El trabajo mediante el cual Lacan establece los nudos entre el inconsciente y la pulsión va acompañado de una profunda reformulación del campo libidinal. Es, en efecto, el concepto de libido el que sufre un desplazamiento respecto de los abordajes previos —por ejemplo, los desarrollos de sus primeros seminarios—, adquiriendo ahora una función y una consistencia diferentes.
Para arribar a esta reformulación, Lacan realiza un rodeo singular al preguntarse por el “umbral del amor”. Ese umbral puede pensarse como un punto de pasaje: el límite desde el cual el amor se abre hacia el campo de la libido. No es casual que la noción de umbral aparezca también ligada, en su enseñanza, a la función compensatoria de lo visual frente al desamparo originario del nacimiento.
Si en su elaboración previa Lacan había distinguido el amor de la pulsión, este “umbral” introduce una articulación nueva entre ambos registros. Puede leerse como el portal que permite a la libido desplegarse en tanto función articulada al deseo. En esta etapa de su enseñanza —a comienzos de la década del sesenta— la libido deja de concebirse como una energía que fluye, se desplaza o se acumula, y pasa a pensarse en términos estructurales.
En lugar de un flujo o una catexia móvil, la libido es definida como un órgano. María Moliner, en su diccionario, describe el órgano como “una parte, un aparato o una función”, pero también como “un medio, instrumento o sistema”. Esta definición resulta sumamente productiva: por un lado, aproxima la libido al inconsciente tal como Lacan lo presenta en Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, como una vejiga, una membrana o una superficie que delimita; por otro, la asocia a la noción de parte e instrumento, términos que evocan la estructura del fantasma, aunque no se agotan en ella.
Elevar la libido al estatuto de órgano implica reconocerla como concernida en la división del sujeto. En esa medida, la libido viene a escribir, a representar —o quizás a hacer consistir— aquello que el ser hablante pierde por el hecho mismo de su reproducción sexuada.
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