martes, 14 de octubre de 2025

¿Por qué el psicoanálisis se apoya en referencias lógicas?

La pregunta que inaugura estas líneas busca esclarecer qué encuentra el psicoanálisis en la lógica —ese recurso del que decide servirse— y, al mismo tiempo, qué problema de la praxis conduce a dicha apoyatura.

Por esta segunda vía podemos comenzar a avanzar.
Si el significante encadenado da acceso a aquello que puede ser significado o representado, la lógica, en cambio, permite incidir sobre lo necio, lo paradojal o lo sin sentido: introduce un acceso a lo que se sustrae al encadenamiento significante.
Desde temprano, Lacan subraya que esa enseñanza inédita exige, lógicamente, un lugar para lo inarticulado, aquello que se sitúa más allá de la cadena del discurso.

A través de este recurso, el psicoanálisis puede distinguir diversos estatutos del inconsciente.
Por un lado, puede abordarlo en su dimensión serial y discursiva, articulado a la topología de la cadena.
Por otro, puede interrogar el empalme entre inconsciente y real, allí donde el saber se topa con su límite.

Esta última vía está estrechamente ligada a una pregunta que concierne tanto a la dirección de la cura como a la eficacia clínica del psicoanálisis, una pregunta que retorna con insistencia:

Es decir, ¿cómo acceder a aquello que se sustrae al saber como elucubración?

La lógica cobra así su pertinencia allí donde el sentido desfallece.
Esto deja en evidencia que la práctica analítica no consiste en develar un sentido oculto, sino en conducir al sujeto hacia el terreno del sin-sentido, allí donde el saber tropieza.

Este abordaje permite situar, con Lacan, que esa fracción de sentido —la que se pierde y retorna— se juega en el punto de reunión entre los conjuntos del sujeto y del Otro.
Y es precisamente allí donde el sujeto se las ve con eso, en la hiancia misma entre ambos campos, donde reside la eficacia de la interpretación analítica.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario