Los conceptos de “lo nodal” y “lo modal” son términos que en Lacan se cruzan pero pertenecen a campos distintos que él hace dialogar, especialmente entre los seminarios 17 (“El reverso del psicoanálisis”), 19 (“…o peor”), y 20 (“Aún”).
De esta manera, lo modal permite pensar el goce, el deseo y la diferencia sexual como funciones lógicas, no biológicas ni morales. Las fórmulas de la sexuación (que utilizan cuantores ∀, ∃, etc.) son escrituras modales: muestran qué es necesario, imposible o contingente respecto del goce masculino y femenino.
La lógica modal permite situar dónde goza el sujeto y qué posición lógica ocupa respecto al deseo y al Otro. Por ejemplo:
En la neurosis, el sujeto está del lado de lo posible y de lo necesario. Necesita que haya un Otro que garantice, aunque sospeche que miente. Su síntoma se sostiene en esa dialéctica entre el “hay” y el “no hay” (castración, falta, ley). El síntoma “demuestra” una imposibilidad, pero no la cuestiona.
En la psicosis, el sujeto está confrontado directamente con lo imposible: el significante que debería marcar el límite (Nombre del Padre) no opera, por lo tanto el goce no está mediado. El sujeto no puede situarse modalmente —no hay cuantificación posible—, el goce invade o desborda.
En resumen, lo modal permite ubicar qué tipo de imposibilidad o posibilidad organiza la economía del goce en cada estructura.
El nudo borromeo muestra que si se corta uno de los tres registros, los otros dos se sueltan. Por eso, lo nodal alude a la estructura de los lazos, los puntos de anudamiento, y también a las formas de desanudamiento (por ejemplo, en las psicosis).
Lacan llama nudo a la manera singular en que cada sujeto enlaza su cuerpo, su goce y su palabra.
En la clínica, mientras la lógica modal da cuenta del “régimen” del goce, la topología (en este caso, lo nodal) muestra cómo se enlazan o se cortan los registros Real, Simbólico e Imaginario (RSI).
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Lo modal aporta el razonamiento lógico: la escritura de la imposibilidad (“no hay relación sexual”).
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Lo nodal aporta el espacio donde esa imposibilidad se estructura, se enlaza o falla.
Por eso se puede decir que: “Lo modal escribe la imposibilidad; lo nodal la enlaza.”
Lacan no introduce ni la lógica ni la topología como adornos teóricos: ambas responden a un problema clínico fundamental. Su pregunta, concretamente, es: “¿Qué sostiene al sujeto cuando el Otro no garantiza?” O dicho de otro modo: ¿cómo se estructura —o se desestructura— el lazo entre el goce, el cuerpo y la palabra?
El punto de cruce entre ambos campos es el síntoma como modo de enlace lógico y topológico. Desde lo modal, el síntoma responde a una imposibilidad (no hay relación sexual). Desde lo nodal, el síntoma anuda lo que de otro modo se desataría.
Por eso Lacan dirá en el Seminario 23 (“El sinthome”) “El sinthome hace de cuarto nudo; sostiene lo que, de otro modo, se desanudará.”
Así, el sinthome tiene una función lógica (modal) y una función estructural (nodal): lógica, porque responde a una imposibilidad de escritura; estructural, porque mantiene enlazados los registros.
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