¿Qué pensás acerca de firmar la compra de una casa estando bajo los efectos del alcohol o alguna otra droga? Decidir dónde vas a vivir probablemente el resto de tu vida es una decisión que seguramente requiera que estés en tus cinco sentidos.
Cuando estamos enamorados o bajo los efectos del enamoramiento en una nueva relación, nuestra conducta puede parecerse a la de alguien introxicado. ¡Cuidado con las ob-ligaciones a largo plazo!
El enamoramiento algo maravilloso, pasional, intenso y fascinante, pero sumamente frágil y engañoso, pues alguien puede estar idealizado en cierto momento y en otro dejar de estarlo. De esto último depende el fin del enamoramiento. Este estado puede durar hasta dos años y depende mucho de qué tanto reforzamiento haya durante la relación.
Durante el tiempo del enamoramiento, no podemos ver a la otra persona de una forma objetiva, pero tampoco tenemos por qué hacerlo. Podemos disfrutar la situación. El problema surge cuando creemos que el enamoramiento es la brújula que demuestra que es “la persona indicada” y nos urge vivir juntos, casarnos, tener hijos o cualquiera de los objetivos preestablecidos por la sociedad de lo que “debería” ser una relación amorosa.
A veces, cuando pasa la idealización, pareciera que la otra persona es alguien completamente diferente. “No eres la persona de la que me enamoré”, decimos frecuentemente. Y seguramente así es. No es una tragedia, sino el momento perfecto para ver lo que sí hay y decidir qué tipo de relación queremos. Recuerda que una relación ética implica responsabilizarme de mi propia agencia.
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