En esta ocasión puntuaremos el texto Metamorfeo de Fukelman
Por una parte la pubertad ha sido históricamente señalada en la iniciación. En todas las culturas hay y hubo ritos de iniciación. De iniciación puede decirse, en tres sentidos: de iniciación en la vida adulta, de iniciación a cofradías secretas, y de iniciación en un sentido más fuerte a lo que puede ser en las diferentes culturas el shamanismo.
Los ritos de iniciación tienden a retomar y a reactualizar un tiempo pasado. Se denomina el tiempo de los sueños.
Estos ritos de iniciación separan al novicio de la madre. Se pueden dividir en peligrosos para la vida del sujeto y otros no tan peligrosos.
Relacionado: El rito como pasaje
La separación de la madre, consta de una serie de elementos que van desde separación física, ciertas marcas, incisiones, circuncisiones, golpes y una suerte de puesta en escena.
La iniciación, dicho sea de paso, puede durar días meses o años.
La iniciación femenina queda marcada por la menarca, la iniciación es de a una ya que no todas las tiene al mismo tiempo.
La iniciación habitualmente es planteada como un segundo nacimiento.
Habiendo pasado la iniciación, habiendo muerto a la infancia.
Proceso lógico: tanto las modificaciones en la imagen corporal, funcionamiento hormonal, tenemos que hacerlas depender de una modificación de la ubicación del sujeto. Hay modificaciones que ocurren en otro lugar, modificaciones en relación al amor a los padres.
Lacan: en “la transferencia”, dice, que los niños cuando dan lo que no tienen, es decir cuando aman a sus padres, lo que le dan a esos padres es la posibilidad de tener hijos. Es esto lo que se modifica y toda la relación a los padres queda ahora sostenida, ordenada, desde el deseo.
Lo soñado de los juegos infantiles, lo soñado implicado en las relaciones narcisistas, juegos de la latencia que nos permiten reconstruir algo atinente a la prehistoria, se hacen realidad.
Realidad significa que es en donde se encuentra el post púber. Es el efecto de estos sueños que se han hecho realidad. Estos juegos ahora entran el mercado del sexo, hablamos también de un parteneire. Hay una posibilidad de la fecundación. La posibilidad de la penetración de un lado y la posibilidad de ser fecundada de otro lado.
Los sueños, ensueños y juegos, responden a un deseo materno.
La iniciación está hecha y esta acá, una vez que el novicio se ha iniciado, ya está. Luego puede haber reiteraciones, pero las modificaciones de ubicación del sujeto se realizan de una vez y para siempre, y el trabajo con los amores infantiles, con los ensueños, con los juegos en los cuales se ponen en los hechos ente amor, no es de una vez y para siempre sino es de todos los días, y esto se evidencia en los análisis.
Mínimos dialectos que nos han conformado a cada uno de nosotros de acuerdo al barrio. Es decir la lengua en la cual nos formamos, hemos sido ubicados allí, por barrio, por amigos y básicamente la lengua de nuestros padres. Nuestra relación con la lengua implica y requiere nuestra relación con nuestros padres.
Una posibilidad que ofrece el psicoanálisis es la trascendencia en relación a nuestra relación con nuestros progenitores, que nos lleva hacia la legua, entendiendo que nuestra relación con nuestros progenitores implica todo esto que estaba tratando de plantear en relación a los enseños, juegos, a los sueños pre pubertad.
Nosotros podemos decir que el análisis es del discurso, que tomamos discurso como relación. El discurso nos importa, nos toca en lo que Freud planteaba como satisfacción pulsional, a través de las imágenes que nosotros tenemos de nosotros mismos en toda nuestra vida. El análisis es el discurso.
La presentación de sexo, el presentarse sexuado en un análisis y fuera del análisis, implica algo diferente pre puberalmente, que post puberalmente. Pre pubertad la presentación del sexo ocurre en términos de “juego a ser mama”. Post puberalmente por más que yo pueda decir “estoy jugando a…” hay algo que es de otro orden.
El juego no produce efectos, no produce efectos en lo real.
Hay una operación que requiere indefectiblemente del analista, que es el análisis. El adolescente, más allá de como pueda ubicarse respecto a lo que los ritos de iniciación implican de atinente al pasaje. Los adolescentes les guste o no les guste una vez decidieron ser adolescente, producen efecto en lo real, no está jugando. Por ejemplo un adolescente de 40 años que vive con sus padres. Que produzca efectos y esos efectos puedan ser leídos, no quiere decir, que el sujeto que está allí, vuelva sobre esta lectura. El análisis posibilita esto, posibilita eventualmente un ordenamiento diferente a los síntomas.
Algo de lo que va tratar en el análisis es de los cortes y de cómo se producen esos cortes en relación a un tiempo que tenga la cualidad de la eternidad.
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