Este artículo pretende mostrar las dos tópicas freudianas, en especial la noción de Inconsciente (Icc) y su posterior reelaboración en el concepto del Ello, haciendo manifiesto el paso de una noción a otra y clarificando su cambio.
Al emprender el análisis de la categoría Freudiana de lo inconciente, necesariamente se debe remitir a su contraparte, es decir al concepto de lo consciente; es así como a la diferencia entre distintos estados de lo inconsciente, en preconsciente y lo desalojado o reprimido, y mostrar cómo estos median en la relación inconciente- conciente, sin dejar de lado el aspecto dinámico, sistemático y descriptivo de lo inconciente.
Posteriormente se expone la concepción de la estructura de la personalidad psíquica compuesta por ello, yo y superyó, las características de cada uno y las interrelaciones entre ellos. Se rescata el concepto de lo inconsciente que viene a denotar una cualidad de los procesos psíquicos, una característica de la actividad mental que puede hallarse en cualquier parte del aparato psíquico. A diferencia de la psicología para quien la conciencia y actividad psíquica eran equivalentes, Freud rebate esta concepción y afirma que la conciencia constituye tan solo una parte de la vida mental humana, que la actividad psíquica procede en su mayor parte del inconsciente, y que solo algunos de estos fragmentos emergen de modo temporario en la conciencia que, lejos de controlar la vida interior, está sujeta en muchos sentidos al dominio de 3 aquel, tal como lo dice Freud: “psicológicamente, no somos dueños en nuestra propia casa.(Ana Freud, 1993, pág. 173)
Una de las más importantes definiciones que Freud deja en sus Trabajos sobre metapsicología en 1915, es el de inconciente y consciente y más adelante en su segunda tópica, (1923) cuando introduce los conceptos de ello, yo y superyó, como complemento y/o ampliación para dar cuenta de los elementos que componen el aparato psíquico.
Este escrito pretende exponer de manera sencilla pero concreta estos términos (tanto conciente como inconciente y el ello, el yo y el superyó) y las conexiones entre ellos, haciéndolo en el mismo orden que utilizó Freud para explicarlos, basado en algunos de los texto donde Freud los presenta de manera amplia y detallada. Freud logra descubrir el psicoanálisis y formular su concepto de inconsciente, gracias al estudio realizado con Charcot y luego con Breuer, acerca de los trastornos neuróticos histéricos y el método de la hipnosis. Él se da cuenta de la existencia de procesos anímicos de carácter inconciente, alejados de la conciencia y por ende de la psicología. Allí empieza Freud a elaborar una 4 teoría sobre el funcionamiento del aparato psíquico concibiendo un sistema Inconsciente, preconsciente - consiente, sistema regido por lo dinámico y económico, bastece decir, por el principio de placer displacer. En primera medida trata el inconsciente que fue expuesto formalmente por él, por primera vez, en el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900) en donde muestra cómo es, cómo trabaja y cómo difiere de las otras partes de la psique y sus relaciones reciprocas con ellas (Freud, 1993/1915). Éste término fue introducido para explicar y describir los fenómenos que observaba y que estaban alejados de la conciencia. Más adelante en 1915 Freud dedica un capítulo completo a lo inconciente, allí explica su concepción de que existen procesos anímicos inconscientes y muestra, desde el punto de vista tópico, como está conformado el aparato psíquico. Da cuenta de la existencia de tres sistemas psíquicos a saber: un sistema consciente que viene a establecer el contacto con el mundo real y el sistema inconciente en donde reposa, entre otras cosas, todo lo reprimido y las pulsiones. Cabe aclarar: “todo lo reprimido tiene que permanecer inconciente, pero (<) lo reprimido no recubre todo lo inconciente. Lo inconciente abarca un radio más vasto; lo reprimido es una parte de lo inconsciente” (Freud, 1993/1915). Hay dos clases de inconciente: lo latente 5 susceptible de conciencia y lo reprimido que no pasa a la conciencia. Eso latente que es inconciente descriptivamente, es lo preconsciente; y lo inconsciente es reprimido dinámicamente. (Freud, 1993/1923) Freud implementa los símbolos de Cc pare el sistema conciente, el Prcc para el sistema preconsciente y el de Icc para el sistema inconsciente; esta perspectiva es la sistemática por su pertenencia a sistemas determinados y dotados con ciertas propiedades. El sistema Prcc surgió a partir de las fases que atraviesa un acto psíquico que inicialmente está en el inconciente, pero es evaluado por la censura y determina si pasa o no a la siguiente fase que sería al sistema Cc; no obstante este acto psíquico admitido por la censura, no quedaría conciente inmediatamente, sino que sería susceptible de conciencia (Freud, 1993/1915). Allí es donde se instaura el sistema preconciente. En caso que la censura no le conceda el paso a la siguiente fase, quedaría este acto anímico reprimido y permanecería en el sistema Icc. Vale decir que los actos anímicos susceptibles de conciencia deben atravesar por una censura rigurosa para pasar del Icc al Prcc y luego reunir ciertas condiciones para ser objeto de conciencia. Los actos anímicos deben atravesar una nueva censura cuando dan un paso de un sistema, al que le sigue m{s alto: “todo progreso hacia una etapa m{s alta de 6 organización psíquica” (Freud, 1993/1915). Tras esta explicación, Freud aclara que ésta tópica psíquica se refiere a regiones del aparato psíquico, y no a localidades anatómicas. Dentro de estos sistemas psíquicos, viene a jugar un papel fundamental la represión (1915), a la que Freud también dedicó un capítulo completo para explicarla, en función de cómo estos actos anímicos pasan de un sistema a otro en forma de representantes que son representaciones de la pulsión; estas representaciones que quieren salir del sistema Icc chocan con la resistencia (censura) y envía sus representantes para ser admitidos en el Prcc. Una vez allí ocurre inicialmente la fuerza de desalojo que es la primera fase de la represión y posteriormente el esfuerzo de dar caza que recae sobre los retoños psíquicos, es la segunda fase de la represión, o la represión propiamente dicha. “la cancelación de la represión no sobreviene hasta que la representación conciente, tras vencer las resistencias, entra en conexión con la huella mnémica inconciente. Sólo cuando esta última es hecha consciente se consigue el éxito” (Freud, 1993/1915) Volviendo al tema del inconsciente, Freud establece en el texto de Las propiedades particulares del sistema Icc (Freud, 1993/1915), los procesos de este 7 sistema, a saber: las mociones pulsionales están coordinadas entre sí, sin influirse ni contradecirse, esto es ausencia de contradicción; por el proceso de desplazamiento y condensación: hay movilidad de las investiduras (representantes de la pulsión) proceso psíquico primario; no están ordenados en el tiempo atemporales; no conocen la realidad, están sometidos al principio de placer sustitución de la realidad exterior por la psíquica (Freud, 1993/1916) Lo inconsciente influye de continuo sobre el Prcc y a su vez está sometido a influencias de parte de este. Los retoños del Icc devienen concientes como formaciones sustitutivas y como síntomas; “la cura psicoanalítica se edifica sobre la influencia del Icc desde la Cc (<) los retoños del Icc que hacen de mediadores entre los dos sistemas nos facilitan el camino para ese logro” (Freud, 1993/1915) Ahora bien, para entrelazar los términos inconciente y consciente con el Ello Yo, y el Superyó, Freud en la Conferencia 31 (1933), aclara el por qué del cambio del uso sistemático de inconciente al uso idiomático del Ello, que fue el nuevo modelo estructural del aparato anímico. Es correcto que no necesariamente coincida yo y conciente por un lado, y reprimido e inconciente por el otro; dado que yo y superyó también tienen partes inconscientes. 8 El superyó o ideal-yo es una diferenciación dentro del yo. Tiene adjudicado la observación del yo, es decir, la conciencia moral y la función de ideal, algo a lo que el yo quiere alcanzar en el superyó “hay una asimilación de un yo con un yo ajeno, a consecuencia de la cual ese primer yo se comporta en ciertos aspectos como el otro, lo imita, por así decir lo acoge dentro de sí” (Freud, 1993/1933) “(...) El superyó se sumerge en el ello; en efecto, como heredero del complejo de Edipo, mantiene íntimos nexos con él; está más alejado que el yo del sistema percepción” (Freud, 1993/1933) es decir, el superyó se instaura en el cierre del complejo de Edipo por efecto de la represión primaria, fuerza de desalojo. De acuerdo a como se dé esta represión (severa y temprana o tardía), más riguroso devendrá el superyó como conciencia moral o sentimiento inconsciente de culpa. El superyó goza de cierta autonomía, persigue sus propios propósitos y es independiente del yo en cuanto a su patrimonio energético. En cuanto al Ello, Freud explica que el término fue utilizado para aclarar y reemplazar “los mal definidos usos de las expresiones anteriores “el 9 inconciente”, "el Icc” y “(<) el inconciente sistem{tico”.”(Freud, 1993/1915) Es decir, con este pronombre impersonal, quería expresar el principal carácter de la provincia anímica y su ajenidad respecto del yo. Hay varias características importantes del Ello. Una de ellas es que “Dentro del ello no se encuentra nada que corresponda a la representación del tiempo, ningún reconocimiento de un decurso temporal (Freud, 1993/1933) esto coincide con uno de los procesos del sistema inconsciente, la atemporalidad; el paso del tiempo no altera lo reprimido, el inconsciente y el ello están exentos del tiempo, y el ello comercia con el mundo exterior solo a través del yo; lo reprimido se comunica con el yo a través del ello. El ello es la parte oscura e inaccesible de nuestra personalidad, contiene nuestras pasiones y procura satisfacción de las necesidades pulsionales regido por el principio de placer. Las mociones pulsionales son en el ello movibles y susceptibles de descarga mayor que en los otros distritos anímicos, y por tal razón ocurre el desplazamiento y la condensación característicos del ello, y como Freud lo mostró, es otro de los procesos del sistema inconciente al que llamó proceso psíquico primario. Estas mociones tienen una investidura energética, que pueden ser 10 anuladas mediante el proceso analítico. (Las mociones pulsionales que el en ello se conocen como investiduras, en el yo se llaman representaciones) Por su parte, el yo es un vocablo conocido antes de Freud, con dos usos principales, uno de los cuales Freud adoptó: “denota una parte determinada de la psique, que se caracteriza por atributos y funciones especiales” (Freud, 1993/1923). “(<) llamando Yo a la esencia que parte del sistema P y que es primero Prcc, y ello, en cambio, según el uso de Groddeck, a lo otro psíquico en que aquel se continua y se comporta como Icc.” (Freud, 1993/1933) El yo se puede caracterizar considerando su nexo con la más externa pieza de superficie del aparato anímico, que se designa como el sistema P-CC. Este sistema está volcado al mundo exterior, es el mediador de las percepciones de este y, en el curso de su función, dentro de él nace el fenómeno de la conciencia, es decir, de aquella parte del ello que fue modificada por la proximidad y el influjo del mundo exterior, instituida para la recepción de estímulos y la protección frente a estos. La consciencia es representante de lo que puede llamarse razón y prudencia, por oposición al ello que contiene las pasiones, puede tomarse a sí mismo como objeto, tratarse como a los otros objetos, observarse y criticarse. Se afana por reemplazar el principio de placer, 11 que rige estrictamente en el ello, por el principio de realidad. “El yo se ha divorciado de una parte del ello mediante resistencias de represión {de desalojo}. Pero la represión no se continúa en el interior del ello. Lo reprimido confluye con el resto del ello” (Freud, 1993/1933) El yo haya grandes dificultades por tener que servir a tres severos amos: el ello, el superyó y el mundo exterior: Es pulsionado por el ello y encubre los conflictos del ello con la realidad. Es apretado por el superyó que le presenta normas de conducta que no tienen en cuenta el mundo exterior y el ello. Y finalmente, con el mundo exterior, porque es confrontado por la realidad (Freud, 1993/1933) Aquí, donde finalizan los planteamientos del Ello y el Yo, se observa toda una complementariedad de significaciones, desde la primera tópica hacia la segunda, que introduce e involucra elementos tanto nuevos de esta elaboración, como los anteriores del primer documento de lo Inconciente. Para terminar, es importante resaltar que para Freud los conceptos son construidos a partir de la descripción de fenómenos y como reza en el primer párrafo de su texto de Pulsiones y destinos de Pulsión (1915): “Sólo después de 12 haber explorado más a fondo el campo de fenómenos en cuestión, es posible aprehender con mayor exactitud también sus conceptos científicos básicos y afinarlos para que se vuelvan utilizables en un vasto ámbito, y para que, además, queden por completo exentos de contradicción” (Freud, 1993/1933)
Puede decirse, que el texto del Ello y el Yo, es una reelaboración de lo Inconciente, amplía su contenido y lo complementa; este último no menos importante, ha evolucionado sin perder validez que sirvió como elemento base para esa construcción final que fue El Yo y el Ello.
Referencias bibliográficas
Freud, Anna. (1993) Los Textos fundamentales del psicoanálisis. Grandes obras del pensamiento. Nota introductoria al concepto de lo inconsciente en: Altaya. Freud, S. (1993).
Lo inconsciente En J. Strachey (Ed.) y J.L. Etcheverry y L. Wolfson (Trads.). Obras completas (Vol. 14). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1914). ________.
Conferencias de introducción al psicoanálisis En J. Strachey (Ed.) y J.L. Etcheverry y L. Wolfson (Trads.). Obras completas (Vol. 15 y 16). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1916- 17). 13 ________.
Pulsiones y destinos de pulsión En J. Strachey (Ed.) y J.L. Etcheverry y L. Wolfson (Trads.). Obras completas (Vol. 14). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1915) ________.
El yo y el ello En J. Strachey (Ed.) y J.L. Etcheverry y L. Wolfson (Trads.). Obras completas (Vol. 19). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1923) ________.
Nuevas conferencias de Introducción al Psicoanálisis. Conferencia 31ª La descomposición de la personalidad psíquica En J. Strachey (Ed.) y J.L. Etcheverry y L. Wolfson (Trads.). Obras completas (Vol. 22). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1933)
Fuente: Sonia Bedoya Ocampo, Alejandro Arenas y Yepez Andrés Felipe Ríos (20109 "DE LO INCONSCIENTE AL ELLO CAMBIO DE TÓPICA", Revista Electrónica Psiconex, vol. 2, n° 3
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