Una reproducción de este inquietante cuadro de Caravaggio la encontramos en la única clase del seminario dedicado a los Nombres del Padre.
Esta obra se inserta allí donde Lacan emprende la consideración de una dimensión del Padre que no se reduce a lo que pacifica y ordena. Este otro sesgo del Padre pone en juego uno feroz, pero que no se reduce a ser uno mítico. En este contexto entonces, este cuadro plasma con potencia lo que Lacan esta apuntando a considerar.
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