Ahí van algunas citas.
“La intensidad de los elementos en uno nada tiene que ver con esa intensidad en el otro; entre material onírico y sueño ocurre de hecho una total «subversión de todos los valores psíquicos». Alusión al célebre leitmotiv del ataque lanzado por Nietzsche contra el cristianismo”
La interpretación de los sueños (1900 [1899]), Tomo IV, pág. 334-335
“Tras esta infancia individual, se nos promete también alcanzar una perspectiva sobre la infancia filogenética, sobre el desarrollo del género humano, del cual el del individuo es de hecho una repetición abreviada, influida por las circunstancias contingentes de su vida. Entrevemos cuán acertadas son las palabras de Nietzsche: en el sueño «sigue actuándose una antiquísima veta de lo humano que ya no puede alcanzarse por un camino directo»; ello nos mueve a esperar que mediante el análisis de los sueños habremos de obtener el conocimiento de la herencia arcaica del hombre, lo que hay de innato en su alma”
La interpretación de los sueños (1900 [1899]), Tomo V, pág. 542
“Pero ninguno de nosotros ha podido describir el fenómeno, ni su fundamento psicológico, de manera tan exhaustiva e impresionante a la vez como Nietzsche en uno de sus aforismos: «”Yo lo he hecho”, dice mi memoria. “Yo no puedo haberlo hecho” dice mi orgullo y se mantiene inflexible. Al fin… cede la memoria»”
Psicopatología de la vida cotidiana (1901), Tomo VI, pág. 146
“Por una de mis pacientes, que había perdido a su padre muy temprano y buscaba reencontrarlo en todo lo grande y sublime de la naturaleza, he considerado probable que el himno de Nietzsche «Antes del nacimiento del Sol» expresara esa misma añoranza. Así habló Zaratustra, parte III. – También Nietzsche conoció a su padre sólo cuando niño”
Caso Shreber (1911 [1910]), Tomo XII, pág. 51
“En cuanto a la doctrina de la represión, es seguro que la concebí yo independientemente; no sé de ninguna influencia que me haya aproximado a ella, y durante mucho tiempo tuve a esta idea por original, hasta que Otto Rank nos exhibió aquel pasaje de El mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer, donde el filósofo se esfuerza por explicar la locura. Lo que ahí se dice acerca de la renuncia a aceptar un fragmento penoso de la realidad coincide acabadamente con el contenido de mi concepto de represión, tanto, que otra vez puedo dar gracias a mi falta de erudición libresca, que me posibilitó hacer un descubrimiento. No obstante, otros han leído ese pasaje y lo pasaron por alto sin hacer ese descubrimiento, y quizás lo propio me hubiera ocurrido si en años mozos hallara más gusto en la lectura de autores filosóficos. En una época posterior, me rehusé el elevado goce de las obras de Nietzsche con esta motivación consciente: no quise que representación-expectativa de ninguna clase viniese a estorbarme en la elaboración de las impresiones psicoanalíticas. Por ello, debía estar dispuesto –y lo estoy, de buena gana- a resignar cualquier pretensión de prioridad en aquellos frecuentes casos en que la laboriosa investigación psicoanalítica no puede más que corroborar las intelecciones obtenidas por los filósofos intuitivamente”
Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico (1914), Tomo XIV, pág. 15
“Un amigo me ha hecho notar después que el «delincuente por conciencia de culpa» era conocido por Nietzsche. La preexistencia del sentimiento de culpa y el recurso a la falta para su racionalización son patentes en los aforismos de Zaratustra «sobre el pálido delincuente»”
Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico (1916), Tomo XIV, pág. 339
“La intensidad de los elementos en uno nada tiene que ver con esa intensidad en el otro; entre material onírico y sueño ocurre de hecho una total «subversión de todos los valores psíquicos». Alusión al célebre leitmotiv del ataque lanzado por Nietzsche contra el cristianismo”
La interpretación de los sueños (1900 [1899]), Tomo IV, pág. 334-335
“Tras esta infancia individual, se nos promete también alcanzar una perspectiva sobre la infancia filogenética, sobre el desarrollo del género humano, del cual el del individuo es de hecho una repetición abreviada, influida por las circunstancias contingentes de su vida. Entrevemos cuán acertadas son las palabras de Nietzsche: en el sueño «sigue actuándose una antiquísima veta de lo humano que ya no puede alcanzarse por un camino directo»; ello nos mueve a esperar que mediante el análisis de los sueños habremos de obtener el conocimiento de la herencia arcaica del hombre, lo que hay de innato en su alma”
La interpretación de los sueños (1900 [1899]), Tomo V, pág. 542
“Pero ninguno de nosotros ha podido describir el fenómeno, ni su fundamento psicológico, de manera tan exhaustiva e impresionante a la vez como Nietzsche en uno de sus aforismos: «”Yo lo he hecho”, dice mi memoria. “Yo no puedo haberlo hecho” dice mi orgullo y se mantiene inflexible. Al fin… cede la memoria»”
Psicopatología de la vida cotidiana (1901), Tomo VI, pág. 146
“Por una de mis pacientes, que había perdido a su padre muy temprano y buscaba reencontrarlo en todo lo grande y sublime de la naturaleza, he considerado probable que el himno de Nietzsche «Antes del nacimiento del Sol» expresara esa misma añoranza. Así habló Zaratustra, parte III. – También Nietzsche conoció a su padre sólo cuando niño”
Caso Shreber (1911 [1910]), Tomo XII, pág. 51
“En cuanto a la doctrina de la represión, es seguro que la concebí yo independientemente; no sé de ninguna influencia que me haya aproximado a ella, y durante mucho tiempo tuve a esta idea por original, hasta que Otto Rank nos exhibió aquel pasaje de El mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer, donde el filósofo se esfuerza por explicar la locura. Lo que ahí se dice acerca de la renuncia a aceptar un fragmento penoso de la realidad coincide acabadamente con el contenido de mi concepto de represión, tanto, que otra vez puedo dar gracias a mi falta de erudición libresca, que me posibilitó hacer un descubrimiento. No obstante, otros han leído ese pasaje y lo pasaron por alto sin hacer ese descubrimiento, y quizás lo propio me hubiera ocurrido si en años mozos hallara más gusto en la lectura de autores filosóficos. En una época posterior, me rehusé el elevado goce de las obras de Nietzsche con esta motivación consciente: no quise que representación-expectativa de ninguna clase viniese a estorbarme en la elaboración de las impresiones psicoanalíticas. Por ello, debía estar dispuesto –y lo estoy, de buena gana- a resignar cualquier pretensión de prioridad en aquellos frecuentes casos en que la laboriosa investigación psicoanalítica no puede más que corroborar las intelecciones obtenidas por los filósofos intuitivamente”
Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico (1914), Tomo XIV, pág. 15
“Un amigo me ha hecho notar después que el «delincuente por conciencia de culpa» era conocido por Nietzsche. La preexistencia del sentimiento de culpa y el recurso a la falta para su racionalización son patentes en los aforismos de Zaratustra «sobre el pálido delincuente»”
Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico (1916), Tomo XIV, pág. 339
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