Mas allá de la latencia inicial por efecto del significante, y de su consistencia imaginaria vía la identificación especular, ese particular abordaje es inseparable del modo de considerar el estatuto del objeto para el psicoanálisis.
Se trata de uno que es efecto de un corte, de resultado de lo cual deviene un objeto cesible. Este carácter cesible conlleva la angustia en el sujeto. Desde esta perspectiva entonces, ya no es sólo el significante lo que divide al sujeto, sino también ese objeto que, al ser cedido, implica la pérdida de goce. En el cuadro es Santa Águeda quien contempla una parte separada de su propio cuerpo, lo que nos lleva a interrogarnos: ¿qué tan propio es el cuerpo del sujeto? O también, ¿de qué modo podría apropiarse de él?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario