lunes, 6 de octubre de 2025

¿Qué sabemos sobre la nostalgia desde el psicoanálisis?

El término “nostalgia” fue creado en 1688 por un médico suizo, Johannes Hofer, en su tesis Dissertatio Medica de Nostalgia, oder Heimwehe (“Disertación médica sobre la nostalgia o mal del país”). Hofer buscaba un nombre científico para describir el “mal del país” (Heimweh, en alemán), un padecimiento frecuente entre soldados o estudiantes suizos desplazados lejos de su hogar.

Etimológicamente, nóstos (νόστος) significa “regreso”, “vuelta al hogar”, mientras que álgos (ἄλγος) se refiere a “dolor”, “sufrimiento”. O literalmente: dolor del retorno o añoranza del hogar.

En su sentido original, la nostalgia era entonces una enfermedad del exilio, un sufrimiento físico y mental provocado por el deseo de regresar al lugar de origen.

La nostalgia, para el psicoanálisis, no es un simple recuerdo melancólico, sino una forma de deseo dirigida hacia lo perdido —o hacia lo imposible. Puede leerse como una modalidad afectiva del deseo de retorno, del goce ausente o del ser que el lenguaje fracturó.

Hay varios psicoanalistas que trabajaron la nostalgia de distintos modos —aunque rara vez como concepto central, suele aparecer articulada a otras nociones (pérdida, duelo, deseo, ideal, tiempo, memoria, etc.).

Freud: la nostalgia como retorno del objeto perdido

Freud no utiliza el término “nostalgia” de modo sistemático, pero la idea está implícita en varios textos.

En “Duelo y melancolía” (1917), el trabajo de duelo puede pensarse como el intento de tramitar la pérdida de un objeto amado. La nostalgia sería un modo de retener el objeto en el recuerdo, en vez de abandonarlo, bordeando la melancolía.

En “Más allá del principio del placer” (1920), el retorno de lo mismo y la compulsión a la repetición pueden leerse como una forma de nostalgia pulsional, un anhelo de retorno a un estado anterior de satisfacción, perdido para siempre.

En “El malestar en la cultura” (1930), el tono nostálgico está presente en la descripción de cómo el hombre, en busca de seguridad y cultura, pierde parte de la felicidad instintiva originaria.

En Freud, entonces, la nostalgia no es un afecto puro sino una forma de la repetición ligada a la pérdida.

Lacan: nostalgia del ser y del goce

Lacan retoma este trasfondo pero lo desplaza. En el Seminario 7, La ética del psicoanálisis, hay una alusión directa a la “nostalgia del ser”: el sujeto, marcado por la falta estructural que inaugura el lenguaje, añora un ser pleno que nunca tuvo. Es la nostalgia de lo imposible, del goce perdido que el significante produce como falta.

En el Seminario 11, esa nostalgia se articula con la pulsión y el objeto a: el sujeto gira en torno al vacío, intentando reencontrar algo del goce perdido —una nostalgia estructural que anima el deseo.

En textos posteriores (Seminarios 20 y 23, especialmente), puede pensarse una nostalgia del Uno, del goce no dividido, anterior al significante, que nunca existió pero opera como mito.

Lacan, entonces, da a la nostalgia un estatuto estructural: no se trata de recordar algo vivido, sino de desear lo que nunca fue.

André Green: nostalgia del objeto y del pensamiento

Green trabaja la nostalgia en un registro más clínico y afectivo: En textos como “El discurso vivo” o “La locura privada”, describe la nostalgia del objeto ausente, ligada a las configuraciones melancólicas. Habla de una nostalgia del pensamiento, donde el sujeto busca restablecer una continuidad afectiva y representacional perdida.

En la depresión, el sujeto se encuentra con un “vacío del objeto” que suscita nostalgia pero sin posibilidad de reinscripción simbólica.

Piera Aulagnier y el origen del sí mismo

Aulagnier introduce una noción muy afinada: la nostalgia de la imagen originaria.

En “La violencia de la interpretación”, plantea que el sujeto, al entrar en el lenguaje, pierde la inmediatez de la experiencia originaria y queda habitado por la nostalgia de ese tiempo anterior a la interpretación del Otro.

Es una nostalgia del sí mismo anterior a la palabra, una marca estructural del ingreso al discurso.

Otros desarrollos contemporáneos

Julia Kristeva en “Sol negro” vincula la nostalgia con la melancolía femenina y la experiencia de pérdida materna.

Christopher Bollas habla de la “nostalgia del objeto transformacional”, esa búsqueda inconsciente de reencontrar la experiencia temprana de ser transformado por el entorno materno.

Donald Winnicott se acerca a la idea a través del “objeto transicional”: el niño sostiene una nostalgia del momento en que el objeto y el yo aún no estaban separados.

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