En esta entrada veremos los conceptos de representación, investidura y huellas mnémicas.
Todos los científicos, como Freud, parten de la base de que hay un mundo exterior real y que debemos conocerlo. No se plantean los problemas del tipo lacaniano, donde lo real es lo imposible. Por lo tanto, Freud plantea un aparato perceptivo, que como en cada especie, tramita los estímulos que penetran en el aparato psíquico humano.
Cada especie tiene un aparato perceptor. En cada especie los estímulos del mundo exterior son seleccionados y procesados de una manera particular. Ese procesamiento, en primera instancia, por las capacidades del cerebro y los órganos perceptivos, se llama signo perceptivo, como leemos en la carta 52 de Freud. Además, el signo perceptivo tiene una particular organización según las capacidades de cada etapa de la vida, que son las dibujadas según los estratos.
Esa particular organización que adquieren los perceptos son las representaciones freudianas. Hay que hacer una gran defensa de la categoría de representación, porque a la representación freudiana se la ha acusado -sobretodo en la escuela francesa y Lacan- de copia de la realidad. Desde la idea de signo perceptivo y la idea de procesamiento, según las capacidades de cada etapa de la vida, la representación no es una foto, ni una copia: es procesamiento. Por lo tanto, si esa representación queda como transformación permamente del sistema, será una huella mnémica. Es decir, se transforma en memoria y nuestro cerebro se transforma permanentemente. Esa huella mnémica será la base del aparto psíquico.
La representación, tanto como la huella mnémica, es información. La mejor forma de comprender el concepto de representación es que representación y huella mnpemica son informaciones. Si fueran imágenes, como se ha propuesto, todos tendrían el mismo aparato psíquico. Son procesamientos con un alto nivel de individualización.
Otro aspecto de la representación freudiana, aún mas difícil de entender, es que la representación ha sido traducida equivocadamente por Lopez Ballesteros como "carga". En realidad, besetzung es "posición, ocupación", que quiere decir que tiene capacidad dinámica. Por eso también se va transformando en partes del aparato psíquico. A la representación no hay que imaginarla como algo estático, sino como un punto energético que produce actividad.
El aparato psíquico es una acumulción de representaciones que son informaciones con capacidad dinámica. Es decir, esas informaciones son fuerzas que operan promoviéndonos conductas, discursos, acciones y promueven afectos, si bien tenemos afectos que son esquemas filogenéticos: amor, miedo, complaciencia. Las representaciones, en la medida que van avanzando, procesan afectos como parte de su capacidad dinámica. Por lo tanto, esas representaciones, sobre todo cuando se transforman en huellas mnémicas, o sea en transformaciones permanentes del sistema que es lo que constituye al aparato psíquico, son productoras y transformadoras de afectos y conductas. Cuando llega la representación palabra, productoras y transformadoras de pensamientos y discursos.
Hay representaciones que pueden no transformarse en huellas mnémicas y no alterar permanentemente el sistema. Al transformar permanentemente el sistema, van constituyendo al aparato psíquico. Esas representaciones tienen cualidad y calidad diferente. Las primeras son representaciones cosa, es decir, restos perceptivos directos con poca elaboración cognitiva y de pensamiento. En la medida en que se va avanzando, los pensamientos van avanzando también.
El lenguaje se va incluyendo poco a poco, hasta que cruzando la barrera de la represión primaria y el naufragio del complejo de Edipo, este último estrato queda a predominio de la representación palabra y de los procesos de pensamiento y cognitivos secundarios, que permiten la representaciones palabra. Esta es la parte más avanzada y compleja de las organizaciones en el aparato psíquico.
La representación, en tanto configuración particular del percepto, nos da cierta individualidad, en el sentido que organizamos nuestra percepción. Por eso, el análisis es un trabajo altamente individual, lo que no quiere decir que no hagamos análisis de pareja, de grupos... Siempre nos ocupamos individualmente de las interacciones, aún en lo grupal y en la pareja. Aunque las palabras, los valores culturales den un alto sentido homogeneizante al aparato psíquico, lo cierto es que ha sido formado con un alto grado de individuación, en la medida en que incluso esos valores culturales han sido incluidos con un alto grado de procesamiento individual. Hay una memoria que se va instalando, no solo del mundo que nos rodea, sino del propio cuerpo.
Antes señalábamos que este aparato psíquico está abierto al soma y al mundo exterior. Tanto las representaciones como las huellas mnémicas tienen una fuerza, una capacidad de producir trabajo. Eso es la investidura como ocupación. En la medida que vamos representando nuestras experiencias, o pudiendo pensar, esas mismas representaciones también van funcionando internamente como estímulos, de tal modo que las representaciones condicionan nuestra percepción. "Nuestra cabeza" está llena de fuerzas, cada concepto que incorporamos son fuerzas y cuando analizamos liberamos fuerzas y eso es lo que nos encontranos en los análisis: resistencias, fijaciones. Cuando habamos de fuerzas, quiere decir capacidad de esfuerzo y trabajo.
El análisis, lo que cura, tiene poco de insight. Lo que Freud llamó cura analítica es sobretrabajo: trabajar una y otra vez, perlaboración. El paciente y el analista tienen que trabajar liberando fiuerzas para que logre una organización más complejas, con la fuerza de eros, que tiene a la complejización. Hablaremos de eros y muerte en otro momento.
En la etapa oral, las representaciones comienzan organizándose por simultáneidad, analogía y causalidad. En el final, precosciente, consciente, yo de realidad definitivo, superyó. La organización es organización palabra. Toda la zona de la izquierda es ello, donde rigen las reresentaciones cosa. Las pulsiones, por ejemplo, son representaciones cosa.
Cuanto más "colchón simbólico" tiene el aparato psíquico, se accede a un mundo mucho más complejo. El resultado de análisis de un paciente es que entienda que queda mejor acondicionado para trabajar. Se liberan fuerzas para que él trabaje mejor. Mayor colchón simbólico significa menor tendencia al Nirvana. Si pudiéramos definir brevemente al psicoanálisis, es que el psicoanálisis trabaja en contra del principio de Nirvana. Cada ganancia va generando más empuje a ese colchón para representar y complejizar. El psicoanálisis ayuda a complejizar.
Un psicoanálisis cambia la forma de pensar y de percibir. Si uno cambia representaciones y las libera, cambia la forma de percibir. Un paciente aparenta tener un insight, pero repite lo que el analista le interpretó sin dejar de percibir igual que antes. Entonces, no podemos hablar ahí de perlaboración.
Pŕoxim entrada: ¿Qué son las representaciones cosa y las representaciones palabra?
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