En el texto de 1917 “Una dificultad del psicoanálisis” (ed. Amorrortu. Buenos Aires. 1979. Pag. 135.), Freud dice que "el yo no es amo de su propia casa". ¿Cuáles son las implicancias de esta frase para la clínica actual?
Aún en nuestros días, la gente en general sigue teniendo una sobrevalorada concepción de la libertad y la capacidad de la voluntad para cambiar y mejorar los síntomas y las conductas problemáticas. Se afirma habitualmente que si uno realmente tiene ganas puede conseguir lo que se proponga y salir de una depresión o de la ansiedad.
Al narcisismo de la gente le resulta casi impensable asumir que la gran mayoría de sus conductas y deseos están guiadas por mecanismos inconscientes, por el Ello diría Freud, que no pueden ser modificados por un esfuerzo consciente, es decir, por el Yo.
Toda nuestra vida y elecciones están predeterminadas por nuestro inconsciente y las huellas que han dejado nuestras primeras experiencias durante la infancia.
Uno no elige su forma de ser, la manera que tiene de relacionarse con los demás y de pensar sobre ellos y se ve metido en elecciones y situaciones que estaban predeterminadas por sus fantasmas.
Y por supuesto, nadie se libera de un síntoma proponiéndose cambiarlo desde su Yo.
Esta concepción es actualmente pregonada por algunos tipos de terapia. Además de estar equivocada, genera culpa en las personas que tienen sufrimiento psíquico, porque les hace pensar que no se esfuerzan lo suficiente o son débiles o perezosos.
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