martes, 14 de abril de 2020

Los deseos.

En esta ocasión abordaremos los deseos, en relación a la intrincación a Eros y Muerte. Primero debemos aclarar un tremendo equívoco que se ha transladado a toda la cultura a partir de Lacan, que es hablar "el deseo" en singular. El deseo en singular no existe en el psicoanálisis freudiano; es un invento lacaniano. En Freud, existen los deseos.

Empecemos por las pulsiones. Las pulsiones son los deseos primarios: orales, anales, fálicos y los primeros deseos genitales. Aún los deseos ge nitales pueden ser pulsionales. En Psicología de las masas, cuando Freud habla de tres estilos de investidura del objeto sexual, plantea la investidura pulsional simple, es decir, sin el embellecimiento del enamoramiento o del amor.

A partir de 1920 hay que leer toda le teoría de Freud con la dialéctica de intrincación-desintrincación Eros y Muerte. Ya dijimos que las representaciones cosa, que corresponden el ello, son ligaduras libres. Libres quiere decir inestables, que se manejan  a desplazamiento y condensación. Eso supone que la intrincación Eros - Muerte de la ligadura también es inestable. O sea, que puede haber liberación de Muerte porque Eros, en el ello, no es lo suficientemente fuerte como para intrincar o contener a Muerte, o sea destrucción. Eso nos puede llevar, siguiendo a la teoría freudiana, a especificar a las pulsiones del ello como pulsiones sexual agresivas parciales, para diferenciarlas de Eros - Muerte como superpulsiones. Con esto se acaba el equívoco de que Freud llame pulsiones a las parciales y pulsiones a Eros y a Muerte.

Hay deseos primarios en el ello. Por sobreinvestidura, es decir, por retranscripción progrediente, estos deseos se van complejizando y a partir del naufragio del Complejo de Edipo, que coincide con la represión primaria, la represión primaria divide el ello inconciente de las instancias secundarias: yo de realidad y superyó, que se reparten el preconciente-consciente.

¿Qué pasa con los deseos primarios? Quedan fijados y constituyen al ello primariamente reprimido. A este ello primariamente reprimido a veces Freud lo llama no-reprimido. Se refiere a no secundariamente reprimido, pero es primariamente reprimido. Quiere decir que nunca accedió al preconsciente-consciente. Ahora, decir que el yo no tiene deseos sería absurdo. El yo tiene sobreinvestiduras de deseos, por lo tanto hay deseos del yo que son retranscripciones progredientes de algunas pulsiones. Retranscripción progrediente es una transformación de lo que originalmente fue pulsión, pero una retranscripción según las leyes del preconsciente. Es decir, retranscripción a representacion palabra, o sea, conceptual, con miramiento a la representación de realidad y a los valores, eticidad y moralidad del superyó. Por lo tanto, hay que insistir en mostrar que en Freud hay que considerar deseos en plural.

Una cosa son los deseos del yo en concordancia con la realidad y en concordancia con el superyó y otra cosa los deseos primarios pulsionales. En general, en las instancias secundarias, la energía es ligada, o sea que las instancias secundarias son mejores tuteladoras de las intrincaciones, más estables Eros-Muerte, sin que el triunfo sea sólido, es decir, siempre hay que reconocer un triunfo relativo de Eros. Por eso, el aparato psíquico llega a un equilibrio mecánico cuando una persona lucha hábilmene al estar equilibrándose, un equilibrio activo entre 2 fuerzas: Eros - Muerte. Lo mismo pasa con sus deseos, tiene deseos que siempre consideran la realidad, el superyó y las tendencias del ello. El yo trata de satisfacer al ello, pero en consideración a la realidad y al superyó.

En psicoanálisis freudiano hay deseos, no un deseo ni "el deseo". El yo tiene alternativas respecto a sus deseos. Puede satisfacerlos con la consideraciones que decíamos antes; puede hacerlos conscientes y una alternativa a reprimirlos es ejercer sobre ellos el juicio de condenación. Condenar un deseo con consideración a la realidad y al superyó es salvarse de la represión. Puedo tener ganas de matar al vecino, pero puedo pensar, razonar que no me conviene o que no es justo que lo mate por una pavada. Hay ahí un razonamiento, una conveniencia. Tenemos capacidad de pensar, por ende la capacidad de condenar un deseo de ser llevado a cabo. En lugar de reprimir, uno puede hacer un juicio de condenación. El juicio de condenación salva de la represión, evita la neurosis.

*Relacionado: La adaptación a la realidad y su relación con la represión.

La otra alternativa es la sublimación. La sublimación es muy importante y depende muchísimo de la educación, que actualmente falla en nuestro país, por educar a los chicos bajo el principio del placer. La sublimación es una desexualización de la pulsión y usa la energía desexualizada para llevarla al narcisismo trófico, o narcisismo de vida. Esa fuerza narcisista que toma el yo necesita valores ideales de superyó para poder tener metas a las cuales dirigir la energía que desexualizó de la pulsión. Desexualizar es abandonar las metas sexuales directas, por ejemplo morder, chupar, cagar, mear, coger, en sentido puramente pulsional y elegir una meta cultural. Eros Muerte sigue funcionando, pero si bien hay un momento de peligro -dice Freud- cuando se desexualiza la pulsión, al hacer una intrincación narcisista de vida ya se está haciendo una intrincación a predominio de Eros. Si se tiene la suerte de encontrar un motivo que te dé el superyó, eso puede adquirir una fuerza pasional que dé un objetivo de vida, mucho mpas fuerte que el que puede dar la satisfacción de la pulsión.

En la sublimación, el yo gana libido para libidinizar objetos más complejos, como libidinizar el pensamiento. De allí toman la fuerza los grandes genios, ¿cómo pudo aguantar su vida Stephen Hawkin, condenado a morir a los 22 años? Ahí hay una clara libidinización del pensamiento preconsciente-consciente, manteniendo al yo al predominio de Eros. 

Nelson Mandela, tras estar 27 años picando piedras, dice que su alma permaneció libre y eso lo hizo dueño de su destino. Fue dueño de su destino porque siempre tuvo su ideal. 

• Isabel de Inglaterra, decide no casarse cuando se entera de una conspiración contra ella. Decide no casarse, pues si se casa por las leyes de Inglaterra, el marido será rey con igualdad de derechos con ella. Entonces, decide no casarse para ser reina. Ella dice que decidió ser reina, no ser madre, porque es la madre de Inglaterra. "Dios me dé fuerzas para sostener mi libertad". A nuestro tamaño, esto es algo que cada cual lo puede hacer. 

En cada desintrincación, se libera un monto de Muerte a pesar de que haya retranscripción. Si hacés retranscripción, la volves a intrincar. Se corre un peligro cuando se desexualiza, por eso nada es gratis: hay que volver a reintrincar. Hay una suerte de homologación de liberación de las pulsiones, en el sentido que se puede ser libre si se hace lo que uno desea. Todavía hay psicoanalistas que al no saber esto, creen que su trabajo es des-reprimir y no es así: desreprimir es desreprimir pulsiones y eso es peligroso. Freud definía al deseo como un camino que iba entre el placer y el displacer, entonces si se trata de pasar del displacer al placer, eso puede implicar agredir o destruir. Nuestro trabajo es transformar lo inconsciente en preconsciente, no es des-reprimir. Nuestro trabajo es sobreinvestir y eso se olvida. 

¿Qué pasa cuando la pulsión de muerte no es inmediatamente ligada? Veamos algunos casos:

• Freud hablaba de un ejemplo de la pulsión de muerte, para él ligada a la destrucción, si es exteriorizada puede volver hacia sí mismo y daba el ejemplo de un hombre tirándose de los pelos. 

• El ejemplo de Dostoievsky, que escribió libros impresionantes. Él era también un juegador compulsivo, entonces a pesar de los libros, dice Freud, que no tenía un superyó bien instalado, porque prometía y prometía dejar de jugar y seguía siendo un jugador compulsivo que prometía a su mujer, llorando, dejar de jugar, pero caía una y otra vez. Quiere decir que las sublimaciones fueron ineficaces, que nunca pudieron intrincar el monto de pulsión de muerte que persistía en la compulsión a jugar. 
Pulsiones parciales sexual-agresivas son deseos compulsivos primarísimos y son constitutivos del Ello o Inconciente Tópico, su empuje compulsivo es el drang de la representación Vorstellung-Repräsentanz, son pues de energía ligada "libre" o sea que funciona a Desplazamiento y Condensación que son las leyes del Inconciente y, por lo tanto, tienen intrincaciones que, si son a predominio relativo de Eros este predominio no puede ser firme respecto a Muerte. Estas pulsiones parciales están separadas por la Represión Primaria o Censura de las instancias Secundarias: Yo Realidad Definitivo y SuperYo. Estas instancias Secundarias también tienen deseos pero estos son sobreinvestiduras de las pulsiones en términos de conceptos verbales y en consideración a la Representación de Realidad del Yo y de los Valores del SuperYo. Los valores son los deseos del SuperYo. En las instancias Secundarias las investiduras son energía ligada responden a las leyes del lenguaje y de las lógicas secundarias,esas investiduras son por lo tanto energía ligada con mayor estabilidad de las intrincaciones relativas de Eros sobre Muerte.-

Pŕoxima entrada: La dinámica del aparato psíquico y sus fuerzas productoras

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