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miércoles, 5 de octubre de 2022

Desenredar el malestar: un estudio de la felicidad

El 27 de agosto, en el marco del Ciclo de conferencias de redpsiBA, "(a)portes psicoanalíticos" se dictó "DESENREDAR EL MALESTAR" por Violaine Fua Púppulo. 

¡¡Queremos notas de esa conferencia!!

Actualmente, respecto a la felicidad se escuchan dos grandes posturas: el mandato a ser feliz (ahora y de la forma que dice el Otro), por un lado; y los discursos que sostienen que la felicidad es estructuralmente imposible. 

El texto El malestar en la cultura, en un comienzo iba a llamarse Un estudio de la felicidad. En la Conferencia: Freud en el siglo. Clase 19 Seminario 3. Jacques Lacan dice:

Quiero comenzar diciendo aquello que, por aparecer bajo el nombre de Freud, supera el tiempo de su aparición, y escamotea su verdad hasta en su revelación misma: el nombre de Freud significa alegría.

Freud mismo era consciente de ello, como lo testimonian muchas cosas, cierto análisis de un sueño —dominado por una suma de palabras compuestas, especialmente por una palabra de resonancia ambigüa anglófona y germanófona—donde enumera los encantadores rinconcitos de los alrededores de Viena.

Esto está mandado a hacer para recordarnos que, a través de la asimilación cultural de los significantes ocultos, persiste la recurrencia de una tradición puramente literal, que nos lleva hasta muy adentro sin duda del núcleo de la estructura con la que Freud respondió a sus preguntas.

Ciertamente, para percibirlo en forma adecuada, sería necesario evocar desde ya hasta qué punto el reconocía su pertenencia a la tradición judía y a su estructura literal, que llega, dice Freud, hasta imprimirse en la estructura de la lengua. Freud pudo decir, de modo deslumbrante en oportunidad de su sexagésimo aniversario, en un mensaje dirigido a una comunidad confesional, que reconoce en ella su más íntima identidad.

Strachey, por su lado, también dice que freude significa júbilo, alegría, dicha. Él hace una referencia a fröhliches Haus (casa de la alegría, prostíbulo) y fröhliches Mädchen (muchacha feliz, prostituta). Es notorio que en Freud la referencia permanente a ala sexualidad.

En "El psiconálisis y su enseñanza", Lacan dice:

...a partir de su técnica Freud nos muestra que su alegría propia reside en hacernos participar en la dominancia del significante sobre las significaciones más pesadas de llevar de nuestro destino.

En el seminario I, Lacan dice que La dimensión de la alegría supera la categoría del goce”.

El texto El malestar en la cultura es una pregunta sobre la felicidad. Freud no hace de la falta una excusa para pensar que la felicidad es un imposible creado por un superyó del liberalismo a ultranza. Esta sería una salida fácil. No es el liberalismo el que crea la idea de felicidad, aunque sí es cierto que el liberalismo sostiene la idea de una felicidad plena y permanente. Aún así, no se trata de desterrar el concepto de la felicidad y naturalizar el malestar.

Antes de El malestar en la cultura, Freud había cerrado, dos años antes, el texto El provenir de una ilusión con esta frase:
No, nuestra ciencia no es una ilusión. En cambio, sí lo sería creer que podemos obtener en otra parte cualquiera lo que ella no nos pueda dar.

La ilusión de la que habla Freud allí es la de liberarse del sufrimiento y la muerte. Para Freud es lícito ser optimista respecto al futuro de la humanidad, porque el hombre cuenta con su intelecto. Para Freud la felicidad es en este mundo y hoy, aunque hay que trabajar por ella. 

La felicidad y la alegría son tan enigmáticas como la neurosis. En El malestar... Freud describe que las drogas, el enamoramiento, el eremita, son formas de conseguir la felicidad. Pero en suma, de lo que se trata es de buscar la felicidad o de evitar el displacer. Las primeras teorías económicas de evitar el displacer van en línea con esto, ¿Pero es lo mismo felicidad que evitar el displacer?

Freud dice:
Se descubrió que el ser humano se vuelve neurótico porque no puede soportar la medida de frustración que la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales, y de ahí se concluyó que suprimir esas exigencias o disminuirlas en mucho significaría un regreso a posibilidades de dicha

Esto es un deslizamiento imaginario: menos obstáculos es más felicidad. El sujeto cree no poder soportar estos obstáculos. Freud prosigue:
los seres humanos han hecho extraordinarios progresos en las ciencias naturales y su aplicación técnica, consolidando su gobierno sobre la naturaleza en cuna medida antes inimaginable. Los detalles de estos progresos son notorios; huelga pasarles revista. Los hombres están orgullosos de estos logros, y tienen derecho a ello. Pero creen haber notado que esta recién conquistada disposición sobre el espacio y el tiempo, este sometimiento de las fuerzas naturales, no promueve el cumplimiento de una milenaria añoranza, la de elevar la medida de satisfacción placentera que esperan de la vida; sienten que no los han hecho más felices.

No hay que deslizarse tan pronto a la idea de que si las cosas fueran fáciles, entonces seríamos más felices. Lo que falta en el malestar, hay que construirlo, no es del orden de lo natural. La felicidad exige un trabajo para conseguirla, al menos en sus condiciones de posibilidad.

Freud se pregunta:
La perspectiva de averiguar algo nuevo no parece muy grande ni aun si la continuáramos preguntando por qué es tan difícil para los seres humanos con seguir la dicha. Ya dimos la respuesta cuando señalamos las tres fuentes de que proviene nuestro penar: la hiperpotencia de la naturaleza (podremos decir "lo real"?), la fragilidad de nuestro cuerpo (Lo imaginario, los fantasmas de desintegración) y la insuficiencia de las normas que regulan los vínculos recíprocos entre los hombres en la familia, el Estado y la sociedad (lo simbólico)Respecto de las dos primeras, nuestro juicio no puede vacilar mucho; nos vemos constreñidos a reconocer estas fuentes de sufrimiento ya declararlas inevitables.

Más adelante:

Diversa es nuestra conducta frente a la tercera fuente de sufrimiento, la social. Lisa y llanamente nos negamos a admitirla, no podemos entender la razón por la cual las normas que nosotros mismos hemos creado no habrían más bien de protegernos y beneficiarnos a todos.

Es decir, el sujeto crea las leyes que luego, retroactivamente, nos enferman. Freud marca que solo el enfrentamiento contra la pulsión de muerte, como el superyó ó también el apetito de destrucción que proviene del sentimiento inconsciente de culpa. Freud concluye que para que el sujeto sea feliz, no se trata de que tenga menos exigencias, sino que se dirija al polo motor del aparato: la construcción de un saber hacer allí, frente a la pulsión de muerte que nos habita.

No se trata de que el mundo debiera presentar menos obstáculos, eso sería heredero del narcisismo. Cuando alguien dice "Yo no merezco eso", de alguna manera supone que otro sí. Habría que acotar el narcisismo planteando por qué no habría de pasarme eso a mí. Y de por qué estoy tan seguro de que no podría yo con eso. Entre narcisismo y malestar hay una relación de correspondencia directa: a mayor narcisismo, mayor malestar.

La felicidad no viene de que no nos pase nada, sino de atravesar lo que nos suceda armando un borde con esa culpa de existir (o ir más allá que nuestros padres), o por haber logrado la felicidad luego de haber tenido algo terrible. En la clínica, el sentimiento inconsciente de culpa es difícil de pesquizar, aparece como algo que le dice al sujeto "No tenés derecho". 

El texto posterior al Malestar es Construcciones, porque a ese malestar infinito le corresponde construir un nudo singular, que tenga la posibilidad de la sublimación. Cuando Freud enuncia las distintas maneras en que los sujetos creen encontrar la felicidad, hace una mención a la sublimación, que en su obra está más o menos definida de la misma manera. No obstante, en El Malestar dice algo más:

Otra técnica para la defensa contra el sufrimiento se vale de los desplazamientos libidinales que nuestro aparato anímico consiente, y por los cuales su función gana tanto en flexibilidad. He aquí la tarea a resolver: es preciso trasladar las metas pulsionales de tal suerte que no puedan ser alcanzadas por la denegación del mundo exterior. Para ello, la sublimación de las pulsiones presta su auxilio. Se lo consigue sobre todo cuando uno se las arregla para elevar suficientemente la ganancia de placer que proviene de las fuentes de un trabajo psíquico e intelectual.

La sublimación aparece privilegiada en el fenómeno de la cultura:
La sublimación de las pulsiones es un rasgo particularmente destacado del desarrollo cultural; posibilita que actividades psíquicas superiores —científicas, artísticas, ideológicas desempeñen un papel tan sustantivo en la vida cultural. Si uno cede a la  primera impresión, está tentado de decir que la sublimación es, en general, un destino de pulsión forzosamente impuesto por la cultura.

La novedad del texto, en cuanto a la sublimación, es que:
no puede soslayarse la medida en que la cultura se edifica sobre la renuncia de lo pulsional, el alto grado en que se basa, precisamente, en la no satisfacción (mediante sofocación, represión, ¿o qué otra cosa?) de poderosas pulsiones.

La histérica tiene claro el punto de insatisfacción y de que no va a poder, incluso sabe que al encontrarse con la felicidad ésta no va a durar. En cambio, al obsesivo, no ser feliz se le arma como un casillero vacío y se tortura por ello, porque el sentimiento de culpa en esa neurosis es mayor. 

Es decir, es con la propia sexualidad sublimada (y no reprimida) con la que el sujeto logra estar con el mundo. Y acá va el consejo para la clínica:
Sobre este punto no existe consejo válido para todos; cada quien tiene que ensayar por sí mismo la manera en que puede alcanzar la bienaventuranza.'

Es decir, hay una salida al goce que no implica la represión. El psicoanálisis crea las condiciones de calma de ese malestar cotidiano para que advenga la posibilidad de felicidad sin que el sujeto se castigue por sentirla.

Freud propone, en Introducción al narcisismo, a la sublimación como algo contrario a la idealización. En la medida que empezamos a idealizar, otra vez empieza el sentimiento de culpa. Es decir, se trata de que el objeto a resto sea objeto a causa, a condición de que no idealice. 

En Freud siempre hay una voluntad de trabajo, cosa que no se lee en posiciones actuales sobre el tema. Hay que vérselas con ese exceso de lenguaje, ese exceso de alienación, sin meterse nuevamente bajo un amo al que hay que obedecer. 

El malestar es una nave que parte desde El porvenir... y encuentra su nuevo puerto en el planteo de la construcción, en Construcciones en Psicoanálisis. ¿No nos hará falta a todos creer en la posibilidad de construir lo nuevo? Escribir lo nuevo, deshacerse de los significantes amo, desalienarse, hacer caer el enaltecimiento del Otro, ¿No hace caer ese destino que estaba supuestamente decidido para nosotros? 

domingo, 6 de marzo de 2022

La filosofía de Baruj de Spinoza

BARUJ DE SPINOZA (Ámsterdam, 24 /11 / 1632 - La Haya, 21 /2 / 1677) fue un filósofo, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, perseguido y marginado en vida por las autoridades religiosas judías por un único pecado: atreverse a pensar por sí mismo.

Es un autor extraño, que se lo ha olvidado, reencontrado y vuelto a olvidar  hasta que Deleuze lo volvió a traer.  Sin embargo, la historia hace justicia, y Spinoza es considerado hoy una de las grandes mentes de su generación, así como uno de los más grandes racionalistas que han existido, junto al francés René Descartes y al alemán Gottfried Leibniz. .


La tesis doctoral de Gilles Deleuze fue sobre Spinoza. Antonio Negri también escribió  sobre Spinoza. Lacan se consideraba spinozista desde los 16 años. En Lacan la presencia de Spinoza es fuerte, por ejemplo en el hecho de que el hombre tiene como esencia el deseo, aunque el deseo spinozista es distinto del deseo freudiano.


Hobbs ya había sostenido que el hombre estaba sujeto a las pasiones crueles y que el hombre en sociedad es un lobo entre lobos. Para Hobbs es necesario generar un pacto para vivir en sociedad. Si el hombre estuviera en estado natural junto a otros hombres; se destruirían. Por miedo, el hombre llega a un pacto donde depone algunos derechos naturales en función de una autoridad, que decide por él. Ese Uno sostiene el fundamento único es casi como un dios, aunque mortal. Se trata de una idea contractualista.


El que le sigue a Hobbs en política es John Locke, que ya no habla de lucha de vida o muerte, sino de propiedad, que constituye la base de la soberanía. La propiedad permite ser el sustento de los productos que dan lugar a la alimentación. 


Posteriormente encontramos al padre  del liberalismo, Rousseau, que trae la idea de la representatividad y contrato social. A partir de allí se construyen las ideas republicanas que tenemos en la actualidad.


En contraposición a Hobbs, aparece Spinoza, como para entender el contexto.


Spinoza nació el 24 de noviembre en 1932. Murió en la haya, 21 de febrero de 1677. La casa paterna estaba en la sección de Amsterdam en la que vivían muchos judíos. Educado inicialmente en el judaísmo, conoció también la escolástica cristiana, las tendencias  neoplatónicas renacentistas, las nuevas ciencias y, especialmente la filosofía de Descartes.


Obra de Spinozza

  • Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos. (1663)

Aquí, de forma anónima, Spinoza dice que la religión es una falacia, que no existen los profetas, ni las profecías, ni los milagros. A Spinoza lo trataron de matar al salir de una sinagoga. 

  • Tratado teologico-politico (1670)

  • Tratado breve (escrito hacia 1660)

Acá muestra su forma de pensar. Dice que para encontrar algo del orden de la verdad, primero hay que sacarse de encima las imágenes,  encontrar los puntos en común por el orden de la razón quebhay entre lo que se observa y utilizar una forma intuitiva racional para encontrarse con la verdad.

  • Tratado de la reforma del entendimiento (escrito hacia 1661)

  • Ética demostrada según el orden geométrico (escrito en 1661).

  • Tratado Político (escrito 1675)

Es una obra que quedó sin concluir por la muerte del autor.

  • Compendio de gramática hebrea 


La familia de Spinoza nació en Portugal, pero los reyes promovieron la conversión de los judíos al cristianismo para seguir viviendo en la península ibérica. Esto causó gran congoja, por tener una creencia y sostener otra. Por alguna razón la melancolía será considerada en esa época una enfermedad judía, homologándolas, como lo hizo Andrés Velasquez. 


Si bien en el siglo XVI y XVII se encuentran diferentes posiciones religiosas. La situación del converso era un caso anómalo, había renunciado a su fe, pero no se los podía cuestionar legítimamente, porque su decisión era producto de una coyuntura que le era absolutamente insuperable en el plano de la decisión individual


También fueron llamados Criptojudíos a esos que se habían convertido, aunque en el ambiente se los llamaba marranos, cerdos. Ante este maltrato, muchos huyeron, habiéndose convertido o no, hacia el norte de África. Muchos murieron. Los sultanes ayudaron a que se pudieran asentar en las costas de Persia. Aún hoy en esa zona se habla en ladino, un castellano antiguo donde por ejemplo la H suena como F. Todos estos temas tienen participación en la obra de Spinoza. 


Otros judíos se fueron hacia Holanda y Amsterdam era considerada la nueva Jerusalén, por ser la ciudad más liberal del mundo. Antonio Negri dice sobre Spinoza:

"Es probable que el interés mercantilista de los holandeses del siglo XVII, al experimentar una tendencia hacia un porvenir de antagonismos, lo haya salvado de la hoguera a diferencia de otros innovadores revolucionarios que tuvieron ese destino".


Excomunión de Spinoza.

No Obstante estar en Holanda, el 27 de julio de 1656 Spinoza fue expulsado de la comunidad judía (así como excomulgado y desterrado de la ciudad de Amsterdam)

Esto dice su excomunión:

¡Maldito sea de día y maldito seas de noche! Maldito sea cuando duerme y maldito sea al levantarse! ¡Maldito sea al salir de su casa y también al entrar en ella! ¡Que el señor no le conceda jamás el perdón! ¡Que El Señor descargue de ahora en adelante toda la ira en este hombre! ¡Que le colme todas las maldiciones que están escritas en el libro de la Ley! El señor aniquilará su nombre bajo el firmamento y lo apartará para su propio perjuicio.  


Doscientos años después, Spinoza es traído a la filosofía por Mendelson, en el seno del idealismo alemán. ¿Pero por qué a Spinoza lo han querido matar y lo excomulgaron? 


Hay cuatro perspectivas de lectura según el neurofisiólogo Damasio.

  1. Spinoza accesible erudito religioso que no está de acuerdo con las iglesias de su época. 

  2. Spinoza arquitecto político, el pensador que describe las características de un Estado democratico ideal poblado por ciudadanos responsables y felices. 

  3. Spinoza como filósofo que utiliza datos científicos, un método de demostración geométrica e intuición  para demostrar una idea del universo.

  4. Spinoza protobiólogo, pensador biológico oculto tras numerosas proposiciones, axiomas, pruebas, premisas y escolios. 


Spinoza cerró la brecha entre alma y cuerpo que propuso Descartes, cerrando este dualismo. 


La ética que escribe Spinoza está dividida en 5 libros:

Primera parte: De Dios.

Segunda parte: De la naturaleza y el origen del alma.

Tercera parte: del origen de la naturaleza de las afecciones.

Cuarta parte: De la servidumbre (alienación) del hombre o de la fuerza de las afecciones. 

Quinta parte: De la potencia del entendimiento ó de la libertad del hombre.  


Spinoza escribe de manera geométrica, perfectamente articulado. Comienza por Definiciones, de donde se desprenden axiomas, luego proposiciones, luego preguntas, luego respuestas y conclusiones.

La Ética comienza por definiciones:

  1. Por causa de sí entiendo aquello que cuya esencia implica la existencia, o, lo que es lo mismo, aquello cuya naturaleza puede concebirse como existente.

  2. Se llama finita en su género aquella cosa que puede ser limitada por otra de su misma naturaleza. Por ejemplo, se dice que es finito un cuerpo porque concebimos siempre otro mayor. De igual modo, un pensamiento es limitado por otro pensamiento. Pero Un cuerpo no es limitado por un pensamiento, ni un pensamiento por un cuerpo.

  3. Por substancia (sustrato, no sustancia) entiendo aquello que es en sí y se concibe por sí, esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no precisa del concepto de otra cosa. 

  4. Por atributo entiendo aquello que el entendimiento percibe de una substancia como constitutivo de la esencia de la misma.

  5. Por modo entiendo las afecciones de una substancia, o sea, aquello que es en otra cosa, por medio de la cual es también concebido.

  6. Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita. 

Para Spinoza, los atributos son infinitos  que percibe el hombre es la extensión y el pensamiento de la misma substancia, que es una. Mientras que, Descartes sostenía que habían dos substancias: extensión y pensamiento.


Los modos son las formas finitas en que se expresa la substancia, como en las cosas, como una computadora, el hígado o el hombre. Los modos del pensamiento son las ideas. 


El problema con Spinozza es que Dios Queda subsumido a una idea mecánica. Dios es causa primera, substancia infinita. Es una lectura un tanto cartesiana. 


Desde el comienzo, Spinoza caracteriza la substancia como única, ilimitada, es decir, infinita. Pero La Definición más acabada se encuentra en la Ética: 

"Por substancia entiendo aquello que es en sí y se concibe por sí, esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no precisa del concepto  de otra cosa" (E 1 Def 3)


Así, Dios es la substancia, y al mismo tiempo la Naturaleza, solo en ese sentido se puede sostener que Dios es el sustrato propio en sí y para sí que no necesita de otra cosa para ser concebido, es esencia que envuelve la existencia. Esto se acerca a una posición posterior, que es la de panteísmo, cosa que no era aceptado enneda época.


De esta manera, Spinoza sostiene que Dios es causa. Lo causado difiere de su causa precisamente en lo que ha recibido de su causa.


Establece desde, bajo la óptica geométrica, un detalle que lo lleva a postular desde el inicio una tríada: sustancia, atributo y modo. De esta manera Dios queda subsumido bajo el atributo y el modo.


En esa concepción, Spinoza dice que el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas. Es decir, entre el alma y el cuerpo hay cierta unidad de sustancia, pero también hay un paralelismo desde el punto de vista de los atributos. El alma no tiene un privilegio por encima de las cosas ni las cosas por sobre el alma. 


Spinoza produjo tres subversiones de la moral tradicional que tienen como eje central a las afecciones. 

La primera: quita cualquier causa final de la moral, sosteniendo la causa inicial. Spinoza acá está siguiendo a la tradición física de la inercia. 

La segunda: afirma el paralelismo entre el alma y el cuerpo..

La tercera subversión consiste en subordinar la Ética a la economía de las afecciones, de las pasiones. Este tema había sido relegado en la filosofía.


Spinoza se pregunta ¿Qué puede un cuerpo? Spinoza, al mismo tiempo que propone a las pasiones en un lugar central, también advierte sobre el estatuto que debe adquirir el cuerpo.  A la pregunta sobre qué es un cuerpo, interrogante que puede parecer ingenuo, encontramos una respuesta compleja: "un cuerpo es un compuesto".


El cuerpo en Spinoza tiene una dimensión de potencia llamada conatus, que hace que el cuerpo no se descomponga. 


Dice Damasio:

El conatus incluye tanto el ímpetu para la autopreservación frente al peligro y las oportunidades. como las múltiples acciones de autopreservación que mantienen juntas las partes del cuerpo.  A pesar de las transformaciones que el cuerpo tiene que experimentar a medida que se desarrolla, renueva sus partes constituyentes y envejece, el conatos continúa formando el mismo individuo y respetando el mismo diseño estructural.

¿Qué es el conatus de Spinoza en términos biológicos actuales? Es el conjunto de disposiciones establecidas en circuitos cerebrales que, una vez activadas por condiciones internas o ambientales, buscan la supervivencia como el bienestar."


Composición. Las partes que constituyen un cuerpo se afectan mutuamente en relaciones composición y de descomposición de acuerdo con leyes del movimiento y del reposo.

Esto es interesante para plantear qué somos: compuestos, como los órganos, las células. Pero para ser humanos hay algo del orden de la causa y de la potencia que hace que esto se mantenga compuesto de tal manera.


Affectio y affectus. Spinoza hace una distinción entre affectio y affectus. A nivel del pensamiento las ideas hacen referencia al cuerpo como si estuvieran presentes. Este nivel de la representación corresponde a la affectio y se refiere al estafo del cuerpo propio de ser afectado por otro cuerpo. Los cuerpos se afectan. Pero en otra instancia, Spinoza utiliza la expresión latina affectus, que es una expresión difícil de traducir. Affectus puede ser comprendido como afección y al mismo tiempo, como acción (pasión como acción). 


Spinoza define tres pasiones básicas. Spinoza define al deseo, a la alegría y a la tristeza como tres pasiones básicas. 


El Deseo es el apetito acompañado de la conciencia del mismo (E 3 P9 S) Es algo del orden de la potencia, del conatus. El deseo es central, se combina hacia abajo en tristeza y hacia arriba en alegría. 

La alegría, una pasión por la que el alma pasa a una mayor perfección (E 3 P 11 S). La alegría y la tristeza son desde ética, son del orden de la potencia, de economía que hacen a la esencia del ser.

La tristeza, en cambio, una pasión por la cual el alma pasa a una menor perfección (E 3 P 11 S)


Las eupathias estoicas. Recordemos que los estoicos afirman que hay tres eupathias: el gozo (xarán), la voluntad (bóulesin) y la cautela (eulábeian). La tristeza, por lo tanto, no es considerada como una eupathia.

 

Sin embargo, San Agustina afirmó, al promulgar el pecado original, que la tristeza era una de ellas.  La tristeza como pecado trajo el problema paradójico de la acedia medieval. Durante la Edad Media, este tema adquiere una importancia radical, particularmente en el trato de la tristeza que toma un carácter paradójico.


En el siglo IV, la Iglesia Cristiana tomó el término acedia para designar esta serie de manifestaciones que cada vez eran mas usuales y hacían de la tristeza un pecado capital.   


La tristeza como eupathia, tal como dice Agustín, entraña la base de dicha paradoja. La tristeza da muestras por un lado del pecado y por otro de la constricción del alma por la pena la penitencia es una tristeza que desentraña un matiz sorprendente. Está viene al lugar del reato de la pena qué es producto de una culpa original.


Esto estaba basado en la paradoja Paulina sobre la tristeza. Pablo de Tarso fórmula una aserción problemática sobre la tristeza en Epístola Ii a los Corintios:

" porque la tristeza (lúpe) qué es según Dios obra arrepentimiento (metanoiam) saludable, más la tristeza del siglo (kosmou) obra muerte. 


La pasión para Spinoza

La Pasión es el poder mismo del hombre, su capacidad de ser afectado. Es la potencia de obrar. Inicia del deseo del hombre y es necesariamente activa. 


Para Spinoza, las pasiones hablan del deseo del hombre y de la potencia de obrar. Y en las pasiones hay algo de la pasividad, está surge como consecuencia de la economía de la adecuación/ inadecuación en correspondencia con las causas.


Un orden en la obra de Spinoza.

Spinoza propone un orden: se funda en una razón subordinada en un criterio de utilidad de las causas eficientes; que está dado por la potencia de existir y el obrar. 

El sentido de la utilidad se centra en términos de las causas eficientes, y no de los fines, en solidaridad con la potencia en el plano de la inmanencia.


La utilidad de la causa eficiente es la obtención de la máxima potencia, que implica un trabajo que no impone ningún tipo de renuncia, ascesis o sacrificio en la vía del amor a Dios. 


Spinoza entiende que el amor no responde a la lógica de ninguna justicia retributiva o cualquier tipo de recuperación que implique alguna forma de negociación. El amor no entra en la lógica del don, sólo es alegría con idea de una causa exterior.


Tristeza e impotencia. La tristeza en Spinoza es algo que afecta al alma y al cuerpo, que se traduce en la impotencia de obrar y pensar en forma adecuada a la propia esencia. 


Pero en lo relativo al juego de la potencia, la tristeza es la consecuencia sino que es la respuesta a algo impropio que disminuye la potencia de obrar. Esto es, esencialmente, inadecuación en el orden de las causas y del conocimiento que tiene consecuencias prácticas. La tristeza solo conlleva a la servidumbre y a la alienación. Nuevamente, no se trata de la tristeza en el sentido tímico ni el estado de ánimo.


Sacrificio y auto tormento en la práctica del penitente. Una de las más fuertes creencias de los hombres sustentada en que el sacrificio, el auto tormento y las prácticas ascéticas son una garantía y no tienen sentido. 


La práctica del penitente es, sin duda, el lugar más elocuente en dónde se pone en evidencia esta cuestión. Para este, las pasiones tristes comportan de por sí, un bien. Esté bien es en apariencia pasible de ser acumulado.


La tristeza en Spinoza no se opone a la alegría en una vertiente hedonista. La misma se inscribe en un estatuto práctico. La tristeza es aquella que señala el nombre más pleno del servilismo y la inadecuación del entendimiento.


Criterio de utilidad. No se busca lo que es bueno, sino que algo es bueno porque es útil.


Orientarse por la utilidad de los fines que comporta la ilusión de una causa final implica un detenimiento, impedimento u obstáculo que representan un excedente del orden de operaciones, que no conviene a la razón propia de la naturaleza.


La utilidad en Spinoza no tiene que ver con la economía de la pertenencia ó con la acumulación.  La noción de "utilidad" a la que se refiere Spinoza no se consigue con ningún tipo de economía de pertenencias ó de bienes. Spinoza señala que:

"En el estado natural nadie es dueño de cosa alguna por consenso común, ni hay en la naturaleza nada de lo que pueda decirse que pertenece a un hombre más bien que a otro".


Hay que aclarar que cuando Spinoza escribió esto en latín, no utilizó potentas (poder, posesión), sino el término potentia, que quiere decir fuerza. De esta manera, se trata de una potencia de fuerza y no de dominio. Esto mismo es con Nietsche.


La esencia del hombre y el carácter de lo propio.

El carácter central de la Ética gira en torno al deseo. 

"El deseo es la esencia misma del hombre en cuanto es concebida como determinada a hacer algo en virtud de una afección cualquiera que se da."

De esa proposición inaugural Spinoza introduce toda una economía de las afecciones. El centro de la misma está dado por la potencia del conatus que responde al esfuerzo de preservar en el ser como la naturaleza de lo propio.


El Problema del mal.

Pregunta Blyenbergh: ¿Cuál es el estatuto del mal? ¿La voluntad divina puede ser garantia de cierta finalidad?


Spinoza responde:

"por mi parte no puedo admitir que los pecados y el mal sean algo positivo, y mucho menos que algo exista o suceda contra la voluntad de Dios. Por el contrario, no solo digo que los pecados no son algo positivo, sino que también afirmo que solo impropiamente, o hablando al modo humano, podemos decir que pecamos contra Dios o que, cosas solemos decir, los hombres ofenden a Dios."


Blyenbergh objeta a Spinoza inmediatamente: ¿Pero Entonces, si no existe el mal absoluto, que se entiende por mal?...


Spinoza responde:

"Por tanto, dado que la voluntad o la decisión de Adán, considerada en sí, no era mala, ni, para hablar con propiedad, contraria a la voluntad de Dios, se sigue que Dios puede, antes bien, debe ser, por la razón que usted observa, su causa; pero no en cuanto fue mala, Pues el mal que había en eso no lleva más que la privación de un estado que Adán debía perder a causa de esa acción. Y es cierto es que la privación no es algo positivo y se llama así con respecto a nuestro entendimiento, pero no con respecto al de Dios."


Spinoza sigue con la respuesta a Blyenbergh:

"[...] si con la naturaleza de alguien concordase mejor que se ahorcara, ¿podrían existir razones para que no se ahorcara? Pero admitamos que es posible que exista tal naturaleza, en tal caso, afirmó (admita yo o no el libre albedrío), que si alguien ve que puede vivir más cómodamente en la horca que sentado a su mesa, obraría muy necia mente si no se ahorcase."


Como vemos, todo en Spinoza es en función de la potencia y en la esencia de su deseo. 


Crítica a la religión.

Para Spinoza, la religión manifiesta los mismos síntomas que surgen de la enajenación del hombre respecto de sí mismo y de la naturaleza. El efecto de tóxico se ve tanto en la religión como en la política del temor. 


El sacerdote y el falso profeta se sirven de los artilugios de la ilusión para desviar al vulgo de las verdaderas causas Estableciendo relaciones de autoridad y de poder en las cuales construyen falsa jerarquía. 


El mismo andamiaje que se revela en la religión surge como sustrato en el régimen de la monarquía y en la estrategia del tirano.


Crítica a la política.

En el ámbito político la lógica es la misma. Spinoza parece concordar con Hobbes algunos aspectos, pero en el tratado político La distancia es inevitable. Spinoza sostiene que ningún hombre puede ceder en su totalidad su propia potencia. 


Spinoza privilegia la causa que conduce al derecho, puntualizando la potencia propia, con independencia de toda fuerza externa que lleve a una coacción interna ajena a la esencia de la multitud.


Nombres de la tristeza.

Según causas externas: el odio, la repulsión, la desesperación, la insatisfacción y la conmiseración.

Causas internas: la humildad, el arrepentimiento, la abyección y la vergüenza. El miedo abro paréntesis y la esperanza) escapa a la contraposición entre lo externo y lo interno. 


Por el odio: la indignación, el menosprecio, la ira, la venganza y la envidia. 

Por la conmiseración: la benevolencia y la crueldad. 

Por el miedo: el temor y la pusilanimidad. 

En forma indirecta: El desprecio, la irrisión, la soberbia, la ambición y la indignación.

Todos estos son nombres de la tristeza, en tanto quitan potencia.


Consecuencias de la tristeza.

En ese ámbito -infinito como el deseo- no hay lugar para la falta, la culpa o la carencia, como Tampoco hay lugar para el exceso. La promoción de las pasiones tristes hacia los hombres serviles de su impropiedad, esclavos de la ignorancia y sumisos a la pobreza de sus pensamientos.

El vulgo cree encontrar la seguridad en la acumulación de la riqueza, el poder, la vanagloria o los honores, sin saber qué es una expresión de los bienes inciertos de la fortuna.


Carácter de la tristeza. Spinoza es categórico: "Llamamos 《malo》 a lo que es causa de tristeza (E 4 P 30 D)

Esto es correlativo a que:

"ninguna cosa puede ser mala por lo que tiene de común con nuestra naturaleza, sino que es mala para nosotros en la medida en que nos es contraria".


La tristeza trasluce de la destrucción de los órdenes de conveniencia de acuerdo a la potencia.


La Tristeza es una irreductible falla moral. La tristeza, en los hombres, mueve una pauperización de su condición y en la multitud produce un efecto devastador, que como un tóxico, carcome los cimientos de la fuerza social. Por ese motivo, la tristeza se denuncia como una verdadera e irreductible falla moral.

lunes, 2 de agosto de 2021

El duelo, de la pérdida a la transformación

“Duelo” designa el estado psíquico ante una pérdida (implica considerar la naturaleza de lo perdido, la relación preexistente y el tipo de pérdida). También designa un conjunto de comportamientos sociales, individuales y colectivos, a partir de la muerte de una persona. Por último, un trabajo psíquico y sus modificaciones subjetivas. Hay una inhibición corporal, psíquica y relacional. Al comienzo desaparecen los lazos con el otro real y es privilegiado el recuerdo. Tras una pérdida o decepción (ante otro, un logro, una posición subjetiva), el sujeto conserva la ilusión de que lo perdido permanece. Continúa viviendo como si nada hubiera cambiado. El trabajo del duelo sólo se realizará progresivamente, hasta que esa creencia ceda lugar a la vivencia de la pérdida. “Duelo” define el estado afectivo. “Trabajo de duelo” caracteriza las tramitaciones psíquicas realizadas.

¿A quién una pérdida no le ha dejado alguna secuela? Lo importante es que el sujeto estará disponible para otras tareas, otros vínculos, otros deseos, otros proyectos. 

Tenemos que salir de las generalizaciones descriptivas para encontrar lo propio de los duelos. ¿Hay conflictos que les sean específicos? Sólo cierta constelación conceptual puede dar cuenta de ellos.

La pérdida conlleva la desaparición del objeto en el mundo real, pero algunas personas que están pasando por un duelo pueden simbolizar la ausencia sin ayuda terapéutica. Hay una clínica del duelo y no hay dos duelos iguales. Pero eso no nos exime de indagar el nexo entre las dificultades en la actividad de representación y ciertas modalidades de tramitación de los duelos. La ausencia y la pérdida constituyen las condiciones fundantes de la actividad de representación. La representación es el resultado de un trabajo. Supone un trámite de los “ruidos” del cuerpo y de los “ruidos” de la cultura, de la historia, del lenguaje. 

Trámite que transforma el ruido en información.
Se nos muere alguien querido, nos rechaza alguien que nos importa, alguien nos decepciona… Todas pérdidas. Pero también son pérdidas ser despedidos del empleo, quebrar en una empresa… Está presente una distancia: entre antes y ahora, entre realidad y fantasía. Eso duele. Es un dolor sano, que a veces se intenta extirpar con distintos psicofármacos, con alcohol o con conductas de evasión. 

Tenemos derecho a evitar el desamparo. Otra cosa es que un adulto pretenda la protección que se le da al niño. El infantilismo combina una exigencia de seguridad con una avidez sin límites y evita cualquier obligación. Mi infancia desgraciada, mi madre “castradora”, mi padre ausente… Al demostrar que el ser humano es movido por fuerzas que conoce pero también por fuerzas que no conoce (lo inconsciente) el psicoanálisis proporcionó a cada cual una batería de pretextos para victimizarse. Sin embargo, el hombre es responsable, imputable. Su historia no excluye su protagonismo. 

Cuando abordamos un paciente nos preguntamos: ¿Cómo se elaboraron los duelos? Cuando el pasado “ensombrece” lo actual seguramente hubo exceso de fijación. Lo más común es que el psiquismo logre un compromiso entre permanencia y cambio, entre su abanico identificatorio y fantasmático y los compromisos que exigen los vínculos y los duelos previos.

El que se separó de su pareja, el que perdió al padre, el que se quedó sin trabajo se pregunta ¿Y ahora qué hago? ¿Quién soy ahora? El duelo empieza por un cuestionamiento no sólo hacia lo perdido sino hacia cuánto valgo y cuánto de mi identidad se ha perdido con el otro. 

Gracias al trabajo de duelo la pérdida objetal se diferencia de la narcisista. Los duelantes suelen decir: “yo no entiendo quién soy ahora”, “no sé si me gusta la música”, “no sé si mis amigos me quieren”, “no sé si soy vital”… No sofoquemos esas dudas. Lo mismo pasa cuando se gradúa un estudiante inteligente, diligente y bien calificado, y se pregunta si será bueno como profesional o ante cualquier cambio.

En las depresiones “una pérdida de objeto se convierte en una pérdida del Yo” (Freud, 1915). El otro, siempre importante, es importantísimo en el campo narcisista. Concebir el psiquismo como sistema abierto permite entender la función narcisista del mundo objetal, porque en ella el ser (registro identificatorio) coexiste con el tener (registro objetal).

En todo duelo hay una pérdida y la consecuente herida narcisista. Pero en las depresiones el trabajo del duelo se traba. ¿Por qué? Una pérdida puede precipitar una depresión al producir un colapso del narcisismo si el sujeto se siente incapaz de vivir acorde con sus aspiraciones.

¿Quién soy? ¿Cuáles son mis cualidades? ¿Cuáles son mis éxitos y mis fracasos, mis habilidades y mis limitaciones? ¿Cuánto valgo para mí y para la gente que me importa? ¿Merezco el afecto, el amor y respeto de los demás o siento que no puedo ser querido, valorado y amado? ¿Siento una brecha enorme entre lo que quisiera ser y lo que creo que soy? 

Para algunos analistas, no todos los vínculos actuales tienen relación con lo inconsciente, lo que implica la concepción de un Yo autónomo. Para otros, son repetición de los objetos fantaseados, lo que implica un psiquismo como sistema cerrado. Vincularse con objetos actuales supone un trabajo psíquico de articulación entre objeto fantaseado-pensado y objeto real. No hay autonomía del Yo en relación con su historia. Pero tampoco hay autonomía del Yo en relación con su realidad actual. No hay psicoanálisis contemporáneo si no consideramos ese vasallaje del yo que pasa inadvertido por un psicoanálisis solipsista. 

Hablar de vínculos es hablar de narcisismo y recíprocamente. Repasemos las diversas funciones que cumplen los otros: vitalidad, sentimiento de seguridad y protección, compensación de déficits, neutralización de angustias. ¿Realización del deseo? Sostén de la autoestima o de la consistencia yoica.

La tristeza es un sentimiento tan fundamental como la alegría. En la alegría nos sentimos plenos; en la tristeza hay una pérdida de vitalidad. Pero desdicha no implica siempre depresión, son distintas, aunque la depresión vuelve desdichado y la desdicha deprime. Pero la depresión implica una disminución de la autoestima y la tristeza no. Para poder entender las depresiones, hay que estar atentos a la relación 

Yo/Superyó, a los baluartes narcisistas y la tramitación de duelos y traumas.
¿Cuáles son los márgenes de maniobra del sujeto ante el sufrimiento? Por un lado, la anestesia de los fármacos, del alcohol y las drogas. Por el otro, la estrategia de zambullirse en la magia del mundo. El sufrimiento prolongado se anestesia con desinterés. El desinterés empobrece las relaciones. Por supuesto que la desinvestidura puede estar al servicio de la pulsión de vida. En los duelos llamados normales, se desinviste un objeto para preservar la posibilidad de investir nuevos objetos.

Es sabido que un duelo reactualiza duelos precedentes. Es menos sabido que contribuye a la constitución y producción de subjetividad, ya que no hay complejización psíquica posible sin desinvestimientos y reinvestimientos. Y el duelo es el prototipo de toda transformación

Fuente: Luis Hornstein