El narcisismo primario es una deducción. En El yo y el Ello dice que si el Éllo es el depósito de la libido, todo el narcisismo es secundario. El nuevo acto psíquico es la unificación del yo: "el individuo empeñado en el desarrollo, y que sintetiza en una unidad sus pulsiones sexuales de actividad autoeróticaa, para ganar un objeto de amor se toma primero a sí mismo (A.E. XII, 56, Schreber). La nueva acción psíquica es la constitución del yo como unidad que es distinto al narcisismo primario. Freud diferencia Yo y Libido. Para que la libido se dirija al yo, primero éste tiene que constituirse. Las pulsiones autoeróticas son primordiales, predominio de los componentes parciales, la etapa del narcisismo es alcanzada cuando los componentes parciales caen bajo la primacía de lo genital infantil. (A.E, XIV, 74, Int. del Narc.)
Algunas traducciones hablan de acto y otras de acción psíquica. El reconocimiento del otro, del no-yo, se va desarrollando desde el principio, cuando se gesta el primer experimento humano: la prueba motriz que permite diferenciar lo interno de lo externo.
En Introducción del narcisismo, el depósito original de la libido es el yo (diferente de lo que postulará en el '23) Está hipótesis es la que Freud considerará para referirse al narcisismo primario. Esta perspectiva es básicamente una especulación económica. El narcisismo secundario, siempre desde el texto Introducción del narcisismo, implica la vuelta sobre el yo ya constituido, de la libido retirada del objeto (desde esta dinámica explica las formaciones psicóticas). Por eso, al introducir el Ello, el narcisismo es una interceptacion de la libido en su camino al objeto.
La constitución del yo es anterior al sepultamiento del complejo de Edipo. Si no hay yo no entra al Complejo de Edipo.
La unificación del yo como nuevo acto psíquico es lo que Lacan luego retomará en el estadio del espejo como formación del yo.
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