lunes, 20 de octubre de 2025

¿Cómo evaluar la psicopatía en el ámbito forense?

 La psicopatía es uno de los conceptos más complejos y fascinantes dentro del psicodiagnóstico forense. Evaluarla no es solo un desafío técnico, sino también ético y clínico, porque nos obliga a comprender cómo ciertos rasgos de personalidad y modos de relacionarse con el otro pueden impactar en la conducta delictiva, en la reincidencia y en la peligrosidad. No se trata de un diagnóstico del DSM-5 en sí mismo, sino de un constructo que articula con los trastornos de la personalidad, especialmente el antisocial y el narcisista, y que demanda de los psicólogos forenses un abordaje riguroso y multifacético.

El fundamento de su evaluación radica en que la psicopatía no se limita a la conducta observable. Incluye aspectos profundos del funcionamiento psíquico: el déficit en la empatía, la manipulación, la frialdad afectiva y la dificultad para establecer vínculos genuinos. Es aquí donde el psicodiagnóstico forense encuentra su potencia: integrar pruebas clínicas, entrevistas y técnicas proyectivas para captar tanto lo manifiesto como lo latente.
En la práctica, los psicólogos forenses contamos con un abanico de recursos. La entrevista clínica forense es siempre la piedra angular, orientada a explorar historia vital, relaciones interpersonales y vivencias emocionales. Entre los instrumentos más reconocidos, se destaca la PCL-R de Hare (Psychopathy Checklist-Revised), considerada el gold standard para medir la psicopatía en contextos judiciales. Junto a ella, pueden utilizarse escalas como el MMPI-2, que aporta información sobre rasgos antisociales, narcisistas y tendencias manipuladoras.
En el terreno proyectivo, técnicas como el Test de Phillipson permiten evaluar el contacto con la realidad, la calidad del pensamiento y la capacidad empática, mientras que el Test de la Figura Humana, el Test de la Persona bajo la Lluvia y el Wartegg ofrecen indicadores de rigidez, agresividad latente, impulsividad y modos de manejar la tensión. En el Bender (adaptación Hutt) pueden aparecer distorsiones vinculadas a impulsividad y fallas en el control de los impulsos. El Cuestionario Desiderativo resulta útil para explorar defensas primitivas y ansiedades básicas que suelen estar presentes en la estructura psicopática.
La integración de estas técnicas nos da un mapa más amplio: no buscamos una etiqueta, sino comprender el estilo de personalidad, los mecanismos de defensa y el pronóstico de reinserción social. En definitiva, evaluar la psicopatía en psicodiagnóstico forense implica unir ciencia, clínica y ética para aportar claridad en escenarios donde las decisiones afectan directamente a la justicia y a la sociedad.

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