Un temor muy común es el de cursar un nuevo infarto durante la actividad sexual y morir en esas circunstancias. La persona post-infartada entra en una etapa depresiva por el impacto emocional del infarto agudo de miocardio, que se agrava con la creencia de no ser ya los mismos desde el punto de vista sexual.
Muchos de los medicamentos utilizados en cardiología tienen el efecto secundario de deprimir la respuesta sexual.
En la mayoría de los casos, las personas refieren:
- falta de deseo
- retraso en la eyaculación
- ausencia de orgasmo
- dificultades para la erección
Pasado el período de estabilización (de uno a dos meses, tiempo en que el corazón cicatriza) y realizada una prueba de esfuerzo, se puede reanudar la vida sexual.
Los signos de alarma que pudieran aparecer durante la actividad sexual son los mismos que los que aparecerían durante el desarrollo de un programa de ejercicios físicos de rehabilitación.
El Viagra debe ser prescrito y controlado por un médico, después de haberse descartado los efectos colaterales sobre enfermedad coronaria, entre otros.
Se recomienda tener relaciones sexuales con persona conocida, en un ambiente conocido y de la misma forma en que se mantenían antes del infarto, no exigiendo alcuerpo esfuerzos extraordinarios.
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