miércoles, 12 de junio de 2024

Presentaciones no sintomáticas en la clínica

 El síntoma es una respuesta que el sujeto recibe del Otro frente a la demanda dirigida a ese lugar, y es esencial para el advenimiento del sujeto.

El síntoma conlleva entonces una estructura formal, la cual está constituida a partir de los significantes que bañaron la existencia del sujeto, en tanto y en cuanto le llegan desde ese Otro lugar, donde se fundará su verdad.

Es con este síntoma que el sujeto se hace con una respuesta frente a la pregunta que le dirige al Otro atinente a su existencia y a su lugar en el deseo. Tomado así, el síntoma despeja en el sujeto un interrogante, funcionando de tapón, de obturador de la castración del Otro.

Con lo cual, si esta función de respuesta del síntoma vacilara, podrían suscitarse en el sujeto un interrogante que podría llevar, eventualmente, a una consulta analítica. ¿Qué encontramos en aquellos casos en los cuales el síntoma no forma parte de la consulta?

Una presentación mas cercana a la dimensión del fantasma que del plafond sintomático. Esto justifica la dominancia de lo irruptivo, eso de difícil tramitación simbólica, y ello en la medida en que lo problemático es allí el lugar del sujeto.

Quizás un punto central de estas modalidades de presentación es la ausencia de pregunta, teniendo en cuenta que sujeto y pregunta se requieren, y son indisociables.

Una hipótesis que esbozamos es que la ausencia de pregunta es la consecuencia de algo que no opera a nivel del Otro. El cual por un lado puede haberse retirado de su función nominativa, a la par que no hace de vehículo a la demanda de amor, sin el cual el deseo no se pone en juego.

Esto trae consecuencias en cuanto al alojamiento del sujeto y a la constitución del síntoma. Se trata de algo que hace de obstáculo a la presencia-ausencia que abre un espacio que habilita la pregunta, como dijimos, solidaria del sujeto. Esta operatoria hace posible el plafond ficcional del que el síntoma participa, sin el cual el sujeto queda a merced de la irrupción económica.

Las presentaciones no sintomáticas en la clínica

Un sujeto, en la medida en que no es un significante, no pertenece al campo del Otro, razón por la cual entonces debe incluirse. Y se incluye a partir de algún síntoma (es una de las posibilidades), de algo que le haga de sostén y que le permita, identificación mediante, hacer algún lazo con algo en el Otro.

El síntoma es un correlato en el sujeto del modo en que quedó alojado en el campo del Otro, y tiene un paralelismo con la puesta en juego del deseo por parte del Otro. O sea que el síntoma es el testimonio de que, demanda mediante, el sujeto entró en relación con el deseo como deseo del Otro y de algún modo encontró una manera de situarse allí.

Pero encontramos no pocas veces, y cada vez más frecuentemente en nuestra contemporaneidad clínica, que hay presentaciones no sintomáticas en la praxis analítica. Queremos decir sujetos cuyo cuadro clínico está dominado por un quantum económico de difícil tramitación y que acarrea en el sujeto un padecimiento mayúsculo, desmesurado que afecta su tránsito por la vida.

Puntualmente con relación al trabajo analítico estas presentaciones dificultan y a veces imposibilitan la puesta en forma de una pregunta, la cual es condición de posibilidad del trabajo del análisis.

Entendemos que estas presentaciones no sintomáticas son la consecuencia de una deficiencia en el alojamiento del sujeto en el deseo del Otro y, por ende, en el armado del síntoma. Nos parece que el punto de interrogación debería recaer acerca del modo en que ha operado, un paso antes, la demanda como demanda de amor, teniendo en cuenta esencialmente que esta demanda de amor es el vehículo a partir del cual el sujeto puede entrar en conexión con el deseo del Otro.

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