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lunes, 27 de junio de 2022

Clínica de pareja y familias: la perspectiva vincular

Silvia Gomel, en "Familias, parejas, analistas. la escena clínica" (2020) dice:

"Es una perspectiva que se nos presenta en la actualidad con una cartografía de conceptos teóricos y estregias clínicas, cuales ya no pueden ser abarcadas exclusivamente desde la solidez del corpus teórico psicoanalítico edificado a partir de un sujeto cuyo psiquismo parecía hasta en ocasiones inmune a las determinaciones históricas sociales e vinculares"

La intersubjetividad es el marco donde tiene cabida lo vincular. Supone discontinuidad, separación y diferencia entre los sujos en relación, la trama emergente entre los sujetos ligados entre sí, la trama de anudamientos instituyentes de subjetividad. Somos a la vez cada uno solo y cada uno en permanente interrelación con otros. 

Noción de sujeto sustentado en la multiplicidad

Frases como las que siguen nos da la pauta del efecto sujeto producido por la situación vincular:

"Esto hijo saca mi peor versión, saca lo por de mi"

"Cuando estoy con él siento que soy otra, aparece algo de mi que desconocía"

A propósito de esto:

"El hombre rara vez es integralmente bueno o malo, casi siempre es bueno en esta relación, malo en aquella otra o bueno bajo ciertas condiciones exteriores y bajo otras decididamente malo" (S. Freud)

"El Anti-Edipo lo escribimos a dúo. Como cada uno de nosotros era varios, en total ya éramos muchos. Aquí hemos utilizado todo lo que nos unía, desde lo más próximo a lo más lejano".
Mil Mesetas (Mille Plateaux, 1980) del filósofo francés Gilles Deleuze (1925-1995) y del psicoanálisis Félix Guattari (1930.1992)

¿A qué llamamos vínculo?

Hay dos grandes líneas para pensarlo.

Desde Kaës:

Los sujetos determinan su relación. El supuesto de una psique constituida por un conjunto (acotado) de potencialidades que pueden o no desplegarse.

Todas las posibilidades estarían dadas de inicio y el lazo solo desencadenaría lo que ya estaba allí, a la espera. 

Se privilegia la repetición de modelos infantiles, ligados a los avatares de la trama edípica. "Todo encuentro es en realidad un reencuentro".

Desde Puget, junto a Berenstein:

Hace una distinción: vínculo no es lo mismo que relación. Puget es muy spinoziana, y Spinoza hablaba de que las relaciones constituyen a las personas. 

La relación determina a los sujetos, relación que está en inmanencia (relacionada a los pensadores del devenir). Es un punto de vista diferente, en tanto la relación construye a los sujetos. Cada uno de los términos del conjunto resulta definido por la relación. Cada encuentro (figura que ella ubica) opera como un nuevo comienzo, una situación emergente. 

Su modo de pensamiento "patea el tablero", al plantear que no hay individualidades plasmadas, sino que el vínculo produce efectos que no están determinados previamente. Propone un psiquismo como una tábula rasa subjetiva que va inscribiendo la fluidez, lo inédito, lo nuevo. 

Para este tipo de perspectiva, las historias previas no tienen un carácter importante. Uno puede preguntarse si esto es psicoanálisis, acá la clave más bien es pensar en el devenir.

Podemos pensar que el concepto de lo vincular tiene un poco de las dos posturas. Se produce una composición sustentado entre anclajes y novedades.

Lo vincular excede de la relación sujeto-objeto. Los sujetos están entramados como objetos, objetos de deseo, de amor, de pulsión que simultáneamente imponen su presencia como un otro, no abarcables por la fantasía y la representación. Esa presencia no termina de ser abarcable por la fantasía o la representación.

Los encuentros introducen con frecuencia transformaciones no anticipables, no previstas desde los ya conocido.

Ya no se trata únicamente de los efectos en el psiquismo creados desde el otro, sino también con el otro.

Un caso:

Vanina: Yo jamás desconfié de él, siempre le creí. Pero hace unos meses nuestra hija estaba jugando con el teléfono y de golpe vi unas fotos raras. Y ahí me metí y me metí, y encontré lo que nunca hubiera querido encontrar: mensajes, fotos, mails. Me destruyó.

Pablo: Eso fue hace mucho y le pedí perdón. Incluso le di todas mis claves, todo para que se fije cuando quiera.

Vanina: Al principio hice eso, pero me hacía mucho mal. Yo no quiero estar en el papel de la mujer celosa que revisa, nunca lo hice en parejas anteriores. Soy por naturaleza confiada, no quiero ese papel. No me gusta esta versión de mí misma que me lleva a hurgar y revolver. Quiero que nos separemos, no quiero estar en ese lugar pero me vuelve la desconfianza, ya no le creo, me mintió mirándome a los ojos. Necesito separarme de él y de lo que me convierto cuando estoy con él.

Acá vemos como el sujeto se produce en la situación vincular, a partir de lo que ella encuentra en el teléfono de la pareja. Ahí uno puede ubicar las dimensiones de Berenstein de la semejanza, ajenidad y la diferencia. Ella se encuentra con eso y se topa con la ajenidad, donde al otro lo desconoce y también a ella misma en esa versión que aparece. 

¿Qué producciones vinculares exploramos?

- Alianzas conscientes e inconscientes.

- Discursos conjuntos o interdiscursividad.

- Las producciones de escenas, eso que hacen.

- Las tramas interfantasmáticas e identificatorias.

- Los engarces transferenciales.

- Las producciones del decir.

- Las precipitaciones del hacer.

- Los funcionamientos vinculares. Las tramas vinculares establecidas, alianzas inconscientes mediante, operan bajo mecanismos defensivos. En algunas situaciones, los mecanismos que predominan en el conjunto pueden ser a predominio de la desmentida, a predominio de la represión o la forclusión. Eso va a establecer los modos de funcionamiento de ese conjunto.

El concepto de inconsciente y su lugar en lo vincular
También en el conjunto aparecen situaciones que responden a un no sabido que circula produciendo efectos.

Janine Puget señala que no podría afirmar cuál es el estatus de lo inconsciente para un vínculo. Sin embargo, señala que el espacio edificado entre dos a la manera de un flujo posibilitador para la emergencia del querer estar juntos. Ese tipo de flujo refiere, basándose en Spinoza, en un flujo deseante que habla de una potencia y que hace que dos personas deseen estar juntas. Para ella, es ese flujo deseante el que está implicado en el inconsciente singular.

René Kaës, con su concepto de alianzas inconscientes, investiga los efectos de subjetividad que crea el entrelazamiento entre sujetos. Pactos, alianzas inconscientes.

Las alianzas que se despliegan en la trama vincular albergan, entre sus condiciones de producción, las regulaciones culturales, -que son la prescripción de la exogamia y el tabú del incesto- figuras de la renuncia pulsional necesaria para la constitución del lazo con el otro, con el semejante, como también alberga los diferentes mecanismos puestos en juego para enfrentar dichas regulaciones, que van delineando un espacio de modo tal que habilita la constitución de la trama interfantasmática.

- Las alianzas inconscientes, en tanto formaciones intersubjetivas, resultan soportes eficaces de la producción inconsciente, cuyos efectos retornan a través de la trama en todos los actores.
- Producen vínculo. Son formaciones que conforman lo posible de una relación, dejando fuera todo contenido que lo ponga en jaque.
- Invisibiliza aquellas representaciones que pudiesen quebrar el vínculo, o la completud narcisista de los sujetos que participan en ella, a partir  de un movimiento de expulsión de lo no acordado.

Trama interfantasmática.
Es una red de lugares o espacios interconectados a partir de la interdiscursividad y la puesta en escena de las producciones vinculares. Una red tejida con anudamientos y espacios vacíos, que enlaza algunos fragmentos fantasmáticos de los sujetos y los dispone de manera cambiante.

Ejemplo: el lugar de un hijo se encuentra íntimamente ligado al entretejido fantasmático de la pareja parental y su oferta deseante para el niño. Se apoyan en los diversos modos de renuncia y goce endogámico que marcan la impronta, tanto de las escenas de alianza como la de filiación.

Viñeta clínica

Natalia tiene 19 años y pide "hablar con una psicóloga" porque no se siente bien. Pese a haber sido una decisión propia, presenta una gran dificultad para instalarse en su tratamiento. 
Su tema recurrente es que se siente diferente a las otras chicas y no se divierte saliendo saliendo con gente de su edad. Las sesiones suceden en forma monótona.
En una sesión Natalia pregunta su puede venir con su familia, en realidad con sus papás, porque sus hermanos son mucho mayores y viven en otro país.

Entrevista vincular: Llegan los papás, María Eugenia y Roberto. Sé que tienen alrededor de sesenta años, pero parecen mucho más jóvenes. La forma de vestirse cuasi adolescente, la apariencia física, la modalidad corporal. Llegan riéndose y súper contestos.

María Eugenia: Nos pusimos re-contentos de que Nati quisiera que viniéramos. la verdad es que tenemos una relación re cercana, entre los tres, sobre todo desde que mis dos hijos mayores se fueron a vivir a otro país.

Roberto: -Nati es nuestro bebé.

Natalia: -Por favor no me digas así.

Roberto: ¡Pero es que es cierto! Elloa nació con mucha diferencia de los hermanos y fue como un baño de juventud, de vigor. Nos hizo sentir jóvenes.

María Eugenia: Nati nunca dio problemas, la nena diez. Todo le sale bien.

Natalia: -Todo no, me cuesta salir con mis compañeros.

María Eugenia: -¿Y eso está mal? Nosotros la pasamos bomba los tres juntos. Ella no sale porque es muy madura, nos quedamos en casa y jugamos con la play o miramos series juntos. Cuando mi segundo hijo se fue me dijo: "me quedo tranquilo porque la tienen a Natalia".

Natalia: -Pero no es así, no es que yo no salgo porque me divierto más con ustedes.

Roberto: -¿Y entonces por qué?

Natalia: (se pone a llorar y dice con gran dificultad): No sé... Por ahí porque tengo miedo de que si crezco y salgo con mis amigos ustedes se van a sentir viejos y se van a morir.

En esta viñeta, vemos que la exogamia está complicada para esta chica. Esta hija aparece como garante para el detenimiento del tiempo y de su eterna juventud. El conflicto lo trae la hija, que se dabate entre salir o quedarse con los padres que ella sostiene como vigorosos, que no les pasa el tiempo. Ella sufre en este tironeo, en esta tensión. 

martes, 14 de junio de 2022

La lógica de objeto y la lógica vincular en la relación con el otro

 ¿Cómo nos relacionamos con el otro? Hay dos posiciones del Otro:

Objeto: lógica de la relación. La vemos, por ejemplo, cuando un paciente habla de su pareja en un dispositivo individual, donde el otro está en un lugar de objeto representado y entra en la fantasmática del paciente.

Sujeto: lógica vincular. En un dispositivo de conjunto, por ejemplo, el otro está presente y aparece como sujeto, además del otro como objeto. Está agregado esta figura del otro como sujeto. En esta entrada vamos a ver este plus que implica la lógica vincular, situando lo que sucede en el "entre" ellos, que sucede por el hecho de pertenecer a ese vínculo.

Cuando uno trabaja bajo la lógica de la relación, se refiere a la relación con el objeto. Es una lógica que da cuenta del mundo interno del sujeto, de su propia fantasmática donde se figura y se configura la interioridad del sujeto. Con este dispositivo trabaja Freud. 

En esta lógica, los objetos son:

Objetos internos (imagos construidas por el yo) Ej. Padres internalizados.

Objetos externos (relación con el otro desde la proyección e identificación). Son relaciones de objeto originadas por proyección e introyección a partir de su interacción con otros primordiales, parentales, etc.

Ejemplo: En una sesión de pareja, ella dice "Él es igual a mi papá"

Es el mundo interno del paciente, que está habitado por personajes, por objetos internos que condicionan su relación con el mundo externo y con los otros, los cuales pasarán a ser sus representantes. Se trata de un mundo interno construido mediante la fantasía inconsciente. Estamos en el orden de las representaciones.

¿Qué es lo que hace que dos personas se elijan?
Berenstein dice que el sujeto ubica en el otro el objeto, un otro que en este caso se ofrece a desempeñar, un papel imposible de hacer presente ese objeto ausente. Imposible en tanto lo representado no es aquello que se presenta. Cuando el otro funciona como objeto, la pulsión no hace más que reclamar el cumplimiento de la representación. 

En la lógica objetal, estamos ante una lógica de ausencias. Uno espera que eso que se representa se cumpla en el otro, esto pasa permanentemente.

Por ejemplo, en un caso, si un analista pregunta "¿Cómo van las relaciones sexuales entre ustedes?, cada uno va a manifestar una representación diferente -igualmente legítimas- de la misma:
Ella: "Tenemos sexo constantemente, tres veces por semana"
Él: "Casi nunca, sólo tres veces por semana"

La lógica vincular, decíamos, es la que se refiere a la relación "entre" sujetos. Esta lógica integra la lógica de la relación, le agrega un plus a partir de lo que implica los efectos de presencia del otro. Este concepto de presencia del otro es muy importante en Berenstein.

A partir de la presencia del otro, hay un descentramiento, desde la vincularidad, donde se pone en juego lo que uno espera vs. lo que se obtiene: da lugar a producciones sintomáticas específicas del vínculo.

Berenstein dice que la presencia del otro implica aquello que no nos deja seguir siendo. El otro nunca está donde yo espero que esté, se impone y algo tengo que hacer con eso que se presenta conjuntamente con el otro. Kaës, por eso, decía que el vínculo exige un trabajo psíquico.

La presencia del otro va a coincidir parcialmente con lo representado y aquello que no coincide va a ofrecer una incógnita radical. 

Una presencia cuya parte inasible excede el deseo, inasibilidad del otro que Berenstein llama Ajenidad. La ajenidad es propia de todo vínculo, es lo que no se puede inscribir ni simbolizar (no se puede transformar en ausencia). Por ejemplo, en una sesión de pareja ella dice "Nunca lo hubiera creído de vos".

La presencia del otro pone a trabajar al psiquismo ahora de un modo distintivo a partir de lo que se presenta y no solamente de lo que se representa. Ese poner a trabajar al psiquismo, Kaës lo llama "exigencia de trabajo psíquico", ante aquello del orden de lo imprevisto, de la novedad radical, lo que nos sorprende, lo incierto, lo que no está en la serie de lo previsible.

 ¿De qué modo en un vínculo se da lugar al otro? Berenstein, en el texto "Del ser al hacer", dice que ese otro se presenta como semejante (imaginario), como diferente (simbólico) y como ajeno (real). Se trata de cómo se elabora un psiquismo. Por ejemplo: en esta viñeta aparece la ajenidad y la diferencia.

El: Yo la buscaba y ella...
Ella: ¿Vos me buscabas? ¿Cuándo? Hubieras hecho algo para que me diera cuenta...
Él: Cuando me subía arriba tuyo, ¿Qué era eso?
Ella: ...otra cosa!

¿Qué pasa cuando el otro o la situación trae lo nuevo y lo no registrado anteriormente? 
Ambos se sorprenden desconociendo a ese otro que dice lo que dice. Un otro que excede esa representación. Piensan diferente, entonces evitan hablar porque no se entienden. No hablar parece asegurar un aparente bienestar en la pareja. 

La pregunta sería, en toda situación vincular, sería  ¿Cómo hacer para que sus diferencias y la curiosidad por el pensamiento del otro pueda transformarse en creatividad que se apoye en la fuerza del afecto que los une? - se pregunta Janine Puget.

Isidoro Berenstein hace alusión al concepto de PRESENCIA, como aquello de lo cual no tengo registro previo, se produce ahí en situación y que en Derridá es la inmanencia. El otro se impone y al hacerle lugar me modifica, no nos deja seguir siendo. Se refiere también al afecto de quien hace con nosotros y con quien nosotros hacemos. 

Lo que llamamos vincularse es ese conjunto de acciones por las cuales devenimos sujetos otros en ese hacer que nos modifica.

Isidoro Berenstein también habla de la ajenidad y la imposición. El término otro nombra a un sujeto, a alguien que está tan investido como ese otro que soy yo, pero que sin embargo es diferente. Esta diferencia es irreductible y constituye la ajenidad. La presencia del otro se ofrece como ajena, se debe inscribir, luego cubrirla de representación palabra para descubrir nuevamente que sigue siendo ajena.

La imposición puede ser subjetivante o desubjetivante, como dice Piera Alaugnier. La violencia primaria imposición constitutiva y necesaria que implica el ingreso al campo del Otro en el infans. También puede ser desubjetivante, en tanto se puede arrasar con el otro, por ejemplo en la situación de violencia o de abuso. 

En el psicoanálisis vincular hay varios conceptos de la línea de Berenstein, en donde hay un "hacer entre" y un pensar desde ese "entre", es decir, no solo pensar esos sujetos del incoinsciente, sino descentrarnos y pensar en ese "entre" a través de estos conceptos:

PRESENTACIÓN, es aquello de lo cual no tengo registro previo. Al hacerle lugar, me modifica. No es igual a Representación.
NOVEDAD: idea de evento, acontecer, diferente a repetición.
ACONTECIMIENTO: implica devenir (por azar, Deleuze y Guatari), apertura.
AJENIDAD: el otro es ese que se presenta, me sorprende e intento representar. El otro se impone.
IMPOSICIÓN: puede ser subjetivante o desubjetivante.
DIFERENCIA: es pasible de identificación, a diferencia de la ajenidad.

¿Qué entendemos cuando hablamos del otro? 
- Lo desigual de uno mismo.
- El otro implicará una exigencia de trabajo psíquico para conformar el lazo.
- Como condición de subjetivación.
- La alteridad

La alteridad "impone" su presencia, rebelde a los intentos de tratar de objetivarla a través del trabajo de la representación. El estatuto del otro es a semejanza, diferencia, ajenidad. Ese otro también es uno en su ajenidad.

Principio de incertidumbre. 
La incertidumbre es motor tanto de la creatividad como de las defensas inhibidoras en el Dos. 

Cada contexto crea su propia subjetividad. Todo ello tiene que poder convivir en forma conflictiva con modelos teóricos que nos permiten suponer que la causalidad nos ofrece un conjunto de seguridades que por momentos nos confortan.

Los desacuerdos pueden ser la fuerza que da energía y vitalidad a los encuentros, pero por otro lado son los enemigos de la vida vincular.
Evitar hablar podría ser el significante actual ante ciertas dificultades que parecen imposibles de resolver y que contienen un hacer entre dos o mas otros separados por la diferencia radical.