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lunes, 17 de marzo de 2025

La comunicación: más allá del intercambio

El valor simbólico que Lacan le atribuye a la comunicación es innegable, pero debe entenderse en sus propios términos: alejado de la noción de un simple intercambio recíproco basado en un código compartido.

Para Lacan, la comunicación no se reduce a la transmisión de sentido, sino que expresa la asimetría fundamental entre el sujeto y el Otro. No se trata de significado, sino de acto. En este sentido, la comunicación implica un mensaje—una inscripción—que inevitablemente conlleva una respuesta. Pero, ¿qué es realmente una respuesta? Aquí entra en juego el acuse de recibo: el reconocimiento de que el mensaje ha llegado a destino. Sin embargo, Lacan no precisa quién es el que toma constancia de este mensaje.

Este acuse de recibo es el núcleo de la comunicación, pues introduce la función del Otro, el receptor, cuya existencia es indispensable para que el mensaje cobre sentido. En este punto, el signo debe entenderse en función de lo que representa para el Otro con respecto al niño.

Es importante aclarar esto porque, para Lacan, el significante prevalece sobre el signo en la constitución del sujeto. Este privilegio del significante estructura su análisis de la sexuación y su reinterpretación del complejo de Edipo a través de la metáfora paterna.

Lo que se pone en juego en este proceso es una normativización sexual, que no responde a ninguna esencia natural, sino a una operación significante. Así, la comunicación no solo se manifiesta en el discurso, sino que sus efectos deben rastrearse también en el cuerpo, confirmando su naturaleza de acto.

lunes, 10 de abril de 2023

Sobre la Bedeutung y Besetzung

Lo primero sería pensar la viabilidad de una articulación entre lo que podría ser el signo lingüístico saussuriano y la representación-palabra freudiana. Es decir, pensar la composición de la R-P desde una triple estratificación o una triada de niveles:



1) En el primer nivel (de arriba hacia abajo) estaría el significante (Klangvorstellung) a modo de una representación sonora saussuriana de la palabra (wortvorstellung).
2) El segundo nivel se trataría de la red conceptual preconsciente (Objektvorstellung), entramado que cumple una función de transmisión y soporte de la palabra. Esta red conceptual funciona a partir de las facilitaciones de complejos representacionales que retranscriben (sobreinvisten) los restos perceptivos directos (Representaciones-Cosa). El concepto o significado (Objektvorstellung) implica además una retranscripción de la ligadura con la representación sonora (significante).
3) La ligadura entre la representación sonora y el significado estarán supeditados al flujo de representaciones móviles Sach-Ding Vorstellung (condensación-desplazamiento, funcionamiento a principio de placer y nirvana) que atraviesa todo lo expresado-hablado.

Desde este punto, los sistemas secundarios al estar compuestos por representaciones palabra serían no sólo besetzung sino también una articulación entre un referente sonoro y un concepto que eventualmente podría componer una determinada Bedeutung (Significación). Si esto es así, podría plantearse que la bedeutung sería un componente de toda besetzung (investidura) preconciente-conciente. Es decir, el valor – intensidad (bedeutung) de determinada cadena de representaciones-palabra (besetzung).

La distinción entre Bedeutung y Besetzung pueden refinar (y por ende diferenciarse de otros sistemas teóricos psicoanalíticos) el asunto del mecanismo de la represión secundaria y la especificidad de los procesos de introversión y retracción libidinal. En la primera lo que se produce es una desinvestidura de la Besetzung Prec-CC referida al retoño de lo reprimido que pasa a ser disposición (debido a la tracción del inconciente) del Ello. Lo desalojado en este caso es tanto la Besetzung Prec-Cc que a su vez contiene la bedeutung prec-Cc (esto quiere decir que en tal caso de hablar de significaciones inconcientes, serán referidas precisamente a un inconciente descriptivo, no tópico). Contrariamente la psicosis supone un funcionamiento en donde en vez de retiro de investiduras Prec-Cc hay una destrucción de las Objektvorstellugn (Significado). La destrucción de los parámetros organizativos (Sintácticos, semánticos, gramaticales, orgánicos) que implica el significado conduce a la destrucción de todas aquellas investiduras que conectan con la realidad. En este caso se destruye tanto las besetzung Prec-Cc como las Bedeutung. Es por esto que serán las Sach-Ding Vorstellung las que funcionarán, posterior al derrumbe y como proceso restitutivo, a modo de Wortvorstellung.

Me parece que hasta acá es clave comprender que la relativa estabilidad de la ligadura que demuestra el significante y el significado es envuelta por funcionamientos primarios o por la movilidad o el devenir de representaciones inconcientes. Si volcamos esto a nivel clínico-teórico, la durcharbeiten sería una retranscripción de la besetzung y por ende de su componente de bedeutung.

Este tipo de análisis posibilita distinguir a la eventual estructura que permite organizar la representación sonora (la cual solo equivale a una parte de la complejidad que supone la representación-palabra) a través de lo estudiado por Saussure y extendido por el círculo de Praga como la estructura de oposiciones binarias de fonemas. Es decir, es necesario reconocer primeramente que esta estructura de oposiciones binarias sólo representa una de las varias corrientes lingüistas que estudian la adquisición y estructuración de los fonemas. Ya en este punto resulta problemático pretender equiparar o totalizar el inconciente a partir de un recorte de un descubrimiento lingüístico.

Lo anterior permite comprender una diferenciación entre el Ello freudiano (como instancia constituida por representaciones-cosa, entre ellas las representaciones-representativas de las energías de origen somático -vorstellung reprasentanz des triebes-) y el inconciente estructurado como un lenguaje. Reducir el inconciente a una “estructura” de oposiciones diferenciales (fonemas) binarios (ausencia-presencia) sólo tiene cabida dentro de un sistema teórico y una epistemología particular. Por eso, todo intento de querer articular el Ello freudiano al inconciente lacaniano provoca distancias epistemológicas-ontológicas insalvables.

martes, 14 de septiembre de 2021

Definición de los signos y síntomas psiquiátricos típicos


  • SIGNO: Son las observaciones o hallazgos objetivos realizados por el medico, como la constricción del afecto, ictericia o  el retraso psicomotor. 

  • SÍNTOMA: Son las experiencias subjetivas descriptas por el paciente. Ej: animo depresivo, falta de energía.

  • SÍNDROME: Es un grupo de síntomas y signos  que configuran un estado reconocible y que puede ser menos especifico que un trastorno o enfermedad concreto

  • DELIRIUM: Alteración de la conciencia. Reacción caracterizada por aturdimiento, inquietud, confusión y desorientación, que se asocia con miedo y alucinaciones.

  • ANIMO DISFORICO: Estado de animo desagradable

  • ANIMO EUTIMICO: Animo dentro del rango normal

  • DUELO: tristeza debido a una perdida real

  • ANSIEDAD: Sentimiento aprensión que produce la anticipación del peligro.

  • MIEDO: Ansiedad causada por un peligro real

  • VERBIGERACIÖN: Repetición sin sentido de palabras o0 frases

  • ECOLALIA: Repetición de palabras o frases pronunciadas por otra persona

  • DESCARRILAMIENTO: Desviación gradual o brisca del curso del pensamiento sin que exista bloqueo.

  • FUGA DE IDEAS: Verbalización rápida  y continua de palabras que produce un saltar constante  de una idea a otra. Las ideas suelen estar relacionadas y es posible seguir el curso del pensamiento si no se trata  de una forma muy grave del trastorno

  • DELIRIO: Alteración del contenido del pensamiento. Falsa creencia, basada en una inferencia errónea de la realidad. Es irreductible mediante razonamiento.

  • HIPOCONDRÍA: Preocupación excesiva por la propia salud, que no esta basada en la patología orgánica real, sino en la mal interpretación, sino en la mala interpretación de síntomas físicos o sensaciones normales.

  • FOBIA: miedo persistente, irracional, exagerado y patológico frente a un estimulo especifico 

  • JERGAFASIA: Alteración en la pronunciación. Las palabras que se emiten son todos neologismos. Se repitan palabras sin sentido.

  • ALOGIA: Incapacidad para hablar debido a un trastorno mental  o un episodio de demencia.

  • ALUCINACIÓN: Alteración de la percepción. Percepción sensorial falsa que no se relaciona con un estimulo externo real

lunes, 9 de noviembre de 2020

¿Qué es el símbolo desde el punto de vista psicoanalítico?


Podríamos empezar diciendo que el símbolo es una sustitución donde una cosa (lo simbolizado) es reemplazada por otra (el símbolo). Pero hay muchas formas de sustituir una cosa por otra y para aclarar trataremos de enumerar sucintamente algunas de ellas.


Por ejemplo, a través de la analogía, que es una forma de establecer una relación de semejanza cualquiera entre dos cosas distintas.

O bien por la alegoría. En ella la semejanza se lleva a cabo a través de una ficción en virtud de la cual una cosa representa o significa otra diferente. Hay muchas obras o composiciones literarias o artísticas de tal sentido, como la alegoría de la primavera de Botticelli. La alegoría se hace consciente y premeditadamente y la representación de ideas abstractas se suele llevar a cabo por medio de figuras, grupos de éstas o atributos. La alegoría fue muy utilizada por la civilización grecorromana lo que hizo que cuando surge el Renacimiento vuelva a aparecer con intensidad. El Diccionario de la Real Academia Española también menciona la alegoría en la retórica, la cual consiste en una figura del discurso que hace patentes, por medio de varias metáforas consecutivas, un sentido recto y otro figurado, ambos completos, a fin de dar a entender una cosa expresando otra diferente.

Un emblema: (del griego colocar en o sobre) es un jeroglífico, símbolo o empresa en que se representa alguna figura, y al pie de la cual se escribe una divisa que explica su sentido, pudiendo ser una glosa en prosa, algún verso o un lema que declara el concepto o moralidad que encierra. El Diccionario de la Real Academia Española le da una acepción tan amplia que lo confunde con otras formas de representación o sustitución al considerarlo como cualquier cosa que sea representación simbólica de otra. Para Cirlot es una composición alegórica basada en la unión de elementos naturales o artificiales, que pueden poseer sentido simbólico[1]. Parece ser que los emblemas adquirieron su forma característica en la obra de Andrea Alciato, Emblemata, de 1531. El interés por el emblema como modo de imagen llevó a ilustrar libros de autores clásicos con emblemas expresamente dibujados y grabados para alegorizar determinadas abstracciones, ideas o hechos que destacan a lo largo del texto. Las marcas de los siglos XVI y XVII, los frontis de los libros, las viñetas, con frecuencia tienen carácter emblemático.

Si la ideografía es la representación de las ideas por medio de imágenes o símbolos, cualquier forma de escritura podría considerarse, en sentido amplio, ideográfica. Pero se aplica el término a la escritura en que no se representan las palabras por medio de signos fonéticos o alfabéticos, sino las ideas por medio de figuras o símbolos; por ejemplo, pintando un león para expresar la idea de fuerza. Entonces se considera ideograma a cada uno de los signos o elementos de la escritura ideográfica. Hasta cierto punto se semeja al jeroglífico y desde el punto de vista de la evolución de la escritura aparece a mitad de camino entre la representación directa y el signo alfabético. Leroi Gourham reunió una serie de imágenes ideográficas del paleolítico y neolítico que bien pueden ser consideradas simbólicas desde el punto de vista psicoanalítico. Los mismos ideogramas muestran una evolución desde lo representativo directo a lo abstracto como se puede observar en la evolución de la escritura china y en los tres tipos de escritura en la piedra de Rosetta.

Representar es hacer presente una cosa con palabras o figuras que la imaginación retiene, es referir, sustituir o hacer las veces de algo. Es ser imagen de algo o tratar de imitarlo. Una representación es la acción y efecto de representar; una referencia; una figura, imagen o idea que substituye a la realidad.

Por otro lado, Figura alude en uno de sus significados a toda cosa que representa o significa otra. De este modo ‘figurar’ significa ‘representar’.

La Efigie es una imagen, representación de una persona real y verdadera. Personificación, representación viva de cosa ideal, como puede ser la efigie del amor, la efigie de la amistad, la efigie del dolor.

También se habla del Atributo, en las obras de arte: es un símbolo (usado en sentido genérico y amplio, no psicoanalítico) que denota el carácter y representación de las figuras; como la palma es un atributo de la victoria, el caduceo es atributo de Mercurio.

La Alusión es la acción de aludir y figura de la retórica que consiste en referirse a una persona o cosa sin nombrarla o sin expresar que se habla de ella. Es decir, que se habla de alguien pero en forma no expresa.

El Indicio: es una acción o señal que da a conocer algo oculto.

La Metáfora es en retórica un tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces en otro figurado, en virtud de una comparación tácita; v.gr.: las perlas del rocío, la primavera de la vida, refrenar las pasiones.

La Seña: es una nota o indicio para dar a entender una cosa o venir en conocimiento de ella. Vestigio que queda de una cosa y que la recuerda.

Uno de sus significados de Señal es el de una cosa que, por su naturaleza o convencionalmente, evoca en el entendimiento idea de otra. Imagen o representación de una cosa. En general las señales son empleadas como medio de comunicación que permite una comprensión rápida por la utilización de imágenes esquemáticas o signos u objetos de fácil reconocimiento. Como las señales suelen ser resultado de convenciones se ha creído habitualmente que no tienen sentido simbólico aunque en este diccionario mostraremos que se puede llegar a comprender este último significado en una convención universal.

El Signo es una cosa que por su naturaleza o convencionalmente evoca en el entendimiento la idea de otra. Es decir, que para el Diccionario de la Real Academia Española es sinónimo, en una de sus acepciones, de señal. El signo natural es el que nos hace venir en conocimiento de una cosa por la analogía o dependencia natural que tiene con ella: el humo es signo del fuego. El signo convencional establece su relación con lo significado con mayor o menor arbitrariedad sin buscar conscientemente una relación de profundidad aunque, como dijimos en Señal, en muchos casos se encuentra una relación simbólica no premeditada conscientemente.

La palabra Símbolo deriva de la palabra griega symbolon. En la antigua Grecia era costumbre romper una pequeña pieza de arcilla horneada en varios pedazos y entregar cada uno de ellos a cada individuo de un grupo como marca de identificación. Cuando en alguna otra ocasión se encontraban, si las partes encajaban una en otra era una confirmación de que las personas eran las originales del grupo o una representante de la original. Según la definición de los diccionarios el símbolo es una imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen; generalmente tienen un significado convencional. Esta es la definición amplia, genérica, de símbolo.

Pero el psicoanálisis hace uso del concepto de símbolo no sólo desde un punto de vista amplio sino desde otro restringido, específico, propiamente psicoanalítico.

El psicoanálisis no tenía claro desde sus comienzos el concepto de símbolo. Solía ligarse al de alusión, o recuerdo, o marca como recuerdo. Se puede observar en el siguiente párrafo de los comienzos de la obra freudiana:"Por lo que toca a los dolores en brazos y piernas, pienso que estamos frente a un caso no muy interesante, pero tanto más frecuente, de determinismo por una coincidencia casual. Durante aquel período de emoción y cuidado de enfermos había sentido [la paciente], a consecuencia del agotamiento, esos dolores con mayor intensidad que la ordinaria, y ellos, originariamente asociados con aquellas vivencias sólo por casualidad, se repitieron luego en su recuerdo como símbolo corporal del complejo de asociación."[2]

Y también en este otro: "No se puede postular una misma derivación para todos los síntomas corporales de la enferma. Aun en este caso que no es rico en tal aspecto, uno se entera de que los síntomas corporales de una histeria se producen de diversas maneras. Por ahora me permito incluir los dolores entre los síntomas corporales. Hasta donde yo puedo verlo, era sin duda de base orgánica, condicionados por aquellas leves alteraciones (reumáticas) de músculos, tendones y haces que deparan a los enfermos de los nervios mucho más dolor que a las personas sanas; otra parte de los dolores eran, con extrema posibilidad, recuerdos de dolor, símbolos mnémicos de las épocas de emociones y de cuidado de enfermos que tanto lugar habían ocupado en la vida de la paciente."[3]

Observamos, entonces que también Freud en un sentido amplio cuando utilizaba la palabra símbolo aludía a una sustitución, una representación; es el uso habitual del idioma corriente, se dice que algo simboliza tal o cual cosa cuando es sintomático de ello, cuando lo representa. Por ejemplo cuando decimos que las palabras pueden simbolizar a objetos. Pero cuando el psicoanálisis pudo conceptuar el símbolo en sentido estricto, restringido, más específicamente psicoanalítico, llegó más o menos a la siguiente idea: el simbolismo es una forma de sustitución de una cosa por otra con caracteres específicos.

Si consideramos al símbolo tal como lo hizo Freud seguido luego de los aportes de Jones[4], Rank y Sachs[5], Abraham, Ferenczi y otros, nos encontraremos con que tiene las siguientes cualidades diferenciales:
1) representa un material inconsciente,
2) con un significado constante o de un espectro muy limitado relacionado con la sexualidad y otros temas que giran alrededor de los conflictos inconscientes básicos,
3) son independientes de factores condicionantes individuales, raciales o culturales,
4) se hallan conexiones lingüísticas entre el símbolo y la idea simbolizada,
5) tienen una base evolutiva y paralelos filogenéticos, y,
6) se pueden hallar conexiones entre los símbolos de los sueños, síntomas neuróticos, mitos, religiones, tradiciones, usos del lenguaje, expresiones artísticas, etc.

Notas
[1]Diccionario de Símbolos, Juan Eduardo Cirlot, pág. 182.
[2]Señora Emmy von N. (40 años, de Livonia)Amorrortu Editores, tomo II. pág.91,En una nota al pie.
[3]Sigmund Freud, Amorrortu Editores, tomo II. pág.109:Estudios sobre Histeria. Señora Emmy von N.
[4]Teoría del simbolismo, Ernest Jones, Letra Viva, Buenos Aires, 1980)
[5]Die Bedeutung de Psychoanalyse für die Geisteswissencshaften, Grenzfr. Nerv.-u.Seelenleb N°93, Wiesbaden (versión inglesa).

Fuente: José Tresesamsky "¿Qué es el símbolo desde el punto de vista psicoanalítico?"

miércoles, 1 de abril de 2020

Lacan con Saussure: el inconsciente estructurado como un lenguaje.


Fuente: Clase del 23/8/12 de Daniel Zimmerman, cátedra "Psicoanálisis II" en la UMSA.

Vamos a poner a prueba lo que dice Lacan tomando a Freud, de que el inconsciente funciona como una escritura en imágenes y si puede estar ligado o no a los estudios sobre el lenguaje, que venían desarrollándose contemporáneamente.

Para eso sugerimos ir a Ferdinand de Saussure y su teoría del signo.
PRINCIPIOS GENERALES: CAPÍTULO I: NATURALEZA DEL SIGNO LINGÜISTICO§ 1. SIGNO, SIGNIFICADO, SIGNIFICANTEPara ciertas personas, la lengua, reducida a su principio esencial, es una nomenclatura, esto es, una lista de términos que corresponden a otras tantas cosas. Por ejemplo:
Esta concepción es criticable por muchos conceptos. Supone ideas completamente hechas preexistentes a las palabras (ver sobre esto pág. 166; no nos dice si el nombre es de naturaleza vocal o psíquica, pues arbor puede considerarse en uno u otro aspecto; por último, hace suponer que el vínculo que une un nombre a una cosa es una operación muy simple, lo cual está bien lejos de ser verdad.
La forma en la que se nombran las cosas, uno podría tomarlas como algo muy natural, pero dice, no es tan sencillo como parece.
Sin embargo, esta perspectiva simplista puede acercarnos a la verdad al mostrarnos que la unidad lingüística es una cosa doble, hecha con la unión de dos términos.
O sea que está definiendo al signo como la unidad lingüística.
Hemos visto en la pág. 40, a propósito del circuito del habla, que los términos implicados en el signo lingüístico son ambos psíquicos y están unidos en nuestro cerebro por un vínculo de asociación. Insistimos en este punto.Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica.La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos; esa imagen es sensorial, y si llegamos a llamarla «material» es solamente en este sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto.El carácter psíquico de nuestras imágenes acústicas aparece claramente cuando observamos nuestra lengua materna. Sin mover los labios ni la lengua, podemos hablarnos a nosotros mismos o recitarnos mentalmente un poema.
Imagen acústica no es “cómo suena”, porque si yo pienso en un caballo ahora, estoy uniendo, aunque no lo pronuncie, la imagen acústica del caballo con el concepto de caballo.
Y porque las palabras de la lengua materna son para nosotros imágenes acústicas, hay que evitar el hablar de los «fonemas» de que están compuestas. Este término, que implica una idea de acción vocal, no puede convenir más que a las palabras habladas, a la realización de la imagen interior en el discurso. Hablando de sonidos y de sílabas de una palabra, evitaremos el equívoco, con tal que nos acordemos de que se trata de la imagen acústica.El signo lingüístico es, pues, una entidad psíquica de dos caras, que puede representarse por la siguiente figura:
Estos dos elementos están íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente. Ya sea que busquemos el sentido de la palabra latina arbor o la palabra con que el latín designa el concepto de 'árbol', es evidente que las vinculaciones consagradas por la lengua son las únicas que nos aparecen conformes con la realidad, y descartamos cualquier otra que se pudiera imaginar.Esta definición plantea una importante cuestión de terminología. Llamamos signo a la combinación del concepto y de la imagen acústica: pero en el uso corriente este término designa generalmente la imagen acústica sola, por ejemplo una palabra (arbor, etc.). Se olvida que si llamamos signo a arbor no es más que gracias a que conlleva el concepto 'árbol', de tal manera que la idea de la parte sensorial implica la del conjunto.La ambigüedad desap parecería si designáramos las tres nociones aquí presentes por medio de nombres que se relacionen recíprocamente al mismo tiempo que se opongan. Y proponemos conservar la palabra signo para designar el conjunto, y reemplazar  concepto e imagen acústica respectivamente con significado y significante; estos dos últimos términos tienen la ventaja de señalar la oposición que los separa, sea entre ellos dos, sea del total de que forman parte. En cuanto al término signo, si nos contentamos con él es porque, no sugiriéndonos la lengua usual cualquier otro, no sabemos con qué reemplazarlo.El signo lingüístico así definido posee dos caracteres primordiales. Al enunciarlos vamos a proponer los principios mismos de todo estudio de este orden.
Repasemos: Un signo es la combinación de un concepto y una imagen acústica o de un significado y significante. Es una entidad psíquica compuesta por 2 caras, que liga a un concepto con una imagen acústica, o un significado con un significante. ¿Qué relación hay entre esas 2 caras? Es una relación recíproca. Por eso Saussure los pone uno encima del otro, cerrados con un óvalo y esas flechas. Es un dibujo de lo que está sosteniendo. Es una unidad de 2 caras (una el significado y otra el significante) que para Saussure tiene 2 características: están unidos íntimamente (óvalo) y se reclaman recíprocamente (flechas). Ej: el semáforo es un signo. En el código de las normas de tránsito el color rojo quiere decir “alto”. Pero para el código marino una bandera es otra cosa, significa “prohibido bañarse”. Uno está haciendo todo el tiempo lo que dice Saussure: une concepto con imagen acústica, que se unen para funcionar como signo. Ahora Saussure va a decir que el signo tiene un par de características principales.
PRIMER PRINCIPIO: LO ARBITRARIO DEL SIGNO. El lazo que une el significante al significado es arbitrario; o bien, puesto que entendemos por signo el total resultante de la asociación de un significante con un significado, podemos decir más simplemente: el signo lingüistico es arbitrario.Así, la idea de sur no está ligada por relación alguna interior con la secuencia de sonidos s-u-r que le sirve de significante; podría estar representada tan perfectamente por cualquier otra secuencia de sonidos. Sirvan de prueba las diferencias entre las lenguas y la existencia misma de lenguas diferentes: el significado 'buey' tiene por significante  bwéi  a un lado de la frontera franco-española y böf (boeuf) al otro, y al otro lado de la frontera francogermana es oks (Ochs).El principio de lo arbitrario del signo no está contradicho por nadie; pero suele ser más fácil descubrir una verdad que asignarle el puesto que le toca.
Según Saussure, no hay mejor o peor razón para que a un concepto se le adjudique una determinada imagen acústica. La relación entre el concepto y su imagen acústica es arbitrario.
El principio arriba enunciado domina toda la lingüística de la lengua; sus consecuencias son innumerables. Es verdad que no todas aparecen a la primera ojeada con igual evidencia; hay que darles muchas vueltas para descubrir esas consecuencias y, con ellas, la importancia primordial del principio.Una observación de paso: cuando la semiología esté organizada se tendrá que averiguar si los modos de expresión que se basan en signos enteramente naturales —como la pantomima— le pertenecen de derecho. Suponiendo que la semiología los acoja, su principal objetivo no por eso dejará de ser el conjunto de sistemas fundados en lo arbitrario del signo. En efecto, todo medio de expresión recibido de una sociedad se apoya en principio en un hábito colectivo o, lo que viene a ser lo mismo, en la convención.
Eso es lo que les decía de la convención: el código. Veamos también que el lenguaje de signos también procede de la misma manera y a su vez cada lengua elige su propio lenguaje de signos. Pero si no conozco la convención no funciona.
Los signos de cortesía, por ejemplo, dotados con frecuencia de cierta expresividad natural (piénsese en los chinos que saludan a su emperador prosternándose nueve veces hasta el suelo), no están menos fijados por una regla; esa regla es la que obliga a emplearlos, no su valor intrínseco. Se puede, pues, decir que los signos enteramente arbitrarios son los que mejor realizan el ideal del procedimiento semiológico; por eso la lengua, el más complejo y el más extendido de los sistemas de expresión, es también el más característico de todos; en este sentido la lingüística puede erigirse en el modelo general de toda semiología, aunque la lengua no sea más que un sistema particular.
Se puede, pues, decir que los signos enteramente arbitrarios son los que mejor realizan el ideal del procedimiento semiológico; por eso la lengua, el más complejo y el más extendido de los sistemas de expresión, es también el más característico de todos; en este sentido la lingüística puede erigirse en el modelo general de toda semiología, aunque la lengua no sea más que un sistema particular
Saussure sostiene esto, que el símbolo sería un caso donde esta arbitrariedad es relativa. Habría un ridimento, un vínculo natural entre una y otra cara del signo. Y pone el ejemplo:
Se puede, pues, decir que los signos enteramente arbitrarios son los que mejor realizan el ideal del procedimiento semiológico; por eso la lengua, el más complejo y el más extendido de los sistemas de expresión, es también el más característico de todos; en este sentido la lingüística puede erigirse en el modelo general de toda semiología, aunque la lengua no sea más que un sistema particular.
La palabra arbitrario necesita también una observación. No debe dar idea de que el significante depende de la libre elección del hablante (ya veremos luego que no está en manos del individuo el cambiar nada en un signo una vez establecido por un grupo lingüístico); queremos decir que es inmotivado, es decir, arbitrario con relación al significado, con el cual no guarda en la realidad ningún lazo natural.
Atención, tenemos que pensar “arbitrario” no como que se puede usar arbitrariamente, sino que hay una relación inmotivada entre un elemento y el otro. No hay nada en su concepto que motive, dice Saussure, su denominación tal o cual. A su vez nos recuerda que como usuarios no podemos hacer un uso arbitrario de un significante y ponérselo a otro significado. Yo diría que en el lenguaje común, eso funciona así. Cuando vean psicosis, van a ver que en las esquizofrenias, aparece esto de inventar nuevas palabras. Se toman la libertad de ligar o asignar un significante a un concepto o significado que no le corresponde. O atribuirle a ese significante otro significado.
Señalemos, para terminar, dos objeciones que se podrían hacer a este primer principio:1° Se podría uno apoyar en las onomatopeyas para decir que la elección del significante no siempre es arbitraria. Pero las onomatopeyas nunca son elementos orgánicos de un sistema lingüístico. Su número es, por lo demás, mucho menor de lo que se cree. Palabras francesas como fouet  'látigo' o glas  'doblar de campanas' pueden impresionar a ciertos oídos por una sonoridad sugestiva; pero para ver que no tienen tal carácter desde su origen, basta recordar sus formas latinas (fouet deriva de fāgus 'haya', glas es classicum); la cualidad de sus sonidos actuales, o, mejor, la que se les atribuye, es un resultado fortuito de la evolución fonética.
Podríamos preguntarnos por que se le dice ring al sonido del teléfono. ¿Hay alguna relación entre el sonido del timbre y el nombre? ¿Hay algo natural o se cumple que es arbitrario?
En cuanto a las onomatopeyas auténticas (las del tipo glu-glu, tic-tac, etc.), no solamente son escasas, sino que su elección ya es arbitraria en cierta medida, porque no son más que la imitación aproximada y ya medio convencional de ciertos ruidos (cfr. francés  ouaoua y  alemán wauwau, español guau guau) . Además, una vez introducidas en la lengua, quedan más o menos engranadas en la evolución fonética, morfológica, etc., que sufren las otras palabras (cfr. pigeon, del latín vulgar pīpiō, derivado de una onomatopeya): prueba evidente de que ha perdido algo de su carácter primero para adquirir el del signo lingüístico en general, que es inmotivado.
La otra cuestión que se plantea para demostrar que no son naturales, son las exclamaciones.
2° Las exclamaciones, muy vecinas de las onomatopeyas, dan lugar a observaciones análogas y no son más peligrosas para nuestra tesis. Se tiene la tentación de ver en ellas expresiones espontáneas de la realidad, dictadas como por la naturaleza. Pero para la mayor parte de ellas se puede negar que haya un vínculo necesario entre el significado y el significante. Basta con comparar dos lenguas en este terreno para ver cuánto varían estas expresiones de idioma a idioma (por ejemplo, al francés aïe!, esp. ¡ay!, corresponde el alemán au!). Y ya se sabe que muchas exclamaciones comenzaron por ser palabras con sentido determinado (cfr. fr. diable!, mordieu! = mort Dieu, etcétera).En resumen, las onomatopeyas y las exclamaciones son de importancia secundaria, y su origen simbólico es en parte dudoso.
Vimos la arbitrariedad del signo, vimos la arbitrariedad del concepto con la imagen acústica, de que no es una relación natural. 
§ 3. SEGUNDO PRINCIPIO: CARÁCTER LINEAL DEL SIGNIFICANTEEl significante, por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo: a) representa una extensión, y b) esa extensión es mensurable en una sola dimensión; es una línea.Este principio es evidente, pero parece que siempre se ha desdeñado el enunciarlo, sin duda porque se le ha encontrado demasiado simple; sin embargo, es fundamental y sus consecuencias son incalculables: su importancia es igual a la de la primera ley. Todo el mecanismo de la lengua depende de ese hecho (ver pág. 147). Por oposición a los significantes visuales (señales marítimas, por ejemplo), que pueden ofrecer complicaciones simultáneas en varias dimensiones, los significantes acústicos no disponen más que de la línea del tiempo; sus elementos se presentan uno tras otro; forman una cadena. Este carácter se destaca inmediatamente cuando los representamos por medio de la escritura, en donde la sucesión en el tiempo es sustituida por la línea espacial de los signos gráficos.En ciertos casos, no se nos aparece con evidencia. Si, por ejemplo, acentúo una sílaba, parecería que acumulo en un mismo punto elementos significativos diferentes. Pero es una ilusión; la sílaba y su acento no constituyen más que un acto fonatorio; no hay dualidad en el interior de este acto, sino tan sólo oposiciones diversas con lo que está a su lado.
Acá habla del carácter lineal del significante. Podríamos decir que el signo es la unidad que sostiene nuestra comunicación, en la medida que compartimos un código común, con ciertas normas. El diccionario podría ser la acumulación de la diversidad de ligazones entre conceptos e imágenes acústicas.

La pregunta sería:  ¿Acaso los ejemplos que hemos tomado, tanto de los chistes o de los sueños, no hemos encontrado el sentido del sueño “autoerotismo”, “sátiro”, “hombre-hora” o no nos hemos sonreído con un chiste, sino justamente por algo de esta unidad tan estricta que plantea el signo en cuanto a la relación significante – significado, no se ha roto? Lo que puede leerse en Freud al hablar del mecanismo de trabajo del sueño, justamente ¿no tiene que ver con un trastocamiento de los elementos que componen ese signo? Y cuando habla de acertijo en imágenes, ¿no está diciendo de alguna manera, a su modo, de una cierta perturbación que se puede leer en estos términos?

 La conformación de una unidad de 2 caras, que se reclaman recíprocamente, que están estrechamente ligadas, ¿no es perturbada en la medida en que se busca la gracia del chiste, o del sueño cuando intenta expresar su sentido oculto?

Tomemos un chiste: “Ayer dormí con el pijama de cuadritos, y Cuadritos durmió desnudo”. Para Saussure arriba es el concepto de pijama. Si cuando dije “pijama de cuadritos” todos visualizamos un pijama a cuadritos, es porque unimos el concepto pijama as su imagen acústica (su significante a su significado). El chiste sigue y dice “Cuadritos durmió denudo”. 
¿Qué pasó en el medio para que nos produjera gracia? Cuando más adelante trabajemos la frase “el deseo del hombre, es el deseo de Otro”, ya quedan advertidos de cómo escuchar a ese “de”. 

¿Cuál es el colmo del bombero? El significante “bombero” lo ligamos a persona que corre a apagar los incendios. Nos mete de lleno ahí. “Tener un hijo chorro y una hija manguera”. Entonces podríamos hacer la misma operación. Si seguimos la línea del cuarte de bomberos, “manguera” y “chorro” tienen una connotación normal en un cuartel. Por supuesto, una “hija manguera” en el sentido que tira agua no existe. Al final, uno podría notar que el chiste nos presenta 2 signos: chorro y manguera. El chiste juega con que manguera y chorro son significantes que se ligan a conceptos que tienen que ver con los bomberos, pero como dijimos antes, a su vez chorro se usa para designar a un ladrón. Y en manguera aparece una pedigüeña. 

Para que los chistes den gracia, tienen que haber una operación previa. Producen gracia porque lo que se hizo fue romper con las leyes que plantea Saussure para los elementos que se juegan en el signo. Los liberó de su relación íntima y su ligazón de reclamo recíproco. Esta es la tesis fuerte, tenemos que llegar a que para lograr el efecto tenemos que desligar del reclamo recíproco al significante y al significado, para dejar al significante disponible y que se liguen con otros significantes, que después se van a empalmar con otros significados. Se está rompiendo la estructura, la relación del signo. El significante pasa a primer plano. Eso quiere decir que ahora lo escribiríamos así:
S
s
Todo mi esfuerzo didáctico fue pasar del otro signo a esto. Esto es lo que Lacan propone como el algoritmo del inconsciente. Lo propone como que así funciona el inconsciente y que eso puede leerse en Freud aunque no esté trabajado en estos términos.

¿Qué vemos acá? S mayúscula es el significante, s minúscula es el significado. También está la barra, que ya no es la barra de Saussure. Es la barra, dice Lacan, de la represión. Primero debemos reconocer que estos elementos están en juego en la construcción del chiste, los fallidos y los sueños. Y segundo, debemos advertir que en esto que nos propone Lacan al signo lingüístico le sacó la barra, le sacó las flechas, le sacó el óvalo y puso el denominador en el numerador. Es decir, que el inconsciente va a dar privilegio o primacía al significante.

Entonces, yo podría decir que esto me está diciendo que para el inconsciente rompe la estrecha relación y reciprocidad del significante y significado, que toma como privilegio el significante y que a su vez la barra ya no nos indica 2 caras sino que nos sitúa nada menos que en la represión. Deja libre el significante para que entre en juego con otros significantes.

El próximo paso está en Roman Jakobson: “Lingüística y poética. Este autor presenta distintos modos de mensaje y entre todos ellos, intenta conocer en qué se distingue el lenguaje poético del lenguaje común.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Problema de la entrada en análisis.

Por Alba Flesler
   
Los problemas para entrar al análisis no parecen específicos de nuestra actualidad. Ya sea que se susciten en el sujeto que consulta o en el analista que lo recibe, han ido tomando diferentes formas en cada época. Las causas que los promueven suelen ser de estructura pero se ven favorecidas especialmente en determinados momentos históricos. 

En los orígenes del psicoanálisis, los problemas del inicio, provenientes del consultante en cuestión, eran relevados en un ‘período de prueba’ necesario para todo comienzo, según advierte Freud. 

Sin duda que sus problemas, los de Freud, no eran exactamente los nuestros, pero que los tuviera, también él, se muestra revelador de, al menos, algunos ítems que considerados problemáticos, serían trascendentes a la época u ocasión. 
¿Qué problemas podrían, con frecuencia, entorpecer la entrada en análisis? 

Los problemas parecen presentarse no sólo para quien hace un llamado a causa de su malestar sino también para los psicoanalistas mismos, de quienes depende, en gran medida, el acto de apertura inicial. 

El analista, es él, quien en principio puede abrir o cerrar la puerta de entrada a un análisis. Él puede, según su punto de vista, su perspectiva al abordar el malestar, al considerar el sufrimiento o el síntoma con el cual alguien se acerca, atender al sujeto; pero también puede olvidarlo, puede objetivar su síntoma y psicoterapizarlo. Aún utilizando para su apreciación la más excelsa jerga psicoanalítica, puede hacer psicoterapia. 

viernes, 31 de mayo de 2019

Puntuaciones acerca de la teoría de Vygotsky (1896 – 1934)

La obra cumbre de Vygotsky fue “Pensamiento y lenguaje” y “El arte y la imaginación en la Infancia”.
Caracteres de su teoría:
  • Genética. Rastrea la génesis de la cultura, de la formación de signos y símbolos.
  • Constructivista y sociohistórica. El desarrollo cognitivo se construye, pero en relación con otros.
A Vygotsky, que vivía en Rusia, le llamó la atención la reflexología de Pavlov. No aceptaba la idea de la construcción de símbolos por condicionamiento. Vygotsky estaba imbuido en el arte, estudios jurídicos, lingüísticos, formación docente, etc. Pretendió hacer una psicología diferente en el campo de la escuela.

Sus obras se conocieron mucho después de su muerte. Se lo considera el padre de la neuropsicología. Consideraba que el origen de los símbolos era extra cortical. La explicación es exógena y el origen extra cortical (no son reflejos por condicionamiento).

Para formar el símbolo es necesario OTRO SOCIAL, que le da significación al sujeto. Sin este otro social, el sujeto no llega al signo ni al símbolo. La estimulación del otro social origina nuevas zonas en el cerebro que forman sinapsis neuronales. A mayor estimulación ambiental, mayor desarrollo cognitivo.
  • El Signo es convencional, arbitrario y colectivo.
  • El símbolo es transitorio, móvil e individual.
Ambos están en el campo de lo metafórico.


Desarrollo situado o contingente.

El desarrollo cognitivo depende del ambiente en el que esté inserto el sujeto. El desarrollo
cognitivo es el pasaje de la hominización a la humanización. Cuando nace, el humano está
hominizado pero no humanizado. Sus estructuras no están maduras, pero sí completas. No ha incorporado la cultura, que es el sistema de signos y símbolos.
La plasticidad cerebral fuerte se da en los primeros 3 años, luego hasta los 7, pero siempre hay plasticidad. Para Vygotsky, el desarrollo cognitivo es pasar de procesos psicológicos elementales a los procesos psicológicos superiores.

Procesos psicológicos elementales. Aquellos que el organismo está dotado naturalmente, regulados por mecanismos senso-perceptivos. Ej: la atención involuntaria dispersa, en donde el bebé que llora escucha una voz que le llama la atención y deja de llorar. En el ejemplo, el bebé presta atención porque olle, está apoyado en lo sensorial.

Procesos psicológicos superiores. Siguiendo el ejemplo anterior, esta atención podría
transformarse en voluntaria cuando se va haciendo más voluntario y es cada vez más consciente. Los PP superiores se apoyan en los elementales y son más conscientes. Los procesos psicológicos superiores se dividen en:
  • PPS rudimentarios: Se adquieren en forma automática y espontánea, sin que haya una enseñanza sistematizada. Ej: el lenguaje. Pero si es sordo, no lo es.
  • PPS avanzados: Requieren una enseñanza sistematizada, como en la lecto escritura.
Se requiere la mediación de un otro social: Un otro social lleva la cultura a un ser que todavía no se ha apropiado de ella. El otro encausa la atención dispersa del bebé hacia lo que la cultura considera que es valioso. Sería como marcarle qué es lo cultural.
En un momento, logrará hacerlo sólo. La atención se va haciendo cada vez más voluntaria. El adulto lo va llevando a que el niño ponga su atención en cosas importantes. Hay 2 tipos de mediadores:

Mediadores Materiales (herramientas): Cualquier objeto cultural. Puede ser un libro, un juguete, un I-Pad, etc.
Mediadores Semióticos: Casi únicamente el lenguaje, como cuando se le cuenta algo al niño. También puede tratarse de comunicación para-verbal, como señalar.

El niño al principio produce reflejos, pero hay otro social que le da significación. El otro social puede decir “Ah, quisiste decir…”, aunque el bebé no haya dicho nada. El proceso psíquico empieza porque otro le da significado.
Vygotsky trabaja sobre un proceso psíquico a la vez: memoria, atención, etc. Y dice que todos se arman por otro que les da significación.

Ley de doble formación o ley genérica del desarrollo cultural. 
Toda función psíquica aparece 2 veces, en 2 planos:
 Interpersonal o intrapsíquico: Hay otro que regula, hay regulación externa. Ej: ponerle un objeto en frente.
 Intrapersonal: hay autorregulación. Ej: pedirle al niño que mire un objeto.

Vigostky pone el ejemplo del gesto de señalar. Es el primer intento gestual de comunicarse, y ocurre entre los 8 y 10 meses. Se forma cuando la intención del niño es asir o agarrar, por lo tanto, la función al principio está dirigida al objeto. Ahí va a haber un alguien que significa “Ah, querés que te alcance…”. El otro humano le significa algo diferente, desde el punto de vista de la cultura. En algún momento, el niño entenderá la conexión entre lo que él hizo y lo que el otro significa. Cambia todo, ahora es señalar. Su gesto no es más asir, es señalar. Se apropió de la cultura. La función ya no está dirigida al objeto, sino al otro social.

INTERNALIZAR es entender la conexión, comprender lo que él hizo y lo que el otro significa. Está incorporando cultura. Por eso, señalar es un mediador semiótico. Todo esto se da en cualquier otra función psíquica. Siempre hay otro que lo significa.

Zona de desarrollo próximo.
Es un concepto elaborado por Vigotzky para ilustrar el concepto de enseñanza.
La zona de desarrollo próximo es la distancia que hay entre la zona de desarrollo real o actuación y la zona de desarrollo potencial o de competencia.
  • Desarrollo real o actuación. Es aquello que el sujeto es capaz de hacer sin ayuda, por sí solo.
  • Zona de desarrollo potencial o de competencia: Es aquello que el sujeto es capaz de hacer con la ayuda de otro más capacitado.
La zona de desarrollo próximo designa funciones o aprendizaje que están a punto de despegar. Son funciones en etapa embrionario. Hay 3 etapas en la construcción de una zona de desarrollo próximo:

1) El sujeto tiene una comprensión muy limitada de aquello que se le pide. En este momento, se da en un plano interpersonal. Por lo tanto, hay regulación externa.
2) El sujeto empieza a llevar a cabo la función intrapsíquicamente, es decir, más autónomo,pero aún está muy adherido a las explicaciones del otro.
En el ejemplo de la multiplicación, esto repetirse varias veces hasta que el nene empieza a pensar en otros casos similares, pero sigue con la “voz” del otro que se lo dice.
3) El sujeto empieza a llevar a cabo en un plano bien intra-personal. Hay autorregulación.
En el ejemplo, el niño se desprende y encuentra su propia manera. Entiende lo que es la multiplicación.
El docente, para poder acceder a esta zona de desarrollo, hace un montaje: el andamiaje. Se trata de un dispositivo que el educador monta para que el educando pueda adquirir los conocimientos, utilizando los mediadores materiales y semióticos. El andamiaje es desmontable, así que cuando se deja de necesitar, se va sacando. Ej: los rastis cuando los alumnos aprenden la multiplicación.