¿Cuáles son las coordenadas epistemológicas que nos permiten situar a la psicología como ciencia? Para responder a esta pregunta, seguiremos el desarrollo que hace Esther Díaz, en el capítulo "Metodología de las ciencias sociales" que figura del libro de Pardo, R. (1997)."Algunos aspectos de la problemática del método en las ciencias sociales: Las dificultades de la medición y el debate sobre explicación o comprensión" Buenos Aires: Biblios.
Esther Diaz parte de dos posiciones respecto al concocimiento científico:
Posición monista: predica la continuidad en el conocimiento científico, hay quienes –siguiendo el modelo de las ciencias naturales– reducen las sociales a los parámetros metodológicos de aquellas. Este modelo será rechazado por la autora.
Posición dualista: hay una discontinuidad del corpus científico, se atrincheran en la especificidad irreductible de las humanidades, reivindicando para ellas un método y un tipo de conocimiento propios.
También presenta dos problemas:
1) La aplicación a las ciencias sociales de una teoría de la medición.
La ciencia nos conmina a la precisión y a la exactitud. Y, para lograrlas, se requiere dela medición. La objeción más frecuente a las tentativas de lograr mediciones precisas en ciencias sociales se funda en el argumento de que toda medición es, en alto grado, indirecta. Esto significa que requieren una serie de supuestos no verificados, los cuales podrían sintetizarse así:
1. Toda medición, necesariamente, ha de sustentarse en algunos supuestos teóricos que le servirán como punto de partida. Las ciencias sociales carecen de un consenso suficiente en cuanto a los supuestos teóricos de los puntos de partida de la medición.
2. Toda medición parte de supuestos acerca de sus instrumentos. Por ejemplo, los que se vinculan con la constancia de las propiedades de los mismos durante la observación. Y, en esto, nuevamente, resulta mucho más difícil para las ciencias sociales llegar a la certeza en cuanto al calibrado de los instrumentos de medición según un patrón objetivo. Existe la imposibilidad –mucho más evidente cuando se trata de medir un fenómeno social–de garantizar un calibrado objetivo de sus instrumentos.
3. Finalmente, toda medición supone una reducción de la realidad a dimensiones determinables, cuantificables. Pero el carácter temporal y lingüístico de la realidad social, ¿qué sucede con esos supuestos?, ¿es el mundo socio-cultural susceptible de ser comprendido sólo en virtud de mediciones y cuantificaciones puntillosas? Tal reducción pasa por alto la problemática de la constitución del sentido en la vida cotidiana y su intrínseca contingencia. En el ámbito de la realidad social no todo fenómeno es absolutamente verdadero o falso, en él hay lugar también para el “quizá”.
La labor del científico social no se limita a una pura y abstracta matematización de la realidad, aunque la medición sea muy importante. La creencia en que a más cuantificación de variables, mayor cientificidad, se funda en una concepción muy estrecha e improductiva de lo que es la ciencia en general, y la investigación social, en particular.
2) La cuestión del status epistemológico de las humanidades.
Hay dos paradigmas en la ciencia.
Interpretación naturalista. sostiene una visión unitaria de la ciencia basada en las ciencias naturales y defiende la continuidad del conocimiento científico. Este, básicamente, ha de ser “explicación” y las categorías y conceptos que describen y explican el mundo físico también describirán y explicarán el mundo social y lo que el hombre sea.
Interpretación comprensivista. afirma una suerte de especificidad de las ciencias sociales que las hace, de algún modo, irreductibles a las naturales. Mientras estas pretenden “explicar” y olvidan su vínculo con la realidad del mundo de la vida cotidiana, en aquellas se expresa en toda su magnitud la dimensión de “comprensión” del conocimiento.
El debate acerca del status epistemológico de las ciencias sociales es, en gran medida, una discusión en torno del carácter “explicativo” o “comprensivo” del conocimiento científico.
Las explicaciones científicas deben cumplir con dos requisitos sistemáticos: el de relevancia explicativa y el de contrastabilidad. La explicación debe tener implicaciones contrastadoras, de lo contrario, carece de poder explicativo.
Explicación nomológico-deductiva: posee la estructura formal de un razonamiento deductivo, en el cual el hecho a explicar (explicandum) es una consecuencia lógicamente necesaria de las premisas (explanans). El esquema explicativo sería el siguiente: dadas las leyes y las condiciones enunciadas (premisas), deductivamente se sigue que debe producirse el explicandum.
Explicaciones probabilísticas: es un modelo explicativo estadístico-inductivo; no posee una forma deductiva, dado que sus premisas explicativas no implican formalmente el hecho a explicar. La relación entre la primeras y el explicandum está dada por la probabilidad (no la necesidad), pues las leyes que operan como punto de partida no son de forma universal, sino probabilística, estadística.
En ambos casos, tanto en la explicación deductiva como en la inductiva, el hecho en cuestión se explica por referencia a otros con los que está conectado por medio de leyes. Leyes universales para el primero, leyes estadísticas con inferencia probable para la segunda.
El déficit de la visión naturalista (donde las cs. sociales proceden como las naturales) está en que:
Homologa el mundo social al físico, y entiende al primero como una estructura invariante en la que es posible encontrar regularidades empíricas. Las ciencias sociales no pueden dejar de lado el mundo de la vida cotidiana, ese entramado de significados compartidos en el que vivimos y que ponemos en juego al hacer ciencia.
sólo podemos conocer “desde” nuestro vínculo con un horizonte intersubjetivo previo de sentido, en el que estamos instalados.
la posición naturalista no sólo desconocería las particularidades histórico–lingüísticas del mundo social y la imposibilidad de subsumir objetivamente sus hechos bajo leyes, sino que además ocultaría la dimensión “comprensiva” que subyace al conocimiento.
La posición comprensivista afirma la existencia de un hiato epistemológico entre las ciencias naturales y las sociales, reivindicando para estas últimas una especificidad irreductible.
El punto de partida tomado por los hermeneutas para defender una dimensión epistemológica propia para las ciencias sociales es “la pertenencia”: el vínculo inexorable entre el que conoce y el horizonte de significaciones previas. La objetividad requiere de distancia entre sujeto y objeto. El científico social está siempre involucrado, autoimplicado en su objeto de estudio: el mundo social. Prioritariamente, el investigador en ciencias sociales debe atender a esa red de significaciones que constituye el mundo de la vida cotidiana, la realidad social, no para explicarla sino para comprenderla.
¿Qué es Comprender? En el acto de conocer hay una base de vinculación entre el que conoce (el intérprete) y un horizonte previo de sentido (mundo). Conocer aquí es lograr una fusión entre ese entramado de significados y el horizonte situacional propio del intérprete. En un cuadro:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario