente ni puede explicarse en términos de simetría o disimetría. Lo "presunto" denuncia la ilusión de que la transferencia sea una situación tangible, cuando en realidad encierra una estructura compleja que trasciende estas categorías.
El término “Odd” y la transferencia como espacio disparejo
Para precisar el carácter de la transferencia, Lacan recurre al vocablo inglés Odd, que alude a lo disparejo, lo que no empareja ni se integra fácilmente en una cadena lógica o estructural. Este término sugiere un movimiento entre la particularidad y la singularidad, subrayando que lo transferencial no puede ser homologado a otras relaciones ni encadenado en términos habituales.
En este contexto, la posición del analista juega un papel crucial. Es su función permitir que esta disparidad adquiera lugar en el marco transferencial, creando un espacio donde pueda acontecer el pasaje del Otro al objeto a. Este pasaje no es simplemente un cambio de posición, sino una transformación estructural que redefine la economía del deseo en juego en la cura.
De este modo, el Seminario 8 abre una nueva vía para pensar la transferencia, no como un fenómeno interpersonal, sino como un entramado donde lo disparejo, lo Odd, revela el núcleo estructural que sostiene la praxis analítica.
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