¿Qué significa el “Estrago Vincular”?
El diccionario define a la palabra “Estrago” como ruina, destrucción, daño en grandes proporciones. La paradoja -ese hecho contrario a toda lógica- es que “causar estrago” también significa “provocar una fuerte atracción o admiración”.
El “Estrago Vincular” alude a la relación patológica -entre la fascinación y la devastación- de quienes ejercen las funciones parentales y/o significativas con respecto a un sujeto (infante, adolescente y/o adulto).
El Estrago se caracteriza por un ejercicio de poder omnipotente y desigual del Otro significativo, que deja al sujeto relegado a una posición de objeto (sometido a un extremo dominio).
En la vida cotidiana y en la clínica se observan, con mucha frecuencia, figuras parentales y/o significativas para el sujeto que:
👉Desconocen la alteridad del sujeto, como otro diferente y valioso (por ej.: invalidan, así, sus opiniones, sus sentimientos, violan su privacidad, pronuncian palabras despectivas y/o injurias).
👉Pretenden que el sujeto cumpla todos sus deseos y expectativas, al modo de mandatos tiránicos e insensatos.
👉Convierten al sujeto en un objeto, propinándole abusos y humillaciones de distinta índole: psíquicos, físicos, verbales.
¿Cómo se observa en la clínica el “Estrago Vincular”?
En la práctica clínica escuchamos relatos de pacientes que cuentan sobre sus vínculos.
Son en general hijos, parejas o sujetos que están a merced de figuras de poder, un Otro significativo para el sujeto, que ostenta una autoridad por fuera de los límites de la Ley.
Los sujetos que sufren estos Estragos, así lo demuestra la clínica, dejan de ser dueños de su vida, cayendo así en un derrumbe subjetivo. Como situación agravada -y debido a la compulsión a la repetición, característica del aparato psíquico-, en muchos casos, estos sujetos víctimas del Estrago, repiten compulsivamente su historia en otra trama generacional, a la manera de un “oscuro destino”.
¿El “Estrago Vincular” causa -inevitablemente- una Neurosis de Destino?
Definimos la “Neurosis de Destino” -tal como S. Freud la describe- como aquella determinación oscura que recae y se apodera del sujeto, a consecuencia de lo cual deja de ser el personaje principal de su vida y pasa a ser objeto de un Otro abusador.
A nivel subjetivo, la persona experimenta esta situación -la repetición compulsiva del Estrago- como un “destino” que lo persigue en tiempo presente y real.
“Hay una salida”
Decimos que, no necesariamente las víctimas de Estragos Vinculares desembocan sí o sí en una Neurosis de Destino. Instalar dicha afirmación como una certeza para todos los sujetos que sufrieron daño psíquico intrafamiliar y/o extrafamiliar, sería, por un lado, pensar en un determinismo psíquico inflexible e implacable y, por otro lado, volver a ubicar al sujeto como un ser indefenso e inerme, sin posibilidades para hacer uso de su potencia transformadora y cambio subjetivo -por supuesto- trabajo psíquico mediante.
¿Qué-hacer de la terapia psicoanalítica ante el Estrago Vincular, como horizonte para promover una salida?
Cuando el paciente es un niño o niña:
Si el Estrago Familiar se ejerce durante la crianza del niño o la niña y, por las razones que fueran, dichos infantes están en tratamiento, se hace fundamental para el analista el trabajo con las parentalidades, como modo de introducir la función de la Ley, del “tercero de apelación”. Esta función tercera es la que marcará qué es lo que está permitido hacer en una crianza y aquello que de ninguna manera es posible ejercer: la posición de Amo y Señor del infante.
“El analista en función de “tercero de apelación”, promoverá que el sujeto tenga una salida de la encerrona trágica, ese encierro de a dos, tan desigual y desproporcionado” - Fernando Ulloa
Cuando el paciente es un adulto:
El analista se orientará a escuchar, descifrar e interrogar las injurias y humillaciones de ese Otro abusador, convertidas en mandatos superyoícos, crueles y voraces, que deben ser cumplidos compulsivamente en la vida del sujeto.
Localizar al sujeto y a su propio deseo es el propósito fundamental del análisis. Porque el deseo es lo único que convierte al sujeto en un ser distinto, singular y, por lo tanto, capaz de darle un sentido a su vida.
“La única subversión que el psicoanálisis propone es la del sujeto cuando asume su deseo”- Fernando Ulloa
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