miércoles, 12 de febrero de 2020

Diccionario de Psicoanálisis: Bulimia.

La bulimia es una perturbación de la conducta alimentaria, consistente en el consumo solitario, en ciertos momentos de crisis, de grandes cantidades de comida, de manera rápida y aparentemente compulsiva.

La bulimia fue aislada como entidad clínica recién en 1979. Cabe preguntar, por otra parte, si las preocupaciones referidas a la obesidad en las civilizaciones occidentales, especialmente en los Estados Unidos, no tienen mucho que ver con esta elaboración. No obstante, no todos los bulímicos son obesos; algunos alternan las crisis de bulimia con las tentativas de régimen, y a menudo la crisis durante la cual es absorbida una gran cantidad de alimento es seguida de vómitos.

No se podría negar que individuos (y en este caso principalmente mujeres) pueden expresar en el plano alimentario conflictos que generalmente tienen otro origen muy distinto. Sin embargo, desde que se intenta situar la estructura psíquica de la que dependería la bulimia, aparecen numerosas dificultades.

O. Fenichel, mucho antes de que la bulimia se constituyera como entidad clínica, había hablado, acerca de esto, de toxicomanía sin droga. Sin embargo, si bien la dependencia de la bulímica respecto de su síntoma puede evocar un fenómeno de adicción, no excluye una cierta resistencia a la irrupción de la crisis que impide asimilar las dos estructuras.

¿El conflicto interior (no tocar la comida /para qué detenerse a esta altura) nos hará pensar en la neurosis obsesiva? El cotejo no es inconcebible, pero se queda en lo descriptivo. Por otra parte, la dimensión de autodepreciación, de degradación que hay en la absorción masiva de cualquier cosa ha sugerido la idea de una dimensión melancólica de la bulimia, tanto más cuanto que su desencadenamiento se acompaña a menudo de estados depresivos.

El verdadero problema no está sin duda allí. Las bulimias no presentan posiblemente una unidad estructural. En contrapartida, la frecuencia de formas «mixtas>> donde alternan comportamientos anoréxicos (véase anorexia) y comportamientos bulímicos, la frecuencia también de un pasado anoréxico en las bulímicas, obligan a poner en cuestión la extensión misma de la bulimia. No es imposible que numerosas «bulímicas» que vomitan sean de hecho anoréxicas. El diagnóstico de bulimia, que, por otro lado, puede ser un autodiagnóstico, forma parte entonces en si mismo de la patología y viene a confirmar a los ojos de la paciente que su problema principal reside en la necesidad de evitar un aumento de peso.


Fuente: Chemama, Roland (1996) "Diccionario de Psicoanálisis", p. 2-5. Amorrortu editores. 


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