jueves, 11 de julio de 2024

Las caras del superyó y las intervenciones del analista

LAS DOS CARAS DEL SUPERYÓ

El Superyó Narcisista (Primario):

-Se funda en la primera Identificación Narcisista- El bebé humano, inerme e indefenso, se identifica como objeto pasivo que completa el Ideal del Otro Primordial (Identificación Primaria).

En la primera identificación el bebé se identifica como un entero -para configurar su Yo-cuerpo- con el Ideal fantasmático del Otro Primordial.

Este “ideal”, profundamente inconsciente, puede ser normativo: “Su Majestad, Mi Bebé” o estragante: “Mi desagradable / mi insignificante / mi pobre bebé”.

El Superyó Edípico (Secundario):

-Heredero del Complejo de Edipo- El niño o la niña atravesados por el Primer Despertar Sexual -ya contando con defensas psíquicas- se identifican activamente con algunos de los rasgos de sus Otros Parentales (Identificación Secundaria).

Las identificaciones que el niño o la niña produce con el Otro Primordial (Función Materna) van a ser mediadas por la Ley del Padre. El Nombre del Padre actúa de “separador” entre el niño y las fantasmáticas del Otro Primordial.

¡¡Importante!!

¿QUÉ NOS MUESTRA LA CLÍNICA DEL SUPERYÓ? DOS TIPOS DE SUBJETIVIDADES DIFERENTES

La Clínica nos confronta con sujetos adultos en donde la Ley Paterna funciona con un enorme déficit. Por este motivo, su psiquismo ha quedado adherido más profundamente a la Primera Identificación.

Su Yo incipiente y frágil (inconsciente) intenta, a lo largo de la vida, realizar el ideal fantasmático incestuoso del Otro Primordial. Es decir, ser el objeto majestuoso que colma la fantasmática de mamá, o ser el objeto desecho, resto, que colma la fantasmática de mamá.

La Clínica nos confronta con sujetos adultos en donde la Ley Paterna funciona con eficacia. Por este motivo, en su psiquismo predominan las Identificaciones Secundarias.

El sujeto cuenta con defensas que los separan de la fantasmática incestuosa del Otro Primordial. Sin embargo, como en toda Ley, queda un resto imposible de legislar que tendrá -inevitablemente- carácter incestuoso.

¿CÓMO SE MANIFIESTA EN LA CLÍNICA LAS DOS CARAS DEL SUPERYÓ? CLÍNICAS MUY DIFERENTES

El Superyó Narcisista (Primario)

Nos encontramos con:
Sujetos neuróticos marcadamente narcisistas, que se identifican a la “fantasmática” de majestuosidad que completa al Otro Primordial. Adquieren un Yo inflado, un falso self.

Sujetos neuróticos melancolizados, que se identifican a la “fantasmática” de ser el objeto resto insignificante que completa al Otro Primordial. El Yo pierde todo amor propio y se autorreprocha ser “tan poca cosa” de manera sádica.El Superyó Edípico (Secundario)

Sujetos portadores de una Neurosis Clásica, que pueden adquirir una modalidad Obsesiva, Histérica o Fóbica. Estas modalidades Clínicas Neuróticas tienen introyectada la Ley -la Castración- que los separa (con mayor o menor medida) de la fantasmática del Otro Primordial.

PADECER EL SUPERYÓ: DOS TIPOS DE DAÑO PSÍQUICO MUY DIFERENTES

El Tormento Superyoico. Los sujetos melancolizados sufren un padecimiento inmenso debido a las auto-injurias: se consideran despreciables, inservibles y a modo de defensa pueden llegar a desaparecer de la escena por medio de un Pasaje al Acto o incluso de un suicidio.

El Sufrimiento Superyoíco

En las Neurosis Clásicas encontramos a:

La Neurosis Obsesiva: Son sujetos que sufren de Autopuniciones por un sentimiento inconsciente de culpa. Ejemplo: los Remordimientos Obsesivos.

La Histeria: Son sujetos que sufren de Autoexigencias fuera de medida. Ejemplo: los Cuadros de Anorexia.

La Fobia: Son sujetos que sufren de Ansiedad y Angustia desmedida. Ejemplo: el Ataque de Pánico.

CONCLUSIONES CLÍNICAS DEL PADECIMIENTO SUPERYOÍCO

Las Presentaciones Clínicas con Predominancia Superyoíca son de muy difícil tratamiento. En tanto prevalecen las Pulsiones de Muerte, que se “satisfacen” en el padecimiento. Al respecto de esta “satisfacción”, Freud afirma: “Es un placer que el Yo no siente como tal”.

El analista tiene el enorme desafío de producir un acto de lectura, que provoque un equívoco en los decires superyoícos del paciente. Abriendo, así, la inmensa posibilidad de que el sujeto pueda leerlos de otra manera (menos mortífera y del lado de la vida -Eros-).

UN EJEMPLO EXTRAÍDO DE LA PRÁCTICA CLÍNICA

Paciente: “Yo quiero casarme, pero estoy convencida de que me voy a quedar soltera” → Mandato Superyoíco

Analista: “¡¡Pero para casarse, hay que estar soltera!!” → Intervención del Analista, produciendo un equívoco del Mandato Superyoíco.

Paciente: “De verdad, nunca lo había pensado así” → Interrogación del Mandato Superyoíco, vía el equivoco y la Pulsión de Vida

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