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lunes, 3 de mayo de 2021

Las capas de las neurosis (F. Perls)

Entre los aportes de la Gestalt encontamos el momento en que Fritz Perls describió a la neurosis como compuesta de 5 capas: 

  1. “cliché”: al encontrarnos con alguien, intercambiamos clichés, propios de un encuentro casual (“buenos días” –apretón de manos-)

  2. “el como si”: se representan roles (cualesquiera sean ellos) y se juegan juegos. Son los estratos superficiales, sociales, los estratos del “como si”. Esta capa, tiene que ser primero trabajada y se llama capa sintética porque alcanza bien dentro del pensamiento dialectico, podemos decir: existencia, anti-existencia y existencia sintética. La mayoría de nosotros hace un show de lo que NO somos, para lo cual nos falta el talento genuino.

  3. Impasse: está marcado por una actitud fóbica: la evitación. Somos fóbicos, evitamos el sufrimiento, en especial, a la frustración. 

  4. Implosiva (o muerte): aparece como la muerte o temor a ella. Aparece como la muerte únicamente por las parálisis catatónicas: nos encogemos, nos contraemos y comprimimos: implotamos (la implosión es una ruptura hacia adentro). Una vez que logramos un contacto verdadero con lo muerto, de este estrato, ocurre algo interesante.

  5. Explosión: la implosión se convierte en explosión. La capa de la muerte, retorna a la vida, y ésta es el nexo con lo auténtico de la persona, que es capaz de vivenciar y expresar sus emociones. Estas explosiones conectan con la personalidad autentica, con el verdadero yo mismo (self). La mayo r parte de nuestro representar roles, está diseñado para controlar justamente esas explosiones.

 

La nada no existe para nosotros, en el sentido estricto porque la nada está basada en el darse cuenta de la nada, con lo que hay darse cuenta de algo y luego, hay algo ahí; encontramos que al aceptar y penetrar en la nada, en este vacío, el desierto empieza a florecer. El vacío se llena, se hace vivo. 


Una teoría, un concepto es una abstracción, es tan solo un aspecto de un acontecimiento cualquiera. Algunas de las abstracciones que se puede hacer en la terapia gestáltica, como por ejemplo la conducta, es observar la identidad de estructura y función de las personas en el organismo y todo lo demás con lo que nos encontramos. Lo bueno de los conductistas, es que en realidad trabajan en el aquí y ahora, miran y observan lo que está ocurriendo. Si pudieran darse cuenta que los cambios a lograr no deben ser conseguidos mediante el condicionamiento, ya que éste siempre produce artefactos, y que los cambios verdaderos ocurren por sí solos, de manera diferente. 


En terapia gestáltica, empezamos por lo que es: vemos cual es la situación que está presente para ser encontrada, y así relacionar la figura, la vivencia que esta en primer plano, con el fondo, el ambiente y contenido, juntas forman una Gestalt.

  

La terapia gestáltica es un enfoque existencial: no solo trata síntomas o estructuras de carácter sino la existencia total de la persona. En los sueños, se encuentra más claramente expuesta la existencia y sus problemas ya que éste, es la expresión mas espontanea de la existencia del ser humano y todas las partes diferentes del sueño, son fragmentos de nuestra personalidad.  

 

La diferencia escancia entre la Terapia Gestáltica y las demás formas de terapia, está en que ésta no analiza sino, integra.

domingo, 24 de mayo de 2020

Ir y venir, psicodrama y confusión

La técnica del darse cuenta por sí sola fracasaría.


Otra técnica válida para actuar las fantasías es el psicodrama. Podemos jugar al psicodrama con nuestros pacientes y también les podemos pedir que jueguen por sí solos, juego que denominamos monoterapia. En la monoterapia el paciente crea su propio escenario, sus propios atores, su dirección y su expresión. Esto le da la oportunidad de percibir que todo lo que fantasea está en él pudiendo ver los conflictos que están dentro de él.


Técnica del “Ir y venir”

Los freudianos manejan los sueños de este modo, pidiéndole al paciente que vaya y vuelva repetidamente entre el contenido del sueño y sus asociaciones.


En terapia Gestáltica el ir y venir nos ayuda a destruir configuraciones de confluencia por ej. Como un dolor de cabeza que resulta ser un llanto camuflado.


Al considerar los desplazamientos se hace evidente que estos no pueden ser tratados dentro de la ubicación donde surgen debido a que en ese lugar no tiene ningún sentido funcional. Hay que llevar devuelta el desplazamiento al sitio que le corresponde: únicamente podrá ser resuelto en el área donde tiene significado. El paciente que sufre de dolores oculares debido a retención del llanto, podrá resolver sus dolores únicamente mediante el llanto. Del mismo modo el paciente que ha desplazado de sus testículos donde tiene semen retenido, a sus globos oculares tendrá que desplazar sus dolores de vuelta a donde corresponden, entonces podrá gozar de un buen orgasmo y perder su síntoma. 


En estos casos hacemos el ejercicio del ir y venir, pero no como el analista ortodoxo entre los recuerdos y las asociaciones libres, sino entre el revivir un recuerdo y el aquí y ahora. A pesar del revivir y visualizar nítidamente un recuerdo, en el trasfondo siempre queda la noción de que es algo pasado, pero eso no es válido para lo que llamamos las propiocepciones, las sensaciones internas, las sensaciones musculares.


Si hacemos el ejercicio, el ir y venir, entre una visualización y una propiocepción podemos llenar los espacios en blanco y completar los asuntos inconclusos del pasado, para ello el terapeuta también tomará en cuenta cualquier movimiento involuntario del paciente.


Es común que el paciente nuevo encuentre muchas dificultades al trabajar el ir y venir para recobrar las abstracciones que faltan.


Podemos tener 3 posiciones entre las cuales ir y venir: las quejas del paciente (su manipulación para lograr apoyo), su autoexpresión inadecuada (falta de buen contacto y autoapoyo) y sus inhibiciones (autointerrupciones del paciente).


Hasta donde podemos permitir que lleguen las tendencias neuróticas. Decimos que queremos que el paciente se de cuenta en el aquí y ahora del significado de lo que está haciendo, puede lograr el darse cuenta mediante una actuación en el consultorio del significado de lo que está haciendo, si en su vida extra terapéutica está actuando una tendencia neurótica, le pedimos que durante la sesión repita deliberadamente en fantasía lo que ha estado haciendo. De esta manera descubrimos el momento en que interrumpe su flujo de vivencias impidiéndose a sí mismo de solucionar creativamente el problema.


Además de la técnica del ir y venir, que agudiza el darse cuenta del paciente, dándole un sentido más claro sobre su comportamiento podemos apelar a otras técnicas que producen una mayor capacidad de darse cuenta y una autoapoyo incrementado. Hay otras escuelas que utilizan el método de la autoexpresión utilizando enfoques integrativos. Una de las mejores técnicas es el Psicodrama de Moreno.


Psicodrama

La modalidad en que Moreno maneja una situación psicodramática es pidiéndole al paciente que represente diferentes roles. Por ejemplo actuar un rol de niño apabullado o el rol de madre criticona. De ese modo el paciente puede darse cuenta de que su superyo criticón es su madre fantaseada (su introyecto) en realidad es él mismo quien está criticando, no le basta con tener que escuchar las críticas sino que al mismo tiempo critica y es culpado. La significación terapéutica de este ejercicio es facilitar el desenlace del clic, la riña constante entre el perro de arriba y el perro de abajo, el desenlace final se lleva a cabo no por una adaptación sino por una integración.


En el caso del dolor de cabeza que era finalmente un llanto camuflado aplicando el Psicodrama el paciente redujo todo a dos afirmaciones imperativas y contradictorias “no llores” y “dejame tranquilo”, el paciente representó la parte “no llores” descubriendo que “lloro cuando se me da la gana” “no me importa si soy un marica”, llegando a sentir su desafío.


El paciente ya no está preocupado por su disociación, no se siente miserable por razones neuróticas, su dolor de cabeza sino está preocupado consigo mismo, ahora está completamente unificado, descontento en su soledad pero se da plenamente cuenta de ello y puede que esté dispuesto a dar el paso siguiente, responsabilizándose. 


Otra técnica terapéutica: 


Aproximación a las áreas de confusión:


La confusión es un mal apoyo del contacto y es muy frecuente que los problemas del paciente se pongan en evidencia en sus zonas de confusión. La vivencia de la confusión es desagradable y hay un intenso deseo de aniquilarla mediante la evitación, el verbalismo o cualquier otro tipo de interrupción.


La confusión se asocia a una falta de comprensión acompañada por una necesidad de comprender. La única garantía para librarse de la confusión es  despreocupándose del comprender.


La confusión resulta de esforzarse para contactar en un área donde el contacto no es posible ej. Quizás no hay interés, pero sí una necesidad de mostrar interés,. La mayoría de las personas tratan de manejar sus confusiones con especulaciones, interpretaciones, explicaciones y racionalizaciones, este es el esquema de muchos neuróticos en especial los intelectuales.


Una vez que el paciente aprende a aceptar que tiene áreas de confusión está dispuesto a colaborar con el terapeuta. Si vuelve a sus quiebres en el hablar, podrá recuperar mucho material borrado o dejado a un lado durante la interrupción. Aunque muchas veces este material es irrelevante provee conocimiento de lo que está haciendo el paciente en el nivel de la fantasía, durante estos momentos de confusión está realizando actividad motora velada, escondida tras el pensar y gran parte de la acción que le falta y que constituye los asuntos inconclusos de su neurosis, puede encontrarse aquí y ahora, entremetida en los quiebres.


El espacio en blanco es el correlativo de la confusión, esto se ve con mayor frecuencia al tratar con las técnicas de imaginación visual donde aparece para muchos pacientes puntos ciegos.


Si le pedimos al paciente que visualice algo puede decir que sus imágenes son borrosas. Al pedirle que prosiga puede decir que es como si estuvieran en una nube o en la niebla. Esta niebla o nube es considerada por el terapeuta como el autoconcepto del paciente, una estructura de carácter.


Si la niebla se transformó en algo gris y luego es reconocido por el paciente como un muro de piedras, el terapeuta puede pedir si puede imaginarse estar trepando por ese muro, cuando el paciente lo hizo desarrollo que al oro lado había pastizales verdes. El muro había constituido la cárcel del paciente, era un prisionero.


Puede ocurrir que el paciente tenga un espacio blanco completo. No ve nada, si describe la oscuridad como cortina de terciopelo le pedimos que corra la cortina, que la abra, es muy posible que detrás de ella descubra que estaba escondiendo algo de sí mismo, también puede haber nada, una ceguera, podemos pedirle en ese caso que represente a un hombre ciego.


El paso final al tratar las áreas de confusión es una experiencia semejante a la sensación de algo milagroso que llamamos retraerse al vacío fértil.


Para retraerse al vacío fértil tiene que haber técnicas para interrumpirlo.


La persona que es capaz de quedarse con la experiencia del vacío fértil vivenciando al máximo su confusión va a tener una gran sorpresa, una súbita sensación de aha!


Lo que ocurre en el vacío fértil es una experiencia esquizofrénica en miniatura, pocas personas pueden tolerar esto: tendrán el coraje de meterse en sus propios basurales y volver más enteros que lo que estuvieron al entrar. La parte más difícil de este experimento es abstenerse de intelectualizar y verbalizar, la experiencia del vacío fértil no es ni subjetivo ni objetiva, tampoco es introspección. Es darse cuenta sin especular.


El objetivo de consultar el vacío fértil es el de deshacer la confusión. En el vacío fértil la confusión se transforma en claridad, la emergencia en continuidad, el interpretar en vivenciar. El vacío fértil aumenta el autoapoyo mostrándole a quien lo experimenta que tiene muchas más cosas en la mano de las que él se imagina.


Fuente: Esta es una lectura del capítulo 6 de F. Perls “Ir y venir, psicodrama y confusuón”, del libro “Enfoque gestáltico y testimonio de terapia”.