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jueves, 22 de mayo de 2025

El problema del Agente

Si aceptamos que Lacan deja sin resolver en La relación de objeto un problema vinculado a la operación del Padre y que luego lo aborda de manera más precisa en el seminario sobre los cuatro discursos, podemos concluir que el punto central es la definición del agente.

María Moliner define al agente como aquello que actúa o tiene la capacidad de actuar, asociándolo a la “causa agente”, es decir, a lo que produce un efecto. Esta idea resuena con el concepto de “representante de la representación”, que Lacan trabaja en múltiples ocasiones, llegando incluso a referirse a él como “agente representante”. Esto nos lleva a considerar que el agente no es solo alguien que ocupa un lugar, sino aquel que viene a sustituir a otro en una función determinada.

En los cuatro discursos, Lacan se pregunta qué significa ser agente, y su respuesta no se orienta hacia una función de dominio o control, sino hacia la forma en que se transmite la castración entendida como prohibición. Para esclarecer este punto, propone un paso del mito a la estructura. Mientras que el mito es un enunciado de lo imposible, su interés radica en construir una escritura de la prohibición, alejándose de la narrativa mítica para centrarse en su estructura.

Al releer el mito freudiano de la castración, Lacan introduce una distinción clave: su objetivo es desplazar el S1 más allá del lugar del Amo, concebido como función de dominio. Al separar este término de la figura del Amo que Hegel plantea, Lacan lo redefine como un significante-letra, con el cual se puede escribir la posibilidad de un inicio lógico. Así, el problema del agente es replanteado desde la perspectiva de la suplencia, abriendo nuevas vías para pensar la transmisión y el orden simbólico.

lunes, 30 de diciembre de 2024

El Representante de la Representación: Del Giro Freudo-Lacaniano a la Constitución del Sujeto

En el seminario 7, Lacan señala un momento crucial en la obra de Freud: el abandono de la noción de representación en su sentido filosófico tradicional, asociada a un sustrato último o referente fijo. Al “arrancar la representación de la tradición”, Freud introduce la falta de referente, describiéndola como un “cuerpo vacío, un espectro, un goce extenuado”. Este desplazamiento se vincula directamente con el aforismo de Lacan: “El inconsciente está estructurado como un lenguaje”.

Dentro de esta estructura, Lacan presenta el concepto de representante de la representación, que no debe confundirse con la traducción literal “representante representativo”. Esta última sugeriría un regreso a la tradición filosófica y a la búsqueda de un fundamento último para el sujeto, algo que Lacan critica abiertamente. Por el contrario, el representante de la representación pertenece al nivel más elemental de la estructura significante, trascendiendo lo efectivamente pronunciado y siendo definido como “lo que tiene la misma estructura que el significante”.

Este concepto puede ser entendido, en retrospectiva (aprés-coup), como precursor del rasgo unario que Lacan introduce en el seminario 9. Este rasgo, ligado a la letra como una marca significante que no se articula en cadena, sostiene lo efectivamente pronunciado. Ambos términos comparten una función común: operar en el nivel de la represión primaria. Así, el representante de la representación no solo anticipa la problemática del Uno, sino que permite a Lacan definir al sujeto como privación, como un -1, lo que reitera la ausencia de un referente para el nombre propio y del sujeto mismo.

Esta ausencia de referente tiene, para Lacan, un carácter estructurante, estrechamente vinculado al sujeto barrado. El seminario 7 representa un punto de inflexión en la obra lacaniana, marcando el paso de un real externo, característico de sus primeros seminarios, hacia un real interno a la experiencia analítica. Este cambio conceptual tuvo implicancias significativas en la concepción del sujeto y en la dirección de la cura.

En el seminario 11, Lacan redefine al representante de la representación como “el lugarteniente de la representación”, destacando su papel determinante en la estructura del inconsciente. Este concepto se formaliza como una estructura de corte que no solo marca, sino que constituye al cuerpo. Aquí se introduce una función topológica del borde, esencial para comprender tanto la constitución del sujeto como del cuerpo que lo sostiene. Este marco topológico, a su vez, redefine las relaciones entre el sujeto y su inscripción en el lenguaje, abriendo nuevas perspectivas en el campo del psicoanálisis.

martes, 28 de abril de 2020

Los principios económicos, esencia de la dinámica psíquica


Hoy veremos uno de los aspectos de la metapsicología: los principios económicos. Previamente, vimos las fuerzas Eros-Muerte, que se encientran detrás de las complejas dinpamicas del aparato psíquico.

Habíamos dicho que los componentes de las instancias son las representaciones o ideas, que esas ideas son fuerzas. En tanto fuerzas, en las distintas instancias tienen regímenes, es decir, maneras de ser dirigidas. El aparato psíquico en su totalidad es subtendido por el principio de constancia. El principio de constancia quiere decir que en cada instancia, ello o inconsciente, yo de realidad definitivo preconsciente, superyó, ideal del yo preconsciente consciente, debe tratar de mantener de la mejor manera posible las fuerzas de sus ideas y del funcionamiento de las mismas.


La primera forma de responder al princio de constancia, apenas nacemos, es el principio de Nirvana: grito, llanto, pataleo, tratando de sacarnos de encima la excitación. Ante las primeras experiencias de satisfacción, ocurren las primeras inscripciones, que son experiencias de representaciones fusionadas mamá-bebé. A esto le vamos a dar mayor importancia en sucesivas entradas. 



Estas representaciones fusionadas retienen energía, fuerza. El primer funcionamiento de la fuerza de esa idea es la repetición alucinatoria. Con este ejemplo se muestran dos funcionamientos contradictorios que están en el ello. Es pulsar la energía, que es tratar de no tener ningún estímulo retenido como idea, que es el principio de Nirvana y el otro funcionamiento es tratar de repetir la experiencia de satisfacción como alucinación primitiva. La alucinación primitiva, según Freud, reconocida por otros posfreudianos también, es el primer funcionamiento psíquico y va a ser uno de nuestros funcionamientos permanentes en los sueños. Los sueños son alucinaciones. La alucinación primitiva inaugura otro principio psíquico, que es el principio de placer. Este principio realiza alucinatoriamente el deseo y se contrapone a la expulsión de fuerza, a la descarga neuronal primitiva del principio de Nirvana. 

Por supuesto, ningún bebé sobrevive alucinando. La alucinación fracasa y tiene que venir la madre a satisfacer realmente a ese hambre. De todos modos, aunque la alucinación primitiva fracase, todas las pulsiones tienden a funcionar compulsivamente hacia la alucinación, aunque no lleguen a ella. Entonces, el principio de placer tiene dos vertientes:

- Tendencia a la realización compulsiva del placer 
- Evitación compulsiva del displacer. 

Completo, se llama principio de placer-displacer. Este es el régimen y el ordenamiento, el principio que da dirección a las fuerzas pulsionales que ordenan el funcionamiento del ello. La realización de deseos, que es el fin de la pulsión (por eso el fin del principio del placer es la realización compulsiva de los deseos) no es "tener ganas de comer chocolate y comerlo", sino alucinar que se come chocolate, o querer que aparezca el chocolate. Ese es el funcionamiento pulsional. 

El otro aspecto sumamente importante es la evitación compulsiva del displacer, la huída sin examen de todo aquello que cause displacer. No huir de aquello que nos cause displacer puede ser fatal. El principio de placer-displacer es incompatible con la realidad. En la medida en que se va avanzando en el establecimiento de mayor organización de las representaciones y se llega al planteo, tránsito y naufragio del Complejo de Edipo, por este último señala la represión primaria y la transformación del principio de placer-displacer (búsqueda compulsiva del placer, evitación compulsiva del displacer) su transformación en el principio de realidad.

El principio de realidad, que rige en el yo de realidad preconsciente-consciente, al que también debe obedecer un superyó sano, no es enemigo del placer ni es amigo del displacer. Muy por el contrario, el principio de realidad es el que trata de que podamos satisfacer nuestros deseos con el examen de realidad, que nos va aindicar las posibilidades y los peligros de esa satisfacción que buscamos y este examen de realidad implica también la atención a la dirección de los valores del superyó. O sea, es un principio de realidad que evita la compulsión del principio del placer-displacer. 

Hay que hacer incapié que el principio de realidad, como examina la realidad, tiene que reconocer la verdad, ue implica reconocer lo que me gusta y lo que no, lo bueno y lo malo. Es decir, me impide huir de lo que no me gusta. Esto no quiere decir que me guste lo que no me gusta, sino que quiere decir que hay que reconocerlo para arreglarlo, para evitarlo, hacer algo con eso que no me gusta. 

El principio de placer-displacer, como dijimos, regimenta a las pulsiones. Las pulsiones tienen drang, el empuje, que es compulsivo. Las representaciones, como dijmos, son representaciones cosa a predominio perceptivo. El principio de realidad regimenta ya representaciones a predominio del lenguaje verbal y esto quiere decir, a predominio de significaciones conceptuales susceptibles de los desarrollos de los pensamientos secundarios y sometidos a los valores, con suerte, más altos. No sólo de los valores secundarios, sino también del superyó. El superyó individual está articulado al superyó cultural, que es el superyó que nos toca en cada época histórico-cultural y en cada subcultura que nos toque a cada quien.

Tópica y principios económicos son absolutamente indisociables y tienen que ver con la dinpamica del aparato psiquico y su funcionamiento. Esto no es abstracto y saberlo nos da capacidad diagnóstica. En cada sesión uno tiene que ver la compulsividad de cada paciente, detectar si hay un predominio del principio del placer, detectar si algo está regimentado ajo el principio de realidad y ni que decir si uno detecta que algo está regimentado al principio de Nirvana.

Las fuerzas que responden a los principios económicos, como las fuerzas que responden a las super pulsiones (Eros y Muerte) no son fuerzas externas a las representaciones que se les sobreimprimen, sino que son las fuerzas mismas de las representaciones, que toman una direccionalidad u otra, teniendo un procesamiento diferente a partir de cada principio y de cada super-pulsión. Hay una dialéctica Eros-Muerte. 


Cada principio está cruzado y tiene predominio de Eros Muerte, que atraviesa todo el aparato psíquico. Desde ya que si la constancia queda del lado del principio de realidad que rige las instancias preconscientes consciente, el triunfo relativo de Eros está del lado del principio de realidad, o sea del lado de las instancias preconscientes conscientes, yo de realidad definitivo, superyó, ideal del yo. 



El principio de placer tiene un relativo predominio de Muerte, porque tiende a una descarga inmediata. No permite pensar, sino alucinar, soñar. Soñar ya es una producción psíquica, pero no dejan de ser sueños. Lo que es totalmente predominio de Muerte es el principio de Nirvana. El principio de Nirvana ni siquiera permite soñar: es un principio representador total. Trata de sacarse de encima el estímulo. El sueño es al menos un intento de hacer algo con el deseo, aunque sea para permitirnos dormir. El principio de constancia es sostenido a nivel representacional. Nirvana es una constancia de vaciar al aparato de energía. Entonces, el principio de Nirvana es realmente la cara de Muerte.


Hay un trabajo que es fundamental. Dice Freud que el aparato psíquico nace con la labor de vencimiento de estímulos. Eto quiere decir que todos nosotros constuimos un aparato psíquico porque tramitamos los esímulos, transformamos los estímulos en informaciónes, en representaciones. No hay mayor mentira que tratar de biologista a Freud que este principio fundamental del aparato psiquico freudiano. El aparato psíquico freudiano nace transformando las experiencias en imformaciones, representaciones. 

Hay 4 Principos económicos o sea regímenes para las fuerzas inherentes a las Representaciones que son sus Investiduras. El Principo básico es el de Constancia que subtiende a los otros 3: 

1°) El Principio de Nirvana que es expulsivo de la excitación y por lo tanto interfiere en la instalación de Representaciones,su transformación en el Principio de Placer-Displacer que, enunciado completamente, es : Principio de Búsqueda compulsiva del Placer-Evitación también compulsiva del Displacer; estos dos principios del nivel 1° rigen en el Ello-Inc. o Inconciente Tópico. 

2°)La transformacion superior del Principio de Placer-Displacer es el Principio de Realidad que puede enunciarse así: Búsqueda del placer o de sus objetivos en consideración al Examen de Realidad del Yo RD y los Valores del SuperYO o sea rigen en el Yo y en un Sy sano.-

¿Qué es el principio de inercia neuronal?
Principio de la Inercia Neuronal es el antecesor en el Proyecto de lo que será el Principio de Nirvana,es decir es un antecesor histórico y no se los debe confundir pero El Principio de Nirvana tiende a la inercia y al menor gasto energético posible,es decir tiende a la tranquilidad,a la quietud,en este sentido es la primera respuesta a ese otro Principio que rige constantemente al Aparato Psíquico que es el Principio de Constancia,pero este acepta diferentes formas de constancias ya que el Ap.Psíq.debe responder a las exigencias de la vida ,por eso el Principio de Constancia que primero responde con el Principio de Nirvana,despues responde con el Principio de Placer-Displacer y,finalmente con el Principio de Realidad con el cual culmina su manera de mantener la constancia energética del Ap. Psíq.

Próxima entrada: Las distintas organizaciones del yo

sábado, 7 de diciembre de 2019

¿Qué son las representaciones cosa y las representaciones palabra?

Hoy vamos a seguir hablando de los componentes básicos que constituyen al aparato psíquico. En la entrada anterior vimos que se trataba de representaciones, huellas mnémicas e investidura. Esta vez agregaremos los conceptos de representaciones cosa y las representaciones palabra.

Toda huella mnémica tiene investidura: representacion y huella mnémica no son términos separados. La huella mnémica es una representación que ha transformado permanentemente al sistema; tiene fuerza, capacidad dinámica. Por eso, el aparato psíquico no es una colección de fotografías, sino una estructuración de informaciones que tiene fuerza. Esas huellas mnémicas, representaciones e investidura se dividen fundamentalmente en 2 clases: representaciones cosa y representaciones palabra.

Representaciones cosa. Es la traducción en español de sarvorstellung dingvorstellung Llegan hasta la represión primaria





O sea, el ello, que es la parte más basta del aparato psíquico está constituído por representaciones cosa. Las representaciones cosa son aquellas representaciones preconceptuales, constituidas por restos perceptivos directos.


Por ejemplo, lo más básico que un chiquito tiene de lo que come llega a decir en los primeros balbuceos "teta" ó "papa" a todo lo que ingiere y le pone el mismo nombre. Es una clase amplia de lo que ingiere. Esa palabra, aún siendo un balbuceo, no es un concepto, sino que abarca todo lo que el niño ingiere. O sea, es representación cosa. Piaget decía que es la idea de todo lo chupable, todo lo comible. Esa es representación cosa.


El fonema es el sonido, que remite a una idea. La idea es la extensión perceptiva. No hay que confundir fonema "papa" con la idea que tiene un chiquito de todo lo que entra en la boca, agrupando una cantidad de percepciones directas. Esas percepciones directas son justamente lo que llamo restos perceptivos directos y no son conceptos. El concepto sería, por ejemplo: leche, carne, pollo, pescado... El concepto implica discriminación de clase. Lo comible de los primeros meses, en cambio, es resto perceptivo directo. Para el niño, todo es chupable y metible en la boca y entonces hay que sacarle algunas cosas, porque el niño se mete todo en la boca. Cuando el niño que crece, él puede llegar a decir "papa", por ejemplo, pero ahí ya tiene la clase concreta, porque apenas tiene prensión se lo mete en la boca. En cualquier juguetería vemos que algunos juguetes alertan del peligro para niños menores de 3 años porque contiene partes pequeñas que se pueden tragar. El niño pequeño no tiene la clase concreta de que algo no es metible en la boca.


Las representaciones cosa tienen clase concretas. Son restos perceptibles concretos. De esas representaciones concretas, hay algunas especiales donde se han cruzado fuerzas corporales importantes, como necesidades corporales que se han cruzado con experiencias reales provenientes del exterior. Por ejemplo, hambre se puede cruzar con la satisfacción del pecho, de la comida que da la madre y se han constituido en vorstellung representanz das trieb, en castellano, pulsiones.


Las pulsiones, dentro de las representaciones cosa, tienen un estatuto particular. Son un pequeño andamiaje complejo. Tiene fuente, fin, objeto (siempre parcial) y otra investidura particular que se llama drang. El drang es una investidura que puja compulsivamente, como si fuera un instinto. Todo junto, vorstellung representanz con sus componentes, ha sido traducido como "pulsión". Equivocadamente, Lopez Ballesteros la tradujo como instinto. Esto ha sido salvado en otras traducciones más finas como pulsión. Pulsión es un concepto muy compejo dentro de las reprentaciones cosa y son los componentes esenciales del ello.


Todas las pulsiones son representaciones cosa, pero no todas las representaciones cosa son pulsiones. La pulsión es aquella exigencia del cuerpo que hace el psiquismo. Necesidad corporal cruzada con estímulos externos. Por ejemplo, el hambre con la experiencia de satisfacción, ahí se constituye la pulsión sexual agresiva oral. Todos estos estratos del cuadro dan pulsiones distintas, que son representaciones cosa, pero complejas.


Por otro lado, entre los componentes de la pulsión también está la cuota de afecto (afektbetrang). El drang, que es el empuje de toda pulsión, desarrolla afectos. De esta manera, los componentes de la pulsión son fuente, objeto, fín (meta), drang (empuje) y cuota de afecto.

La investidura de la pulsión se llama drang y esto hace que empuje compulsivamente, a diferencia de la investidura de cualquier otra reprsentación cosa, que exige un trabajo al psiquismo pero no de manera compulsiva. Lopez Ballesteros la tradujo como instinto porque el drang opera como si fuera un instinto, pero no lo es. Una vez sobreinvestido todo lo que se ha podido y establecida la represión primaria, se establecen las estructuras secundarias: yo y superyó. Las dos son representaciones a predominio conceptual verbal, es decir, las palabras remiten a conceptos complejos, como lo señalan los lingüistas, conceptos a ramificación complejos, pero son conceptos. Recién ahí esas representaciones se llaman representación palabra y tienen investidura, que como dijimos, son fuerza. 

La fuerza de estas significaciones, de las representaciones palabra, es ligada. Cada concepto tiene energía ligada, por más complejos que sean los conceptos tienen energía ligada, tónica o fija. En cambio, las representaciones cosa, ya sean drang o investiduras tienen energía móvil, es decir, no es ligada. Por eso las leyes del inconsciente son desplazamiento y condensación y obedecen al principio del placer.



En cambio, la energía de la representación palabra, al ser tónica, fija o ligada, obedece al principio de realidad. O sea, a las leyes sintácticas, semánticas, lógicas y al examen de realidad.


Todo en el aparato psíquico es dinámico, aunque la dinámica de las representaciones cosa y palabras sean diferentes. La metáfora qye podemos usar es que esta es una máquina viva, que vive en nosotros, con una organización especial en cada estrato. Han habido sobreinvestiduras en los estratos, de manera que si un estrato es sobreinvestido mayormente por otro, deja pocas fijaciones en el primero. Todo depende, en parte, de la cantidad de sobreinvestiduras de estrato y la cantidad de fijaciones que cada estrato haya dejado detrás, hasta llegar a represión primaria, donde se juega la totalidad de sobreinvestidura que se efectuaron y ya quedan jugadas la huella mnémica de fijaciones que quedaron aquí. Para cada uno de nosotros hay una huella digital de fijación.



El análisis sobreinviste con trabajo analítico estas huellas fijadas. Estos aspectos del aparato psíquico cson básicos y de alguna manera es lo más desconocido de Freud por parte de los psicoanalistas. Paradójicamente, esto ha sido atacado por todos los post freudianos. Con la metapsicología vamos dando cuenta de cómo funciona el aparato psíquico en términos tópicos (donde se inscriben las representaciones cosas: en el ello), el aspecto dinámico (movimiento de la energía) y el aspecto económico (el principio del placer inconsciente). Esto repercute en la clínica y no se puede entender la psicopatología ni el proceso psicoanalítico sin entender esto.

sábado, 30 de noviembre de 2019

¿De qué está hecho el aparato psíquico?


En esta entrada veremos los conceptos de representación, investidura y huellas mnémicas.

Todos los científicos, como Freud, parten de la base de que hay un mundo exterior real y que debemos conocerlo. No se plantean los problemas del tipo lacaniano, donde lo real es lo imposible. Por lo tanto, Freud plantea un aparato perceptivo, que como en cada especie, tramita los estímulos que penetran en el aparato psíquico humano.



Cada especie tiene un aparato perceptor. En cada especie los estímulos del mundo exterior son seleccionados y procesados de una manera particular. Ese procesamiento, en primera instancia, por las capacidades del cerebro y los órganos perceptivos, se llama signo perceptivo, como leemos en la carta 52 de Freud. Además, el signo perceptivo tiene una particular organización según las capacidades de cada etapa de la vida, que son las dibujadas según los estratos.



Esa particular organización que adquieren los perceptos son las representaciones freudianas. Hay que hacer una gran defensa de la categoría de representación, porque a la representación freudiana se la ha acusado -sobretodo en la escuela francesa y Lacan- de copia de la realidad. Desde la idea de signo perceptivo y la idea de procesamiento, según las capacidades de cada etapa de la vida, la representación no es una foto, ni una copia: es procesamiento. Por lo tanto, si esa representación queda como transformación permamente del sistema, será una huella mnémica. Es decir, se transforma en memoria y nuestro cerebro se transforma permanentemente. Esa huella mnémica será la base del aparto psíquico. 

La representación, tanto como la huella mnémica, es información. La mejor forma de comprender el concepto de representación es que representación y huella mnpemica son informaciones. Si fueran imágenes, como se ha propuesto, todos tendrían el mismo aparato psíquico. Son procesamientos con un alto nivel de individualización. 

Otro aspecto de la representación freudiana, aún mas difícil de entender, es que la representación ha sido traducida equivocadamente por Lopez Ballesteros como "carga". En realidad, besetzung es "posición, ocupación", que quiere decir que tiene capacidad dinámica. Por eso también se va transformando en partes del aparato psíquico. A la representación no hay que imaginarla como algo estático, sino como un punto energético que produce actividad.

El aparato psíquico es una acumulción de representaciones que son informaciones con capacidad dinámica. Es decir, esas informaciones son fuerzas que operan promoviéndonos conductas, discursos, acciones y promueven afectos, si bien tenemos afectos que son esquemas filogenéticos: amor, miedo, complaciencia. Las representaciones, en la medida que van avanzando, procesan afectos como parte de su capacidad dinámica. Por lo tanto, esas representaciones, sobre todo cuando se transforman en huellas mnémicas, o sea en transformaciones permanentes del sistema que es lo que constituye al aparato psíquico, son productoras y transformadoras de afectos y conductas. Cuando llega la representación palabra, productoras y transformadoras de pensamientos y discursos. 

Hay representaciones que pueden no transformarse en huellas mnémicas y no alterar permanentemente el sistema. Al transformar permanentemente el sistema, van constituyendo al aparato psíquico. Esas representaciones tienen cualidad y calidad diferente. Las primeras son representaciones cosa, es decir, restos perceptivos directos con poca elaboración cognitiva y de pensamiento. En la medida en que se va avanzando, los pensamientos van avanzando también. 

El lenguaje se va incluyendo poco a poco, hasta que cruzando la barrera de la represión primaria y el naufragio del complejo de Edipo, este último estrato queda a predominio de la representación palabra y de los procesos de pensamiento y cognitivos secundarios, que permiten la representaciones palabra. Esta es la parte más avanzada y compleja de las organizaciones en el aparato psíquico. 

La representación, en tanto configuración particular del percepto, nos da cierta individualidad, en el sentido que organizamos nuestra percepción. Por eso, el análisis es un trabajo altamente individual, lo que no quiere decir que no hagamos análisis de pareja, de grupos... Siempre nos ocupamos individualmente de las interacciones, aún en lo grupal y en la pareja. Aunque las palabras, los valores culturales den un alto sentido homogeneizante al aparato psíquico, lo cierto es que ha sido formado con un alto grado de individuación, en la medida en que incluso esos valores culturales han sido incluidos con un alto grado de procesamiento individual. Hay una memoria que se va instalando, no solo del mundo que nos rodea, sino del propio cuerpo. 

Antes señalábamos que este aparato psíquico está abierto al soma y al mundo exterior. Tanto las representaciones como las huellas mnémicas tienen una fuerza, una capacidad de producir trabajo. Eso es la investidura como ocupación. En la medida que vamos representando nuestras experiencias, o pudiendo pensar, esas mismas representaciones también van funcionando internamente como estímulos, de tal modo que las representaciones condicionan nuestra percepción. "Nuestra cabeza" está llena de fuerzas, cada concepto que incorporamos son fuerzas y cuando analizamos liberamos fuerzas y eso es lo que nos encontranos en los análisis: resistencias, fijaciones. Cuando habamos de fuerzas, quiere decir capacidad de esfuerzo y trabajo. 

El análisis, lo que cura, tiene poco de insight. Lo que Freud llamó cura analítica es sobretrabajo: trabajar una y otra vez, perlaboración. El paciente y el analista tienen que trabajar liberando fiuerzas para que logre una organización más complejas, con la fuerza de eros, que tiene a la complejización. Hablaremos de eros y muerte en otro momento.

En la etapa oral, las representaciones comienzan organizándose por simultáneidad, analogía y causalidad. En el final, precosciente, consciente, yo de realidad definitivo, superyó. La organización es organización palabra. Toda la zona de la izquierda es ello, donde rigen las reresentaciones cosa. Las pulsiones, por ejemplo, son representaciones cosa. 

Cuanto más "colchón simbólico" tiene el aparato psíquico, se accede a un mundo mucho más complejo. El resultado de análisis de un paciente es que entienda que queda mejor acondicionado para trabajar. Se liberan fuerzas para que él trabaje mejor. Mayor colchón simbólico significa menor tendencia al Nirvana. Si pudiéramos definir brevemente al psicoanálisis, es que el psicoanálisis trabaja en contra del principio de Nirvana. Cada ganancia va generando más empuje a ese colchón para representar y complejizar. El psicoanálisis ayuda a complejizar. 

Un psicoanálisis cambia la forma de pensar y de percibir. Si uno cambia representaciones y las libera, cambia la forma de percibir. Un paciente aparenta tener un insight, pero repite lo que el analista le interpretó sin dejar de percibir igual que antes. Entonces, no podemos hablar ahí de perlaboración. 

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