Cada estructura psíquica se organiza alrededor de ciertas operaciones psíquicas que deben realizarse, llevabas a cabo por las funciones maternas y paternas. No importa quién las realice, pues se trata de funciones:
👉La función materna, a grandes rasgos, tiene que ver con alojar y constituir la superficie psíquica, que después da lugar al inconsciente como otra escena.
👉La función paterna, que tiene que ver con los recortes de esa espacialidad psíquica.
Cuando un sujeto entra en depresión, lo que asistimos a una vacilación de los sostenes de esa estructura. Vacila el fantasma, es decir, vacilan aquellas creencias sostenidas inconscientemente sobre qué es el mundo y cuál es el lugar del sujeto en él. El fantasma estructura esa forma de ver el mundo, de manera que hay una relación entre fantasma y la ideología (imaginario) que el sujeto porta.
Entender la depresión como una vacilación fantasmática no implica que se trate de una psicosis. De hecho, varias depresiones no son psicosis. La función alojadora de la madre puede haber ocurrido perfectamente, pero en el decurso de los primeros años pudo suceder que la madre perdiera la posibilidad de alojar la diferencia con el niño. Esa madre que no logra aceptar la diferencia con su hija, por ejemplo, empieza a producir el estrago materno.
No debemos olvidar que la función materna también es fallida. estamos acostumbrados a decir que la función paterna es fallida, lo que da lugar a los síntomas por un corte que no ha terminado de producirse. Las fallas en la función materna ocurren cuando la madre no logra albergar la diferencia. Esto produce un daño en el aparato psíquico. Eugénie Lemoine-Luccioni, en "La partición de las mujeres" dice que en estos casos, la madre no soporta la diferencia con la hija y la toma como continuidad consigo misma. Se trata de una madre narcisista que alojó, pero que no pudo constituir las operaciones necesarias.
El estrago materno tiene consecuencias: si la niña no logra diferenciarse de esa madre (pendiente más de si misma), la niña no puede quitar los ojos de esa madre, quedando apegada a ella, sin poder hacer un corte con ella. Esto se verifica mucho en la clínica con la bulimia y el amor que estas pacientes tienen hacia su madre. En la bulimia aparece claramente este punto de llenarse de comida y vomitarla, incorporación y expulsión que se producen a nivel del cuerpo, pero no a nivel psíquico. El fort-da, como proceso de separación, no ha ocurrido. Faltó la autorización que una niña hace sobre si misma para ser diferente.
En los casos de bulimia, encontramos muchos miedo de la paciente a perder a su madre, aunque la odie. No hay que confundir el odio intenso con la falta de amor.
También en la bulimia vamos a encontrar un interés por la otra mujer, con la que se siente menos.
También, Freud hablaba de que una fijación pre edípica con la madre determina un superyó con una ferocidad terrible. Las jóvenes con problemas alimentarios se miran así, con un superyó feroz.
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