lunes, 2 de septiembre de 2024

Cuando un niño “no juega” ¿Por qué el analista tiene que inventar el Juego?

 

¿Sabías que el Juego en la niñez…?

  • No es innato.

  • No se hereda genéticamente .

  • No está asegurado ni garantizado para el niño.

  • Es algo a construir, desarrollar, entre el niño o niña y sus Otros significativos

El Juego
¿Por qué es una pieza constitutiva del psiquismo infantil?


El Juego permite poner en escena las fantasías, la sexualidad, los síntomas, las inhibiciones y los hechos significativos que han sido vividos pasivamente por el niño o niña. 

El Juego resignifica y transforma las experiencias traumáticas de la niñez. Permite también la distinción entre el Yo y el otro semejante. 

Por este motivo, el Juego es una pieza fundamental en el armado y constitución del psiquismo infantil.

La terapia del Juego

La actividad lúdica tiene en sí misma una dimensión terapéutica. En el juego el niño o la niña crea un mundo aparte: fuera del espacio y tiempo común. 
El Juego es una escena a la que el infante le pone una cantidad de libido muy importante y hace de cuenta que es otro (una persona grande, un mago, un superhéroe, alguien de la realeza).

Freud nos afirma en el texto “El poeta y los sueños diurnos” que: “Todo niño que juega se conduce como un poeta, creándose su mundo propio, o, más exactamente, situando las cosas de su mundo en un orden nuevo”.

La Inhibición para Jugar
Si el niño o la niña está inhibido de jugar, puede desarrollar:

Una posición melancólica, que sea puerta de entrada a una posición autista.

Una pobre autopercepción del sí mismo.

La sensación de indefensión unida al  sentimiento de inferioridad.

Un empobrecimiento significativo de sus vínculos familiares y sociales.

Problemas en la escuela (cognitivos y/o con los pares).

¿Cómo intervenir cuando el niño o niña están inhibidos en su Juego?

Nuestro accionar clínico apuntará a “abrir la puerta” para que el infante salga a jugar. Les donaremos nuestra experiencia infantil (nuestro cuerpo y nuestra disponibilidad a jugar). Crearemos personajes que dialogan entre ellos y situaciones que los mismos tienen que atravesar. 

Se construirá -”sin querer queriendo” y sin forzamientos- una escena, vez por vez. En donde el niño o la niña, a su manera, nos guiarán a encontrar “la llave lúdica” que permitirá abrir el juego.

¡¡Clave Clínica!!
¿Qué nos aporta la presencia o la ausencia del Juego en la niñez?

La actividad lúdica es, por excelencia, aquello que permite la simbolización en la infancia (es decir, pasar de la cosa a la representación). El terapeuta debe apostar siempre a producir el Juego si este está bloqueado o inhibido. 

Como analistas, dependemos de aquello que en el Juego se manifiesta. Solo la lectura de la escena lúdica -desde dentro de la escena, con nosotros implicados- es la que nos enseña y nos orienta sobre las líneas clínicas y los modos de intervención de nuestro accionar en la práctica.

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