miércoles, 23 de diciembre de 2020

La lectura del fantasma y las intervenciones del analista

¿Qué quiere decir cuando se dice que el fin de análisis implica el atravesamiento del fantasma? El concepto lacaniano de fantasma deriva de otro anterior, que es el de fantasía y que está en Freud. Se trata de un concepto fundamental para la clínica y es importante poder leerlo, según lo que el sujeto habla. Recordemos que el analista es al menos dos: el que escucha, pero también el que teoriza. 

El fantasma es fuertemente inconsciente y es algo a ser leído por el analista. No tiene que ver con la imaginación ni con fantasías preconscientes, sino más bien con la fijación pulsional. A través de las distintas situaciones que pasa un paciente, el analista va leyendo el fantasma.

¿Qué textos de Freud nos dejan pensar en el fantasma? Uno de ellos es Tres ensayos para una teoría sexual (1905), donde Freud habla de las fantasías promordiales: las fantasías de seducción, la de coito entre los padres y la de castración. En estas tres fantasías, no hay dos, sino tres personajes.

Para marcar cuáles son los tres personajes de todo fantasma, vamos a utilizar de apoyo el cuadro "La virgen María castigando al niño Jesús ante tres testigos", de Max Ernst. 


En las fantasías, vemos que hay alguien activo que tiene todo el poder y los recursos. Hay otro que padece el daño bajo la forma de un goce pasivo, en los términos de la pulsión oral, anal, invocante, escópico, etc. Hay un tercer lugar que está viendo la escena, que puede ser un goce escópico o de otro orden: en el caso del cuadro, los testigos no miran o miran para otro lado, lo cual es interesante para marcar este último punto de la modalidad de goce que podría ser.

Atravesar el fantasma implica revisar cada una de estas posiciones. Por ejemplo, alguien que se siente insultado es probable que en otra oportunidad insulte a otros. Lo que el paciente cree es que está está solamente en una y allí es donde se pierde. En un análisis, el paciente recorrde sus goces activos, sus goces pasivos y también esa otra función que vemos en Pegan a un niño. Recordemos la construcción que Freud hace. El análisis es un trabajo de desmontaje del fantasma y que se hace desde la primera sesión. De lo que se trata, es de ir atravesando las distintas variedades de goce pulsional.

El fantasma no se repite idénticamente en todas las situaciones, puesto a que el sujeto va variando en las posiciones. Lo que se reptite es su estructura. 

El fantasma se define como la respuesta que el sujeto se da a qué quiere el Otro de él, identificándose con un objeto. La fórmula que propone Lacan para el fantasma es 
$→a
Cuando el sujeto se acerca al objeto a, palidece. Algo de ese brillo captura al sujeto y lo desubjetiva. Esto es un indicador clínico de cuando alguien está frente a una situación que toca su fantasma.

Vayamos a un caso: A y B son pareja. Están los dos sentados. A está con el celular y B lo mira con una mirada acusatoria. A, que es mirado, queda aterrado frente a la escena de celos de B. A está tan atrapado en esta escena que lo único que piensa es en que B se calme. A no estaba haciendo nada malo, pero al ver la mirada de B se despliega el fantasma. A le muestra el celular, pero B no quiere verlo. A se queda callado, con culpa de haber dado lugar a los celos de su pareja (lo cual da lugar a a escuchar el sentimiento inconsciente de culpa). 

El fantasma que se desencadena para A es de tener que salvar a B, donde salvar es jugar al papel del muerto, puesto a que se queda callado. En esto de crucificarse, ya que utilizamos el cuadro, implica el lugar de asumir una culpa como la que Jesús también asume, que es la culpa del mundo. Acá tenemos un ejemplo donde el sujeto queda congelado frente a lo que sucede, encontrando como única salida la de jugar el papel del muerto. En este fantasma, hay un personaje mirado sin recursos, otro que mira y el que mira la escena sería la ley, Dios o el Otro del ideal respecto del cual el sujeto mirado siente que sí o sí tiene que jugar el lugar del muerto, validándole el lugar.

Ahí donde un sujeto que tiene solamente una sola salida, estamos en terreno de lo fantasmático. Las interevenciones posibles podrían ser interrogar por qué esa persona asume el lugar de la culpa, o por qué asume que quien lo mira está dañado y debe salvarse. El fantasma de A, en este caso y por su historia, le indica que debe salvar a B. El analista debe desarmar la idea del Otro que tiene todos los recursos. Esto es lo que hace caer al fantasma. Recordemos que el neurótico presupone que el Otro tiene todos los recursos y como vimos, ese Otro completo no existe. El "Otro" está tan en falta y tomado por su propio fantasma como todo el mundo.

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