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lunes, 26 de diciembre de 2022

Gente intoxicada con el discurso de Lacan

A propósito de la entrada Gente idéntica que decía permanentemente la misma cosa, dice Raúl Courel:

“Lacaniano quiere decir inculto”, decía Philippe Sollers en una entrevista realizada en 2002 por Sophie Barrau. Así se expresaba:
Los lacanianos son gente intoxicada con el discurso de Lacan y que no lo hacen tan bien como él. Igual que Marx ha dicho que no era marxista y Freud, que no era freudiano. Lacan no fue jamás lacaniano… “Lacaniano”, eso muestra un interés del todo comprensible y, a veces, grotesco. Los lacanianos son incultos… (silencio). Lacaniano quiere decir inculto. Los marxistas y freudianos, también. Freud, Marx, Lacan, eran gente extremadamente cultivada”.(1)
Nota:
1. “Lacan mismo”, en Opacidades. Revista de Psicoanálisis, Nª 3. Buenos Aires: Ed. Cernedor, 2004, p.231.

Ahora bien, en todo este asunto se mezclan dos ideas que deberían separarse:
- hay psi que quizás por miedo o por mantener distancia de poder o cualquier razón inherente a sí mismo, se han construido un discurso voluntariamente oscuro, abstruso, y por tanto, totalmente ineficaz.
- Por otra parte tenemos psi cultos, abiertos a los artes, capaz de una escucha eminamente atenta y eficiente en cualquier sesión con pacientes.
Algunos discípulos del maestro no quieren decir todos. La mayor parte obran a diario con las herramientas de los fundadores, humildes, obreros de la psiquis llevando en sí mismos mundos culturales de alto nivel.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Organizaciones coercitivas: ¿Cómo operan las sectas?

Cómo operan las sectas: desapego, pensamiento mágicoanimista, sugestión y la palabra del líder: así realizan la captación 

Las personas que están en situación de debilidad o de crisis emocional, o que sienten vacío existencial, son las potenciales víctimas más permeables al discurso único de estos grupos coercitivos; manipulan para generar inseguridad y dependencia. 

Las sectas criminales operan porque sus líderes brindan certeza en momentos de quiebre cuando algunas personas se encuentran con vulnerabilidades psicológicas, emocionales y sociales. Ser inteligente o tener un alto nivel educativo no impide que lleguen a involucrarse en alguna. Son más bien los momentos de debilidad o de crisis, la sensación de inadecuación o de que todo está perdido, los que son aprovechados por los líderes, porque llenarán el vacío y la incertidumbres con placebos que irán estabilizando la psique y el sosiego espiritual, ya que se presentan como una salvación o restauración, al principio con palabras y luego con acciones o pedidos inocuos.

Así, de a poco, se va entrando en la dinámica de la captación, que será conciencia de realidad y estén motivadas a realizar un cambio para mejorar su vida o estén decididas a encontrar la felicidad. 

Se busca que puedan controlar sus emociones o respuestas afectivas espontáneas para poder ser reprogramadas; se los induce a eliminarlas o a modificarlas, y se implanta las que el líder considera correctas. 

Ninguna secta destructiva o criminal va a presentarse al comienzo como lo que es realmente; es muy raro que lo hagan con los referentes sociales que pueden servir de publicidad positiva para captar a otras personas, a las que sí coaccionan una vez que ingresan. 

Al ser captadas, comenzará el proceso de aislamiento que servirá, sostenido en el tiempo, para evitar cualquier interferencia con auténticos vínculos afectivos anteriores e importantes que puedan estar notando los cambios radicales y progresivos en sus seres queridos y busquen prevenirlos del peligro que está por venir. 

Evadir a las personas significativas y reemplazarlas con las que piensan igual que ellos es esencial en este proceso. Este distanciamiento voluntario con el afuera o “los otros” en pos de una felicidad o mejora tiene otra función, que es la pérdida de noción del tiempo cronológico, porque contribuirá a un grado de desorientación para llevar a alguien hacia la esclavitud psicológica.

Así se los va convenciendo cada vez más a través de vestimentas, rituales que convocan el pensamiento mágico-animista y palabras nuevas con significados específicos que fortalecen una nueva identidad y la unión a través del pensamiento grupal para una captación eficaz.

Luego de este proceso aparece el lavado de cerebro, que es una técnica de control mental que consiste en anular la libertad de acción, asociación, confianza en otros y libertad de pensamiento. Pero para que esto se dé es necesario haber conseguido truncar la tendencia que tenemos los seres humanos a compartir nuestros sentimientos con otras personas. 

Así, sugestionar y crear una apatía condicionada a respuestas emocionales básicas se hará más fácil. Por eso, las víctimas de sectas destructivas y criminales suelen caracterizarse por la ausencia de remordimiento o empatía por el sufrimiento ajeno, y pueden mostrarse insensibles al ver o ejecutar actos de crueldad y humillación extrema hacia personas con las que tienen un vínculo afectivo, incluso dentro de la secta. 

Esto se desarrolla y perpetúa a través un temor que se va forjando con ideas paranoides de persecución o de perjuicio que, paulatinamente, pasan a ser verdades absolutas. Muchas veces se les hace creer que los enemigos son sus vínculos más queridos en una etapa anterior, los desertores de la secta o familiares que luchen por rescatarlos. Así se logra generar inseguridad, manipulación y dependencia.

A su vez, para contrarrestar el miedo y la sensación de desprotección que se fortaleció con estas ideas del mundo contra ellos, se van implantando nuevas ideas y preceptos con miras a una restauración, revolución o salvación que, a veces, puede incluir al mundo. Con el tiempo y el aislamiento se manipula en masa y se implantan emociones como el odio y la búsqueda de confrontación. 

Las normas sociales y culturales con las que llegan las víctimas a una secta son un desafío para el líder, que va a hacer que sean reinterpretadas como le conviene; ahí también entran los intereses económicos, por lo que muchas sectas comienzan con el ardid de “aprender a despojarse de lo material”, que incluye la renuncia a bienes económicos y al apego afectivo. Las normas que no se puedan adaptar serán reemplazadas por normas propias. 

Eliminar los impulsos sexuales juega un papel fundamental en el sometimiento, porque controlar estos instintos y liberarlos cuándo y cómo lo ordena el líder hará que el control y la sumisión sean absolutos. Por eso, las personas captadas, poco a poco, irán quebrantando leyes o tabúes que incluyen el incesto.  

Tomas Neer y Mary Ellen O’Toole, experfiladores criminales del FBI, plantean que existe una diferencia sustancial que ocurre entre las personas captadas y radicalizadas por sectas destructivas o criminales con las que lo son por grupos terroristas.

Si bien muchos de sus líderes son como dioses o semi dioses que portan y transmiten sabiduría que no solo es terrenal, en el primer caso los súbditos presentan lo que llaman Mirror Thinking o pensamiento en espejo: se ven y quieren ser como el líder, perfectos. En cambio, en el segundo caso se da el Ideal Thinking o la búsqueda de un ideal, que incluso trasciende al líder y al tiempo.

Luego de la masacre de Jonestown, en Guyana, donde murieron más de 900 personas captadas por una secta, lo que para nosotros fue el suicidio y homicidio en masa más impactante de todos los tiempos, para muchos de los sobrevivientes se trató de un acto revolucionario. Algunos de los sobrevivientes que fueron arrancados de ese hábitat y enfrentados con un entorno con leyes que conocían, pero que ya no los regían, presentaron fenómenos alucinatorios y sensaciones de fin de mundo, según informes y reportes del FBI de la época.

Es importante que las víctimas rescatadas y sacadas contra su deseo de este tipo de sectas no sean abandonadas a su suerte, sino que cuenten con una terapéutica psicológica y psiquiátrica especializada para comprender qué los llevó a eso, entender que fueron víctimas de esclavitud psicológica y manipulación de la voluntad, que cuenten con apoyo social para así lograr una readaptación y evitar futuras recaídas.

Fuente: Laura Quiñones Urquiza (28/8/2022) "Cómo operan las sectas: desapego, pensamiento mágico-animista, sugestión y la palabra del líder: así realizan la captación" - La Nación 

jueves, 1 de julio de 2021

Gente idéntica que decía permanentemente la misma cosa

Un ejemplo de cómo son las agrupaciones o sectas psicoanalíticas. Extraído del libro El Túnel (1948) de E. Sabato. 
"Un día, apenas llegué al consultorio, Prato me dijo que debía salir y me invitó a ir con él:
—¿Adónde? —le pregunté.
—A un cóctel de la Sociedad —respondió.
—¿De qué Sociedad? —pregunté con oculta ironía, pues me revienta esa forma de emplear el artículo determinado que tienen todos ellos: la Sociedad, por la Sociedad Psicoanalítica; el Partido, por el Partido Comunista.
Me miró extrañado, pero yo sostuve su mirada con ingenuidad.
—La Sociedad Psicoanalítica, hombre —respondió. Mirándome con esos ojos penetrantes que los freudianos creen obligatorios en su profesión, y como si también se preguntara: «¿Qué otra chifladura le está empezando a este tipo?».
Recordé haber leído algo sobre una reunión o congreso presidido por un doctor Bernard o Bertrand. Con la convicción de que no podía ser eso, le pregunté si era eso. Me miró con una sonrisa despectiva.
—Son unos charlatanes —comentó—. La única sociedad psicoanalítica reconocida internacionalmente es la nuestra.
Volvió a entrar en su escritorio, buscó en un cajón y finalmente me mostró una carta en inglés. La miré por cortesía.
—Es una carta de Chicago. Nos acredita como la única sociedad de psicoanálisis en la Argentina.
Puse cara de admiración y profundo respeto.
Luego salimos y fuimos en automóvil hasta el local. Había una cantidad de gente. A algunos los conocía de nombre.
Todo era tan elegante que sentí vergüenza por mi traje viejo y mis rodilleras. Y sin embargo, la sensación de grotesco que experimentaba no era exactamente por eso sino por algo que no terminaba de definir. Culminó cuando una chica muy fina, mientras me ofrecía unos sándwiches, comentaba con un señor no sé qué problema de masoquismo anal. Es probable, pues, que aquella sensación resultase de la diferencia de potencial entre los muebles modernos, limpísimos, funcionales, y damas y caballeros tan aseados emitiendo palabras génito-urinarias.
Quise buscar refugio en algún rincón, pero resultó imposible. El departamento estaba atestado de gente idéntica que decía permanentemente la misma cosa. Escapé entonces a la calle."

Fuente: Ernesto Sabato, 1948, El Túnel.

jueves, 25 de febrero de 2021

La secta de Lacan

F. Roustang (1976) -filósofo psicoanalista- explica cómo opera la fé ciega de la Secta de Lacan (desde adentro): "
«Lacan puede afirmar cualquier cosa, e incluso lo contrario, y nos adherimos a ello sin tardar. Durante quince días corrió el rumor de que la forclusión era reversible, pues de muy buena tinta, aquel-que-sabe lo había dicho: por tanto, todo el mundo se lo creía. Pasado ese plazo, las mismas muy buenas fuentes habían hecho saber que no había nada de ello: y ese mismo todo-el-mundo creyó por lo tanto que no había nada de ello y que la forclusión no era reversible»".
Un simple soplido de rumor puede cambiar todo un marco teórico si de fondo "lo dijo" Lacan...

Se puede leer el ritual del "Passe" leyendo el informe de Jeanne Favret
«El día 22 de marzo pasado dejé la "Ecole Freudienne de Paris". Algunas semanas antes, una analista de la Escuela cuya vitalidad, cuya risa y cuya insolencia siempre me habían gustado, se había callado poco después de haber sido atrapada, como tantos otros, en esa máquina de moler sujetos a la que se llama la "passé" (...) La passe sólo puede producir alumnos, muertos o locos» (1977). 

De modo que el didáctico es una empresa muy exigente, en tiempo, en dinero y en derroches de orden psíquico. Se requiere que el candidato entregue su vida íntima, que desnude toda su personalidad y dé prueba de sumisión. Este rito de iniciación se desarrolla a lo largo de un número de años que oscilan entre cuatro y más de diez, y exige unas sumas de dinero considerables. Un ejemplo de los que da D. Frischer muestra cómo circula el dinero en la mafia de los analistas parisinos: 
«Un médico joven heredero de unos cincuenta millones y que estaba en análisis con Lacan, confiesa estar pagando 400 francos por sesiones de diez minutos. Acude al análisis, en períodos en los que algunas cosas particularmente importantes emergen del inconsciente, hasta unas diez veces por semana, lo cual representa una suma que puede llegar a alcanzar dos millones de francos antiguos por mes de análisis» (1977). 

Al final un individuo que concede tanto o más valor a su iniciación cuanto más difícil y costosa haya sido ésta. Es decir, una posición social tiene tanto más prestigio, a los ojos del beneficiario y de su entorno cuantos más padecimientos suponga ésta y así la fidelidad a un grupo es tanto más fuerte cuanto más difícil haya sido la adhesión.

lunes, 5 de marzo de 2018

La fraternidad es siempre segregativa.

La caída de las grandes ideales ha tenido diversos efectos en la subjetividad del hombre contemporáneo; van desde el surgimiento de sectas e iglesias de todo tipo en el mundo, hasta la multiplicación de aplicaciones en los celulares. En efecto, ante la falta de asideros, en la actualidad nos orientamos tanto con las supuestas certezas que ofrecen las sectas, como con los celulares. “Los objetos de la técnica son asideros que sirven para no perdernos por completo. La caída de las grandes ideologías se sustituye por la multiplicación de las aplicaciones, pequeños genios mágicos que utilizamos para parchear los agujeros de la existencia.” (Dessal, 2015).

La secta religiosa –léase iglesias evangélicas, satánicas, cienciología, santerismo, Osho, cuáqueros, rastafaris, nueva era, etc.– lo que hace es restaurar el estatuto de la verdad única, estatuto que quebrantó el discurso de la ciencia, el cual se caracteriza por poner en duda toda verdad, incluso sus propias verdades. “En la secta la certeza toma el sitio de la verdad” (Nominé, 2008). Así pues, el dios-padre antiguo, trastornado por el discurso científico, es sustituido por gurús, pastores carismáticos o padres sustitutivos.