miércoles, 11 de septiembre de 2019

Aportes freudianos para pensar los trastornos de la personalidad.

Anteriormente, nos preguntamos por el concepto de personalidad, para pensar los trastornos de personalidad del eje II del DSM.

Para seguir acercándonos a los trastornos de la personalidad, hoy vamos a incluir un concepto con los cuales hoy en día no se trabaja en los manuales de clasificación diagnóstica. El DSM no plantea esta clasificación, pero que sí data de la época de Freud. Vamos a diferenciar neurosis de carácter, neurosis actual, psiconeurosis, neurosis narcisistas y neurosis de transferencia. Vamos a ver de qué trataba cada uno y su resignificación actual.

Neurosis de carácter: Es un tipo de neurosis en la cual el conflicto no se traduce en la formación de síntomas claramente aislables (delimitables) sino por rasgos del carácter o formas de comportamiento e incluso una organización patológica del conjunto de la personalidad. 

En 1915 Freud diferenció:
Neurosis actuales: Es un tipo de neurosis que se diferencia de las psiconeurosis ya que su origen no debe buscarse en conflictos infantiles sino en el presente. Los síntomas en las neurosis actuales no constituyen una expresión simbólica sino que resultan directamente de la falta o inadecuada satisfacción sexual. Freud incluyó en las neurosis actuales la neurosis de angustia (trastornos de ansiedad hoy) y la hipocondría.

Psiconeurosis: Los conflictos datan del pasado. Freud dice que todos los síntomas tienen un significado, que están en relación con la vida psíquica del paciente. El origen debe hallarse en determinados acontecimientos reprimidos en el pasado. Son las que hoy nosotros llamamos neurosis fóbica, neurosis obsesiva y neurosis histérica. Pero es una clasificación tradicional, porque hoy el DSM IV no habla de eso, sino que se habla de trastornos de ansiedad, en donde está la fobia específica, la fobia social. Está el trastorno dismórfico corporal, el trastorno por estrés post traumático, el trastorno obsesivo compulsivo y dentro de lo que nosotros decimos neurosis histéricas, están los trastornos sómatomorfos, dentro de los cuales está el trastorno de somatización y los trastornos de conversión.

Freud va a diferenciar, en las psiconeurosis, a las afecciones psíquicas cuyos síntomas constituyen la expresión simbólica de conflictos infantiles, entre las cuales destaca las neurosis de transferencia y las neurosis narcisistas. El síntoma está simbolizando algo que está reprimido. Por ejemplo, la idea obsesiva que presenta un paciente neurótico, es una idea que se le presenta repetidas veces y no se la puede quitar de la cabeza. Puede sentir que está sucio, que está desordenado, entonces esto lo lleva a realizar determinados actos que repetidamente tiene que realizar para calmar la angustia que le generan esas ideas. La persona sabe que es absurdo y que se debe al pasado, pero está reprimido lo que da lugar al síntoma, que es lo que aparece. El síntoma expresa algo que está oculto. El neurótico fóbico se da cuenta de que tiene un miedo exagerado que lo paraliza, pero no puede dejar de tener miedo. Tiene conciencia, lo que es un punto muy importante para poder diagnosticar una neurosis y no por ejemplo un trastorno de personalidad evitativo o un trastorno de personalidad obsesivo compulsivo. El paciente se da cuenta de que tiene que hacer esas cosas, y aunque le parezca ridículo que ya se haya lavado las manos 10 veces, tiene que volver a hacerlo. El fóbico también se da cuenta, pero siente mucha angustia, o que no va a poder.

Neurosis narcisistas: Este concepto no se utiliza actualmente. En la obra de Freud designa a la enfermedad mental caracterizada por la concentración de libido en el yo. Incluye la psicosis. Hoy hablamos de formas de psicosis. En la melancolía, la libido está concentrada en el yo. En la salud, la libido está en el yo pero buena parte de ella sea libido objetal, el amor, al interés en otras personas, a hacer actividades, etc. Y además que haya libido suficiente para que nos podamos interesar por cosas nuevas. Hay patologías en las que la libido está concentrada en el yo. Esto ya no es una forma de neurosis, porque en las neurosis la persona tiene vínculos con el otro, hay libido objetal, pero esta situación o esta persona tiene una determinada significación que remite al pasado, a la historia.

Neurosis de transferencia: Es una neurosis que surge de la cura psicoanalítica. Se trata de una neurosis artificial en la cual se organizan las manifestaciones de transferencia, que en realidad se trata de una reedición o actualización de los vínculos parentales. En la transferencia el paciente traslada de manera inconsciente y repite con el analista aquello que vivió con sus padres. Está ligado a la técnica psicoanalítica. La transferencia se da siempre, lo que pasa es que el analista interpreta esa transferencia.

En el texto "3 ensayos..." Freud va a hablar de la sexualidad infantil. Freud plantea varias cuestiones. Una tiene que ver con la importancia de la sexualidad infantil y otra con la existencia de la pulsión sexual en la infancia. No recién en la pubertad como se creía, sino que existe la pulsión sexual desde el nacimiento. Es una premisa en la obra de Freud.

Freud diferencia 2 momentos, la vida o sexualidad pre genital a diferencia de la genital propiamente dicha.
  • Pre genital: Características: se satisfacen en el propio cuerpo, es auto erótica. No hay desarrollo corporal que permita la libido objetal.
  • Genital. Freud va a decir que son estas pulsiones pre genitales que involucran la parte oral, anal y fálica, van a luego sucumbir ante ciertos diques anímicos que contienen el caudal pulsional. Con la salida de la etapa fálica, en el psiquismo infantil ocurre el período de latencia. Los diques son el pudor y la vergüenza, el asco o repugnancia, la búsqueda de lo estético y lo moral. Un destino de estas pulsiones es la formación reactiva. El niño de esta etapa se toca, se muestra, se enchastra. Esto cambia y aparece su forma opuesta en la conciencia. No quiere que lo miren. Acá hay otro destino pulsional.
Las pulsiones se organizan bajo la supremacía genital a partir del desarrollo puberal.

Freud va indicando a partir de estas etapas con qué actividades va logrando el placer. El sadismo en la etapa oral, el sadismo en la etapa anal, el sadismo en la etapa fálica. Cómo es que esta pulsión de vida y de muerte aparecen mezcladas en los vínculos que se van estableciendo.

El carácter y el erotismo anal:
Entre las personas que lo consultan, hay quienes tienen ciertas rasgos, ciertas cualidades del carácter. Freud plantea que puede haber una particular relación entre estas cualidades del carácter y algunos órganos. Los pacientes son cuidadosos, económicos y tenaces. Son pulcros (limpios, prolijos), escrupulosos en el cumplimiento de sus obligaciones. Su economía está aumentada hasta la avaricia. Y son tenaces, es decir, persistentes y perseverantes. Pero también pueden ser obstinados.

En la historia infantil necesitaron más tiempo para dominar sus esfínteres, la incontinencia. Incluso pudieron tener fracasos posteriores. Pareciera que los niños se niegan ir a defecar porque esto les genera accesoriamente un placer. Confiesan en años posteriores que les gustaba retener la deposición, incluso, refiriéndose a qué hacían con la caca después. De estos, deducimos, dice Freud, una marcada acentuación erógena de la zona erógena anal en la constitución de la personalidad. Hay como una cierta fijación en esa etapa. Pero pasada esa etapa de la infancia, no descubre resto alguno. Aparentemente la zona anal ha perdido erogeneidad, no se mantiene sino que desaparece. La constancia de esta tríada de cualidades podría estar relacionada con la desaparición del erotismo anal.

En estos individuos, estas características parecen ser resultado de la sublimación del erotismo anal. Significa que estas pulsiones ligadas a lo anal, en vez de ser satisfechas directamente, van a ser canalizadas en características normales. Ser cuidadoso en su aseo personal y ser prolijo es la sublimación de eso. Alguien sumamente pulcro, con orden y la escrupulosidad dan la impresión de ser producto de la reacción contra el interés por lo sucio.  Es otro destino pulsional, la formación reactiva o la transformación en lo contrario. El extremo orden es una defensa como algo vivo como lo opuesto.

Freud muestra que este interés del niño por el control de esfínteres se va desplazando en otros representantes simbólicos, como el dinero. Entonces así como el niño puede ser sumamente retentivo con su materia fecal, puede después hacerlo con el dinero. O si es extremadamente expulsivo, puede aparecer la transformación en lo contrario que es la retentiva. Estas características también aparecen en determinados trastornos de la personalidad, apareciendo conductas impulsivas en distintos aspectos de la vida.

Por último Freud habla de una fórmula: Los rasgos permanentes del carácter son continuaciones de las pulsiones, sublimaciones de esas pulsiones o reacciones contra estas pulsiones.

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