Dice Sigmund Freud, Inhibición, síntoma y angustia, (Amorrortu editores):
Yo no soy en modo alguno partidario de fabricar cosmovisiones. Dejémoslas para los filósofos, quienes, según propia confesión, hallan irrealizable el viaje de la vida sin un Baedeker [nombre de una serie de guías turísticas publicadas por primera vez en Alemania por Karl Baedeker] así, que dé razón de todo. (...) Cuando el caminante canta en la oscuridad, desmiente su estado de angustia, mas no por ello ve más claro.
Saco a colación esta declaración de Freud porque observo una tendencia en los psicoanalistas a querer opinar, desde la teoría psicoanalítica, sobre todos los asuntos humanos como si el psicoanálisis les otorgará la capacidad de hacer una análisis riguroso y tener una opinión válida sobre asuntos que exceden nuestro campo. Mi opinión es clara, aunque el psicoanálisis puede hacer importantes aportaciones a otros campos del saber, en especial a los relacionados con las ciencias sociales, su capacidad de explicación y de teorización son bastante limitados más allá de la clínica, y del campo de la ciencia que le compete sobre el sujeto etcétera.
Si quieren comprender que es lo que pasa en la sociedad moderna, o en su país, harán mejor en leer y escuchar a analistas políticos, a historiadores, a economistas e incluso a filósofos de nuestro tiempo y por supuesto, de tiempos pasados.
En resumen , colegas, llamo a la humildad.
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