sábado, 11 de mayo de 2024

Más allá del principio del placer: su valor clínico

 Más allá del principio de placer” es indudablemente el texto bisagra en la obra de Freud, fundamentalmente por el hecho de que a esa altura Freud hace una reconsideración en cuanto a las bases del funcionamiento del aparato psíquico, tal como él mismo lo venía planteando hasta ese momento.

Son los atolladeros mismos de la práctica analítica, los que llevan a Freud al encuentro a partir del cual podrá delimitar y conceptualizar eso que el más allá del principio del placer escribe, como concepto.

¿Ahora, en qué consiste el más allá del principio de placer y cuál es su valor clínico?

Nos preguntamos esto para no caer en tentaciones filosóficas. El valor clínico de más allá del principio de placer (no solo del texto sino también de lo que este concepto pone en juego) es que a partir de él Freud puede conceptualizar con más con claridad aquello que de alguna manera ya se había encontrado tempranamente antes de 1900, antes de la interpretación de los sueños.

Se trata del hecho de que en determinados cuadros hay una serie de fenómenos, de manifestaciones clínicas, llamémoslas así, que se caracterizan por ser reacias al recuerdo, por no ser fácilmente tramitadas simbólicamente. O sea, son de difícil incidencia terapéutica.

Con lo cual entonces, el más allá del principio de placer es el concepto a partir del cual fue puede situar aquello que no entra en la palabra, imposible de ligar, lo que no entra en conexión alguna, incluso eso que a la altura del seminario 21 Lacan va a delimitar como lo que del uno no alcanza el dos.

¿Qué impediría llamar real a esto que Freud recorta? Es un punto de inercia, que plasma cierta imposibilidad, sin dudas. Pero falta el plafond lógico que lo establezca como imposible, impasse a lo simbólico.

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