viernes, 12 de septiembre de 2025

El agujero del lenguaje en lo real: de la división del sujeto al nudo borromeo

Desde el Seminario 1, Lacan afirma que lo simbólico cava un surco en lo real. Esa perspectiva se retoma en El sinthome, donde el planteo se radicaliza: el lenguaje, al agujerear, produce una captura. Se trata de articular ese agujerear con lo real de la división del sujeto.

Ese horadar implica un doble movimiento: vaciamiento y separación. El cuerpo se introduce en una economía política del goce regida por el significante, y esa introducción supone un vaciamiento inicial. Dicho de otro modo: no hay un goce inmanente propio del cuerpo; el cuerpo como lugar de goce existe en tanto ya capturado por el lenguaje, operación mediante la cual el goce es producido.

Esta concepción se distancia radicalmente de la idea del lenguaje como mensaje que el emisor recibe del receptor en forma invertida. Aquí no se trata de efecto de significación, sino de efecto de agujero. Agujerear es la forma que toma la significancia a este nivel: su eficacia reside en perforar lo real. Por eso Lacan se ve llevado a la escritura nodal, como único modo capaz de dar cuenta de lo real así constituido.

La investigación sobre la estructura de la cadena borromea, desplegada a lo largo de varios seminarios, responde a esa necesidad. Allí se anudan, bajo nuevas configuraciones, nociones como la verdad, el síntoma, el (los) goce(s), el cuerpo y el inconsciente, con sus efectos sobre el estatuto del sujeto.

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