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lunes, 26 de julio de 2021

Sócrates y Platón para psicólogos

Sócrates es una de las figuras más importantes de la humanidad y surge reaccionando contra el relativismo filosófico y cambiando el panorama de la filosofía de la época, llevando adelante una fuerte interrogación acerca de lo que es la virtud, la justicia y el conocimiento. 

Sócrates nace en 470 a. C y fue condenado a muerte en Atenas, acusado de impiedad en el 'año de Laques' (399 a. C)


Al parecer, Sócrates era un hombre feo y sucio. En El Banquete, Sócrates se baña y se produce y también cuando fue ajusticiado por no creer en los dioses y por haber seducido a todos los jóvenes de la ciudad. Lejos de defenderse, Sócrates adhirió al jurado y se condenó a sí mismo a la muerte. 


Nietzche dijo que dos grandes hombres se suicidaron: Sócrates y Jesús. El tercero, podemos agregar, fue Freud.


Sócrates tenía su propio Daemon, por lo cual no necesitaba de los daemones de la ciudad. Su propio daemon le decía lo que era bueno y malo. En 1832, François Leduc escribe "El demonio de Sócrates" donde lo tilda de psicótico y lo que escuchaba del daemon eran alucinaciones. Dejemos de lado esta polémica, pero es interesante que Socrates escuchara una voz que le habla, que es casi como un superyó. 


Sócrates practicaba la filosofía hablando con todos. Su método comenzaba con la discusión, casi al modo sofístico. Se ponía a interrogar, por ejemplo, sobre la valentía y luego refutaba. El "elenchos" es un momento negativo que tiene que ver con la refutación y el "maieutiké" es el momento de iluminación o surgimiento de la verdad. La Mayéutica quiere decir "parto" y la madre de Sócrates era partera. 


¿Pero qué era la verdad? Tiene que ver con la anamnesis. De algún modo, el alma descubre en sí misma las verdades que desde su origen posee de manera "cubierta". Des-oculta el saber que tiene oculto, la condición de posibilidad de la mayéutica reside justo en esto: en que el alma al que se aplica esté grávida de conocimiento. 


La explicación mitológica que Platón da de la cuestión se encuentra en la doctrina de la preexistencia del alma.


Platón nació en Atenas en 429 o 427 y murió en la misma ciudad en 348 o 347 a. C. Después de dedicarse a la poesía, pronto se consagró a los estudios filosóficos, siguiendo las enseñanzas de Cratilo. A los 20 años entró en contacto con Socrates, que determinaria decisivamente su pensamiento. Hacia el año 385 estableció su escuela, la Academia, así llamada por encontrarse en un parque y gimnasio consagrado al héroe Academo. 


La academia de Platón perduró hasta el 529 d. C. Fue Justiniano quien la destruyó a partir de la instauración del cristianismo. Los griegos de esa época se fueron a las postas de Persia. Tradujeron la obra griega al árabe y luego la obra griega se perdió en occidente. Luego volvió por la invasión de los Moros en los siglos VII, VIII y IX y se generó el renacimiento. Se tradujo del árabe almlatín y se produjeron varias confusiones en esta doble traducción.


Platón, que era un aristócrata, escribió sobre Sócrates


El dualismo entre alma y cuerpo que Platón propone en Fedón es absoluto y allí se sostiene cierta ascesis del cual el filósofo debe hacer práctica. Alma y cuerpo tienen un estatuto diferente, el alma es la psychê. Ya en la apología decía que lo importante es la therapeia tês psychês (el cuidado del alma) pero ahora intenta aumentar su intensidad.



A Sócrates no le importa la vida física en pos de su ideal. El alma no es una idea, pero guarda una afinidad con lo que es en sí.


Hay una transposición platónica de algunos cultos órficos. Bajo el nombre del mítico Orfeo, viajero del Más Allá, surgen una serie de textos que predican y atestiguan esa nueva religiosidad, una doctrina de salvación sobre el hombre, su alma, y su destino tras la muerte. Hay una especie de promesa  para el filósofo de un más allá de la muerte que está en relación con la purificación de la vida. 


Lo que está en el centro de todo esto es la teoría de las ideas, que predomina en el alma o el mundo intelectual. Cada idea es única, eterna e inmutable, atópica y acrónica. La Idea reproduce la verdad de los objetos sensibles que uno conocía en la realidad terrenal.


Idea

Cosas

Únicas

Multiples

Inmutables

Mutables

Son en sí

Contradictorias

Intemporables

Temporales

necesarias 

Contingentes

Universales

Particulares

Modelo

Imitación

Participada

Participantes

Realidades

Fenómenos

Perfectas

Imperfectas

Independientes

Dependientes


Las realidades no son corpóreas ni tampoco pueden ser conocidas por la percepción sensorial. Solo pueden ser conocidas por la inteligencia o por intuición intelectual (noesis).


Se plantea siempre en Platón el problema de la relación entre las ideas y los objetos sensibles de nuestra experiencia cotidiana. La relación puede ser de participación o de imitación. 


La idea viene a ocupar el lugar de la arjé, pero la idea no está en lo terrenal, sino en el mundo intelectual.


La república (politeia)

A los griegos les interesa mucho cómo vivir bien con el otro en la Polis, las costumbres (ethos), de donde se desprende la ética. Por ejemplo, Aristóteles dirá que todos se dedican a la política. Solo los dioses y los idiotas (el que no se hace cargo de las responsabilidades de la polis) quedan por fuera de la política.


Platón escribe La República, donde imagina la génesis de una sociedad ideal con un mínimo de necesidades, una vida comunitaria armoniosa. En esta sociedad, las milicias son guardianes de la Polis; la justicia es armónica entre todas las clases, las mujeres no difieren de los hombres en cuanto a sus funciones o responsabilidades. 


La duda sobre la factibilidad de tal proyecto desemboca en la necesidad de que los gobernantes filosofen. Los que se dedican a temas terrenales son malos gobernantes. 

El filósofo es el que ama la verdad, y es probable que la gente los confunda con los sofistas, los poetas o los dramaturgos, que estarían excluídos.


A esta idea de política, le corresponde la alegoría del sol. La alegoría del sol propone el sustrato alegórico que implica el carácter de la revelación de la verdad por eso.


Alegoría del sol: Platón compara al bien con el sol (y como representante de la verdad) y establece 2 dimensiones diferentes de lo que es: Las ideas (son inmutables) y los entes conocidos por los sentidos (nacen, mueren, perecen, cambian). La analogía funciona así:

1. El sol es fuente de luz. El bien es fuente de todo ser y conocer.

2. Las cosas son tales en la medida que reciban la luz del sol. Las ideas, las cosas reales, dependen del bien.

3. El ojo es la capacidad de ver. La inteligencia es la capacidad de conocer las ideas.

4. La luz relaciona a las cosas con el ojo. La inteligibilidad que surge del bien, que hace a las ideas inteligibles y susceptibles de ser tomadas por la inteligencia.

5. La visión que logra el ojo. 

Durante la noche, ocurre que la luna proyecta la luz que recibe del Sol. Las cosas se ven en menor medida, el ojo parece casi ciego. La alegoría hace estas comparaciones: ojo – alma, cosas visibles – ideas, luz – verdad, sol – bien, visión – ciencia.

Caracteres de las ideas:

  • Fundamentan y respaldan a las cosas captadas por los sentidos.

  • Le dan sentido a las cosas. Es sentido es que las cosas sensibles tienden a dirigirse a la idea.

  • Las ideas se relacionan entre sí formando un sistema, incluso aunque nosotros desconozcamos esas relaciones.

  • Son el objeto del verdadero saber. Su jerarquía ontológica es superior al de los entes sensibles.

Si la idea surge como un fundamento en el cual lo visible parece ser el adecuado para obrar metafóricamente con ellas, la causa debe ser estudiada.  La luz, como luz espiritual, tiene un correlato natural, que es el sol. El sol no es la visión, sino que es causa de la visión.


Hay otra alegoría, que es la de la línea, que grafica este carácter ascensional que tiene que ver con la jerarquía ontológica en paralelo con los grados del saber. Según Platón, esta alegoría la hizo Sócrates, para intentar explicar la división con la realidad que tiene que ver con lo terrenal y el alma.


Paradigma de la línea: Para Platón sólo se conoce aquello que es. De lo que no es no hay conocimiento, hay ignorancia. Lo que es puede dividirse en 2 grados: el conocimiento fundado (episteme, ciencia, un conocimiento real, seguro, estable, permanente…) y la opinión (doxa, conocimiento múltiple y cambiante, la forma más básica del conocimiento). Platón empieza su línea desde abajo, el punto más bajo del grado del ser.

No ser: Es la privación de la realidad y de la capacidad de conocimiento. Su grado de conocimiento es la ignorancia.

Imágenes: son representaciones planas de los objetos sensibles (Ej, una sombra). Grado de conocimiento: la conjetura, la imaginación (eikasia). Consiste en la capacidad de percibir imágenes, también de imaginarlas y representarlas. Es el grado más débil de la opinión, muy cambiante.

Cosas sensibles: Las cosas de la naturaleza y las que están hechas por el hombre. Son cosas que pueden ser representadas por imágenes. Grado de conocimiento: La convicción, la creencia (pistis). Es creer con seguridad y tener la firme convicción de que algo es real. Es más estable que la conjetura, pero aún así son grados de opinión. Están sujetas a los cambios y no existe un conocimiento fundado en sí.

Luego se encuentra la línea (horizontal) llamada RECTA OPINIÓN. Es cuando decimos algo verdadero, pero no se lo puede fundamentar.

Pasada esta línea nos encontramos en el mundo inteligible, compuesto por las ideas. Recordemos que no están sujetas al cambio, son en sí y por sí mismas. Los grados de conocimiento son fundados, y son:

El pensamiento discursivo (dianoia): Avanza mediante hipótesis. La demostración se vale de supuestos no fundamentados y elementos no inteligibles para llegar a los principios, que son sus fundamentos. Deduce algunas ideas a partir de otras.

La razón (noesis, inteligencia): La forma de conocimiento científico superior. Capta la verdad de los fundamentos de la realidad. Alcanza a la idea que fundamenta a todas las demás: el bien.

La idea del bien y la belleza, en Platón, está en el lugar de la arjé (el fundamento). Esta alegoría funda una direccionalidad, donde la idea de bien está arriba y la ignorancia (que no tiene ente) está por debajo. Lo que trae la pregunta por el mal, el cual no existe en forma real. 

Esta jerarquía de entes también trae una jerarquía en el grado del conocimiento. Esto funda una forma de pensar. En el cuadro del Vaticano, Platón apuntando hacia arriba…

Y Aristóteles apuntando hacia el centro, "bajado a la tierra". Aún así, esta jerarquía de los entes y del conocimiento produce una consecuencia que a los psicólogos nos interesa: La therapeia tês psychês, que Sócrates la anunciaba como una terapia de acompañamiento (Therapeuo), con Platón se transforma en una exigencia, como un cuidado del alma. 

Cuando Alcibíades le pronuncia su amor a Sócrates, una de las ideas que aparece principalmente en la carta VII de Platón, es que Sócrates le dijo a Alcibíades: lo que tienes que hacer es cuidarte vos, cuidar tu alma. Esto, en griego, se cita como epistemeleia heautou (cuidado de sí). Esto trae una forma terapéutica del alma en sí que es diferente a la premisa del conócete a ti mismo (gnothi seauton).  Hay que entrar en esa dialéctica del "conócete". 

Hay una cuestión que no va a pasar desapercibida por un discípulo de Platón Aristóteles, que se dedicó a bajar (hypokeimenon) todo lo que Platón dijo sobre el alma y el cuerpo, cosa que dejaremos para la próxima entrada. No obstante, el cristianismo leyó en Platón los fundamentos sobre el alma.

viernes, 2 de octubre de 2020

¿Qué es la imaginación activa? Usos en la clínica

 Jung planteó que cuando trabajamos objetivando contenidos inconscientes estando despiertos obtenemos un estado benéfico. Esta objetivación la podemos lograr a través de la pintura, la escultura, la danza, la escritura y con cualquier técnica que permita la expresión de la creatividad. A esta técnica de conversación con las figuras interiores es lo que Jung llamó imaginación activa.

A diferencia de los sueños, que expresan un mero producto del inconsciente, la imaginación activa contiene la expresión de la función trascendente, dicho en otras palabras la función que realiza la síntesis entre lo consciente y lo inconsciente.


Para empezar debemos diferenciar la imaginación activa de la imaginación pasiva que consiste en la mera producción de fantasías e imágenes pero sin darle forma concreta, en la imaginación activa en cambio, toda la persona participa del evento por lo que exige un esfuerzo lo que muchas veces genera resistencias, recordemos que la consciencia siempre está interfiriendo, ayudando, corrigiendo o negando los procesos inconscientes; estas resistencias a veces pueden llegar a producir síntomas somáticos lo cual tiene que ver con la búsqueda del equilibrio en el proceso psíquico de autorregulación, generalmente al liberar el canal creativo estos síntomas comiencen a disminuir, obviamente previa consulta al médico.


Dicho en otras palabras, la imaginación activa es una forma de influenciar sobre el inconsciente. Debido a esto, no es aconsejable forzarla ni utilizarla en psicosis latentes. Por el contrario, si es recomendable cuando se siente presión del inconsciente, o sea cuando la persona es invadida por imágenes en forma reiterada o, en el caso contrario, cuando  se presenta material inconsciente.


Durante el trabajo de imaginación activa la persona siente el efecto numinoso del trabajo, o sea, que la imagen final tiene un efecto fuertemente significativo desde lo emocional.


Teniendo en cuenta que el psiquismo es un sistema que se autorregula, las imágenes generadas desde lo inconsciente siempre tienen como finalidad la intención de obtener el mejor equilibrio para esa persona en ese momento. Las figuras de lo inconsciente se expresan siempre mediante imágenes protectoras y curativas. De esta manera la persona queda al servicio de las tendencias inconscientes. Cada encuentro con las imágenes del inconsciente forma parte de lo que Jung llamo, proceso de individuación al cual haremos referencia mas adelante.


En la imaginación activa no hay metas ni modelos, imágenes o textos como guías del camino, tampoco se recomienda ninguna postura o forma de respiración. El terapeuta no sugiere imágenes ni símbolos como en el ensueño dirigido de Desoille. Simplemente se le pide a la persona que se fije que es lo que ve dentro de ella; si surge un obstáculo la solución la da la misma persona la cual se hace responsable de cada paso en este proceso integrando de esta manera lo consciente y lo inconsciente.


Podemos describir el proceso de imaginación activa principalmente en cuatro pasos que luego iremos detallando: El primero consistiría en vaciar el Yo de pensamientos, cosa que no es fácil y requiere de cierta práctica, simplemente genere una imagen y tómela así como viene. Logrando esto ya estamos entrando en  le segundo paso dentro del cual hay que evitar dos situaciones bastante comunes, una tiene que ver con el congelamiento de la imagen, la imagen sola sin la carga emotiva no significa nada; la otro tiene que ver con que las imágenes pasen demasiado rápido como si fuera una película ante la cual la persona se sitúa sólo como espectador, esto es en realidad lo que llamamos imaginación pasiva. La manera de evitar cometer estos errores es a través del tercer paso que consistiría en darle forma a la imagen, ya sea a través de la pintura, el dibujo, la escritura o algún otro tipo de expresión creativa que este al alcance del individuo. Aquí también pueden ocurrir algunas trabas, una de ellas sería poner demasiado énfasis en la elaboración de la fantasía, es sólo un trabajo creativo lo que debe producir la persona y no una obra de arte, sin entrar a discutir en este punto acerca de que es y que no es arte; en lo otro en lo cual hay que evitar caer es en desvalorizar el producto, toda producción del inconsciente es válida, tiene una intención y cumple una función. La cuarta etapa sería la de confrontación moral con el material, o sea, evaluar el “para que” de los contenidos surgidos, enfrentarlos con el sistema de creencias propio de cada uno y encontrar un nuevo equilibrio dentro de este proceso.


Podríamos decir que la imaginación activa nos enseña que hacer con nuestras emociones. Un ejemplo sería el enamoramiento, cuando un hombre se enamora ¿porqué elije a esa mujer en particular y no a otra?. Una cosa es la mujer interna, el ánima y otra cosa es la mujer física y real del mundo concreto. Escuchar lo que dicta la mujer interna es diferente a imaginarse a una mujer idealizada (imago) dentro del proceso de enamoramiento. La fantasía se convierte en un conflicto y en el intento de aclararlo se combate con la figura interna a nivel psicológico. En un momento el conflicto trasciende lo verbal y se convierte en una vivencia intuitiva de unidad.


La imaginación activa promueve el proceso de búsqueda y toma de consciencia  del deseo de superación, integración y trascendencia. El reconocimiento de nuestras propias contradicciones para lo cual se requiere del enfrentamiento con la sombra. Desde la psicología analítica podemos llamar a esta tarea proceso de individuación o camino hacia el Sí-mismo. Esta tarea se ve favorecida por la imaginación activa ya que aumenta la vincularidad con uno mismo, con los demás, con la naturaleza y con el mundo.


La actividad fantástica desenfrenada no tiene sentido, la ilusión podemos definirla como fantasías manipuladas con ausencia de motivos arquetípicos e imágenes numinosas. 


La real imaginación esta inspirada por el inconsciente, el Yo se enfrenta a las imágenes no solo en forma pasiva sino también activamente. Se trata de captar aquello que conscientemente no podemos por estar ocupados en los procesos del mundo externo.


El objetivo de la imaginación activa es encontrar una posición intermedia entre consciente e inconsciente, ya que se trata de una combinación de opuestos.


La naturaleza originalmente psicoide del inconsciente se escinde manifestándose tanto en imágenes internas como en acontecimientos de la vida real. De esto se trata la individuación, de amalgamar las imágenes internas con la experiencia externa. En definitiva este seria para Jung el sentido de la vida, la realización del Sí-mismo, dicho de otra manera, hacerse cargo del destino de uno.


El arquetipo del Sí-mismo alcanza su sentido en cada vida individual de forma natural aunque no haya sido comprendida ninguna imagen del inconsciente. La meta de la INDIVIDUACION jamás se alcanza plenamente ya que el arquetipo del Sí-mismo nunca puede ser aprehendido en su totalidad. Esto es lo que tiene de inquietante ya que es una meta que se persigue en forma continua; por lo que no es tan importante la meta en si, sino la obra que se realiza para alcanzarla.


La imaginación activa consiste básicamente en (dejarse llevar psíquicamente) pero asumiendo tal situación en forma intelectual y ética. Seria expresar los contenidos inconscientes que irrumpen en el campo del Yo dándoles una forma estructural a través de alguna expresión creativa. Lo que surge es una fantasía activa la cual habrá que intentar comprender y ante la cual habrá que tomar una actitud ética. De esta manera los complejos y arquetipos se personifican y objetivan permitiendo así el análisis posterior para que el Yo pueda ir diferenciándolos y diferenciándose a si mismo respecto de los complejos y arquetipos. Recordemos que la psique no es una unidad sino una pluralidad de complejos contradictorios.


La imaginación activa trata de naturalizar imágenes del inconsciente con la colaboración consciente y una activa participación del Yo. Jung la toma como el segundo paso del proceso alquímico. El primero que correspondería a la coniuctio alquimia esta relacionado con el conocimiento de la sombra, o sea, recuperar lo Que tenemos proyectado fuera en forma dispersa, es un trabajo centrado mas en lo inconsciente personal. La tercer etapa es la del unus mundus y su inclusión consciente en el, en otras palabras seria la consciencia de totalidad.


La imaginación activa trata de concretizar las imágenes del inconsciente gracias a una colaboración consciente y activa de nuestro Yo. Se lo utiliza cuando el análisis de los contenidos psíquicos ha hecho conscientes los temas e imágenes complementarias del inconsciente de tal manera que el conflicto entre las partes conscientes e inconscientes de la personalidad es evidente y crítico; en este punto ya no se pueden utilizar máscaras para disimular la antítesis, la psiquis reclama un tercer término a través del cual los opuestos puedan unirse. Este proceso puede tener lugar en forma natural o puede ser inducido. Esencialmente se trata de elegir una imagen-fantasía y concentrarse sobre ella, si no hay imagen se puede proponer concentrarse en un estado de ánimo el cual producirá inevitablemente una imagen. Al fijar la atención en la imagen esta se alterará, estas alteraciones se van anotando ya que ellas nos van a ir mostrando los procesos psíquicos inconscientes; consciente e inconsciente se unen, el proceso pasivo se pone en acción. Al principio seguramente serán imágenes proyectadas y habrá una tendencia a no salir de ahí lo cual no produce ni variaciones ni progresos. El analista puede incitar a que se le pida ayuda a su “alter ego”, a su otra parte que siempre está, ya que no existe en nosotros nada que esté exento de contradicción y la consciencia no puede asumir posición alguna que no haga surgir un efecto compensatorio.


Leemos a Jung: “Tome el inconsciente en una de sus formas más a mano, diga una fantasía espontánea, un sueño, un estado de ánimo irracional, un afecto, o algo parecido, y opere con él. Ponga atención especial, concéntrese sobre ello y observe objetivamente sus modificaciones. No ahorre ningún esfuerzo para consagrarse a esta tarea, siga las transformaciones subsecuentes de las fantasías espontáneas atenta y cuidadosamente. Sobre todo, no deje que ningún elemento externo entre en la operación, ya que la imagen-fantasía tiene todo lo que necesita. De esta manera, uno se asegura de no interferir por capricho consciente y dejar las manos libres al inconsciente. En resumen, la operación alquímica nos parece el equivalente del proceso psicológico de imaginación activa”.[1]


El hombre moderno no puede lograr la unio mentalis que le permitiría el paso siguiente a la coniuctio  si no comprende las afirmaciones provenientes de su inconsciente. La fantasía es un proceso psíquico real, cada fantasía forma parte de un proceso vital que es el proceso de individuación y su meta es la experiencia y la producción de símbolos de  totalidad, que por lo general están expresados a través de mandalas.


Que el paciente comprenda su inconsciente es una oportunidad para obtener independencia del analista y esto es justamente lo que muchas veces no se quiere lograr, si el terapeuta no ha tenido su propia experiencia analítica de encuentros con su inconsciente no podrá ayudar a superar este obstáculo; en otras palabras, nadie puede guiar adecuadamente a otro por un camino que no conoce.