miércoles, 29 de octubre de 2025

Entre el 0 y el +1: la sutura del sujeto y la castración del Otro

En más de una ocasión hemos subrayado la importancia de tender un puente entre los Seminarios 9 y 12. Entre ambos se sostiene un mismo hilo de trabajo: formalizar la castración del Otro y, al mismo tiempo, repensar la relación del sujeto con la serie.

Mencionaba acá la apoyatura en las condiciones fregeanas del inicio, a las que debe necesariamente asociarse el problema del sucesor, sin el cual no hay serie posible. El sucesor se engendra cuando el 0 se cuenta como 1, operación que introduce el +1 como función estructurante.

Trasladar esto al campo del sujeto implica plantear que sólo puede contarse en el Otro a partir de ese +1 que lo barra. En este punto se abre una diferencia con los desarrollos de los Seminarios 5 y 6, donde predominaba la lógica del –1. La tensión entre ambos Unos —el que resta y el que añade— delimita la distancia entre lo que puede contarse y lo que permanece no enumerable.

De este modo se establece una hiancia con valor causal, cuya formalización lleva a Lacan a reformular la operación de sutura: el modo en que el sujeto se enlaza a la cadena significante. Esta lectura, que se apoya en la identificación freudiana pero la desplaza, subraya que tal identificación carece de todo estatuto psicológico. No es un proceso de reconocimiento, sino una operación de incorporación que afecta al cuerpo y lo inscribe en la serie.

La incorporación, sin embargo, se define por su opacidad, rasgo que la separa de la claridad de la conciencia y, al mismo tiempo, permite situar en ella algo irreductible. El problema, entonces, es desde dónde pensar esa opacidad. El camino que Lacan abre es el que va del 0 al 1: allí se juegan el inicio lógico, la dimensión de lo no enumerable y la inconsistencia constitutiva de la verdad.

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