El Test de Wartegg es una técnica proyectiva gráfica utilizada en psicología para explorar aspectos de la personalidad. Fue creado por Ehrig Wartegg en 1939 y consiste en un conjunto de 16 cuadros en una hoja, cada uno con un estímulo gráfico inicial (líneas, puntos o figuras geométricas). A partir de estos estímulos, el evaluado debe completarlos libremente, transformándolos en un dibujo.
- Material: Se entrega al evaluado una hoja con los 8 cuadros y un lápiz (generalmente HB o similar).
- Instrucción: Se le pide completar los cuadros dibujando lo que desee, pero siguiendo un orden que se indica (usualmente, numérico del 1 al 8 o en un orden libre, según la técnica del evaluador).
- Tiempo: El tiempo no suele ser limitado, pero se registra cuánto tarda en completar cada cuadro.
- Creatividad: Cómo transforma el estímulo inicial.
- Manejo de límites: Qué tanto respeta o trasciende los márgenes de los cuadros.
- Expresividad emocional: Reflejada en la temática y estilo de los dibujos.
- Adaptabilidad: Representada en la capacidad de integrar el estímulo en una figura coherente.
- Dinámicas internas: Como miedos, deseos, conflictos o patrones de conducta.
- Elección del orden: Si sigue el orden numérico o decide otro, lo que puede indicar su estilo de pensamiento (ordenado, impulsivo, reflexivo).
- Contenido de los dibujos: Los temas representados reflejan áreas de interés, conflictos o preocupaciones.
- Trazos y formas: La presión del lápiz, el tamaño, el uso del espacio y otros detalles proyectan la seguridad, energía o inhibiciones del individuo.
- Símbolos: Elementos repetitivos o simbólicos que pueden tener un significado psicológico.
- Es rápido de aplicar.
- Es versátil y se puede usar con niños, adolescentes y adultos.
- Complementa otros instrumentos en un psicodiagnóstico.
Confiabilidad y validez
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En sus versiones clásicas (psicoanalíticas o proyectivas libres), la confiabilidad interjueces es baja a moderada, dado el alto grado de interpretación subjetiva.
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Sin embargo, versiones sistematizadas, como el Sistema de Evaluación Wartegg (WZT-6) desarrollado por Erich Mittenecker y revisado por Kinget, Crisi y otros autores, muestran coeficientes de confiabilidad más sólidos, por ejemplo:
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Concordancia interevaluadores: entre 0.70 y 0.85 (Crisi, 2007; Crisi & Dentale, 2016).
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Consistencia interna (α de Cronbach): entre 0.60 y 0.80, dependiendo de la muestra.
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Validez de constructo: moderada, especialmente cuando se analizan las variables formales (estructura, organización, secuencia).
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Validez concurrente: investigaciones recientes muestran correlaciones significativas con el Rorschach (Sistema de Exner) y con el 16PF o el MMPI, especialmente en dimensiones de control emocional, introversión/extraversión y ansiedad.
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Validez predictiva: limitada en su versión clásica, pero aceptable en la versión Crisi, sobre todo para predecir desempeño laboral o adaptación interpersonal.
En resumen, las versiones modernas (Crisi o Kinget sistematizada) tienen evidencia empírica suficiente para uso profesional, pero no alcanzan la robustez psicométrica de pruebas objetivas (como MMPI-2, PAI, 16PF).
En el contexto pericial, la cuestión no es solo técnica sino también epistemológica y judicial:
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Permite explorar aspectos cualitativos de la personalidad difíciles de captar con tests objetivos (por ejemplo, defensas, impulsividad, modalidad de vínculo).
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Ofrece indicadores proyectivos útiles para integrar en un conjunto de pruebas (junto al Rorschach, Bender, HTP, etc.).
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Puede aportar coherencia cualitativa en la comprensión del sujeto y su modalidad de afrontamiento.
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No puede sostenerse por sí solo como prueba pericial concluyente, por su menor respaldo psicométrico.
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Su aceptación judicial depende del tribunal y del país; en Argentina, por ejemplo, se acepta si está debidamente fundamentado dentro de una batería y el informe aclara su naturaleza proyectiva.
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Su uso debe estar enmarcado en un enfoque clínico y no diagnóstico-psicométrico exclusivo.
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